Comunicado con ocasión de la concesión del Premio Nacional de Ensayo a Josep Maria Esquirol
La Red Española de Filosofía (REF) desea felicitar públicamente a Don Josep Maria Esquirol por la concesión del Premio Nacional de Ensayo 2016 –uno de los más prestigiosos premios concedidos por el Estado– como reconocimiento a su obra «La resistencia íntima: ensayo de una filosofía de la proximidad«, y se congratula por el respaldo que este premio, junto con los concedidos en los últimos años a Adela Cortina en la misma categoría y a Emilio Lledó en la de Nacional de las Letras, simboliza para la filosofía española.
Sin embargo, no deja de ser paradójico, a nuestro entender, que este reconocimiento público por parte de las más altas instancias de la cultura nacional se produzca en el marco de un intento claro, por parte del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, de arrinconar y minimizar la presencia de la filosofía en la educación secundaria.
En este sentido, quizás la concesión de este premio pueda ser entendida, además de como reconocimiento a la indudable calidad del escrito premiado y a la altura intelectual de su autor, profesor de la Universidad de Barcelona –cuya Facultad de Filosofía se encuentra entre las 50 mejores del mundo-, como otro sutil toque de atención por parte del nutrido grupo de sabios que compone el comité asesor de los premios, hacia los máximos representantes del Ministerio. En los últimos años la filosofía española ha demostrado gozar de una fuerza y prestigio crecientes, tanto nacional, como internacionalmente. Sin embargo, los máximos responsables de la educación en nuestro país siguen empeñándose en cerrar sus inagotables canteras, tanto en lo que respecta a la enseñanza media como en las más prestigiosas facultades.
Ahora más que nunca es necesario un pacto educativo que acabe con los absurdos enfrentamientos políticos en el área educativa, y esto debe ser así porque como ya dijimos, una gran cultura siempre se ha construido desde la base, y estamos seguros de que la fructífera dedicación de todos los premiados al estudio de la ética y la filosofía, no hubiera sido posible si algún anónimo maestro no hubiera despertado en ellos un genuino y primigenio amor por la sabiduría.