Investigadores y profesores de universidades se pronuncian a través de un manifiesto para recordar el deterioro que han sufrido las humanidades y, en particular, la filosofía. Recuerdan que «la práctica y promoción de la filosofía es un elemento deseable para el despliegue de una sociedad abierta, dinámica, justa y a la altura de las exigencias de tolerancia que las relaciones personales exigen».