El senador Carles Martí, integrante del grupo parlamentario Entesa pel Progrés de Catalunya, ha enviado a la REF diversos documentos en defensa de la Filosofía: el enlace a su blog, y en concreto a su comentario titulado «Tauromaquia y filosofía»; la nota de prensa de su grupo parlamentario, que reproducimos a continuación; y la transcripción de su intervención en el pleno del Senado, durante el debate de la LOMCE, que también reproducimos aquí.
NOTA DE PRENSA del grupo parlamentario del Senado ENTESA PEL PROGRÉS DE CATALUNYA
Carles Martí: «Filosofía y democracia están íntimamente relacionadas»
El senador defiende enmiendas en favor de la filosofía en la ley educativa.
El senador por Barcelona, Carles Martí, ha defendido esta mañana en el Pleno las enmiendas de la Entesa para evitar la marginación de la asignatura de filosofía de la Ley Orgánica de la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE).
Martí ha subrayado que hoy es el día mundial de la filosofía y «hoy precisamente este parlamento va a reducir un 66% el carácter obligatorio del estudio de la ética y la filosofía «.
Martí ha destacado que «este parlamento que hace unos días aprobaba la obligación de que haya corridas de toros en toda España, recorta el estudio de la filosofía. Y no hay mayor contradicción.” Según el senador «filosofía y democracia están íntimamente relacionadas. La democracia no es posible sin ciudadanos formados en el espíritu crítico».
TRANSCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN DE CARLES MARTÍ EN EL PLENO DEL SENADO
Tiene la palabra el portavoz de la Entesa.
El señor MARTÍ JUFRESA: Muchas gracias, señor presidente.
Buenos días, señorías.
Quiero agradecer a la portavoz de mi grupo, María Jesús Sequera, que me deje intervenir en este turno de presentación de enmiendas para explicar el sentido de tres de las enmiendas que mi grupo propone a este proyecto de ley.
Hoy, señorías, es el Día Mundial de la Filosofía, día que la comunidad académica y científica mundial celebra y en el que señala la relevancia de la filosofía en nuestras sociedades. Pues bien, señorías, en este día de hoy, este Parlamento, el Parlamento español, va a reducir sustancialmente −un 66%- el carácter obligatorio y común del estudio de la Ética y la Filosofía en nuestro currículo escolar. Este mismo Parlamento que hace una semana porfiaba y aprobaba una ley para hacer obligatorias las corridas de toros en todas las comunidades autónomas de España, hoy va a cercenar definitivamente el estudio común de la Filosofía entre todos los estudiantes de nuestro país.
Y no hay mayor contradicción posible, señorías, que un Parlamento rebaje y cercene el estudio de la Filosofía. Porque, señorías, filosofía y democracia están muy íntimamente relacionadas. Es imposible concebir una auténtica democracia sin unos ciudadanos formados en el espíritu crítico que nos propone desde hace más de 25 siglos el debate de las ideas filosóficas.
La filosofía es aquello que nos permite pensar que lo que pasa, que lo que acontece no es lo único que podría conformar la realidad, y esa es la base de la actitud crítica, la base del progreso. Y a la vez, señorías, la filosofía, con su potencial de pluralidad, de diversidad, con su manera de construir distintas miradas, distintas cosmovisiones sobre lo que es el mundo y nuestras sociedades, es la garantía de la pluralidad en la democracia. Por tanto, señorías, no hay mayor contradicción que lo que va a hacer −si no se remedia− este Parlamento en breves horas.
Pero, además, señorías, creo que es absolutamente innegable el carácter básico, fundamental, importante y extremadamente útil de la asignatura de Filosofía para la formación de los estudiantes. No en vano dominar a fondo los instrumentos que configuran el pensamiento y la comunicación, saber cuáles son sus estructuras profundas, sus mecanismos de funcionamiento interior −me refiero a la Lengua y a las Matemáticas− es determinante para una formación sólida y útil en cualquier campo. No en vano, señorías, dominar de manera precisa los contenidos del pensamiento, es decir, las ideas y los conceptos, es absolutamente básico y fundamental no solo para aprender sino incluso para vivir.
La Filosofía ha estado y continúa siendo, a pesar de lo que se pueda pensar en un análisis superficial, la asignatura, como he dicho, más instrumental, más útil de todas las que se imparten.
Entender cómo funcionan la estructura y la lógica de los dos lenguajes principales que organizan la vida de los seres humanos −como he dicho, la Lengua y las Matemáticas− es básico para sacar todo su potencial. Pero todavía es más importante el papel que juega la filosofía en relación con el auténtico motor de nuestras existencias: las ideas y los conceptos. Comprender y formular ideas con tanta precisión como sea posible es absolutamente clave para todo. Crear o innovar, luchar o dirigir, trabajar o aprender, querer o relacionarse con intensidad y eficacia depende de cómo sepamos hacer nacer y crecer, organizar y expresar nuestras ideas.
Señorías, no lo digo yo, lo dicen los médicos, los hombres de negocio, los científicos, los ingenieros, los arquitectos. Todas las profesiones, ciencias y disciplinas consideran que el estudio en profundidad de la materia de Filosofía es extremadamente útil y básico, y ustedes van a cercenarlo de manera definitiva.
Hagan, por favor, señorías del Partido Popular, caso al diputado, señor Eugenio Nasarre, que hace pocas fechas hacía una llamada desesperada a este Senado para que la filosofía volviera a recuperar su papel en la educación secundaria. Hagan ustedes caso, señorías, al Partido Popular de Cataluña, que hace una semana subscribía una declaración del Parlamento pidiendo que la Filosofía volviera a tener este carácter común y obligatorio en todas las ramas de la educación superior.
Por favor, señorías del Partido Popular, en este aquelarre de recortes de la LOMCE, indulten a la filosofía, porque cercenar el estudio de la Filosofía en la educación superior de nuestro país es autolimitar nuestras oportunidades de progreso moral y material y como sociedad, es dispararse un auténtico tiro en el pie. Evítenlo, todavía estamos a tiempo.
Muchas gracias. (Aplausos.)
El señor VICEPRESIDENTE (Lucas Giménez): Gracias, señoría. Gracias, senador Martí.