Desde el 28 de mayo pasado se han venido sucediendo las expresiones públicas de perplejidad y consternación ante el hecho de que la profesora Luciana Cadahía haya sido despedida, sin “causa justa” de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Diferentes asociaciones y redes profesionales, nacionales e internacionales, se han manifestado contra la falta de motivación del citado despido. Tras diferentes intercambios con colegas y representantes de asociaciones colombianas y de otros países iberoamericanos hemos caído, además, en la cuenta de que no es un hecho aislado ni tampoco restringido a un solo país.
En las últimas décadas la precarización de las universidades iberoamericanas no ha dejado de avanzar amenazando el desempeño profesional de la docencia y la investigación del profesorado más joven. La carrera académica con sus distintas fases de formación y desarrollo está siendo dinamitada por la inestabilidad laboral, la temporalidad y las malas condiciones de trabajo. Esto es especialmente grave, no sólo para las personas que con toda su ilusión y compromiso dedican su vida al progreso del conocimiento, sino que debilita y fragiliza a la misma universidad y pone en duda su mismo futuro. En las áreas de Humanidades y Ciencias Sociales, además, se conjuga con continuas amenazas al mantenimiento de la docencia en grados y postgrados e incluso de la misma investigación por ser considerada, de un lado, como superflua e innecesaria por parte de la tecnocracia neoliberal dominante, y de otra, vista con sospecha por los gobiernos neoconservadores que quieren ahogar la crítica social y política. El valor formativo y cultural de la Filosofía está siendo continuamente cuestionado al mismo tiempo que las sociedades civiles de los distintos países reclaman su papel en el sistema educativo y en todos sus niveles.
La Red Española de Filosofía, en consecuencia, denuncia tanto la creciente precarización laboral del profesorado universitario, sector que está sometido a fuertes procesos de evaluación tanto de la calidad de la docencia como de la investigación muy exigentes, como la arbitrariedad en los despidos a profesores e investigadores que tienen repercusiones directas en el alumnado, en el cese abrupto de direcciones de Tesis Doctorales y en el cercenamiento de investigaciones ya en marcha.
Instamos a una profunda reflexión y a un cambio de modelo laboral en el mundo de la educación superior y de la investigación científica que ponga coto a la precarización del profesorado y del colectivo investigador y, asimismo, instamos a las universidades a dejar de lado la arbitrariedad y a comprometerse con la transparencia y la rendición de cuentas que son exigencias mínimas de calidad democrática y responsabilidad social.
Madrid, 5 de junio de 2019
Sucede frecuentemente. Bien que analicen el problema estructural. Pero surge una pregunta: ¿este caso qué tiene de especial?
Me gustaría saber qué opinan de la calculada y planificada precarización de las universidades venezolanas para conducirlas a la absoluta sumisión estatal