«La introducción de una asignatura de valores cívicos o éticos en la ESO debe sostenerse en aprender que las instituciones jurídicas y políticas adquieren sentido si sirven la mejor garantía de la igual libertad de todos
La educación cívica, un imperativo
La necesidad de una asignatura de educación cívica desde los primeros años de enseñanza obligatoria (ESO) parece difícilmente discutible, y un gobierno progresista debe considerarla como objetivo prioritario. Así lo ha entendido el Gobierno Sánchez, por boca de su portavoz y ministra de educación, la señora Celaa. Al mismo tiempo, a nadie se le ocultan las dificultades para obtener un consenso sobre ello. Esas dificultades no nacen sólo del obstáculo mayor que siempre supone la perspectiva partidista –factor decisivo del fracaso de las reformas educativas-, sino también de un argumento que se debe atender: cómo definir los contenidos, cuando resulta obvia la exigencia de respetar el legítimo pluralismo social, ideológico, doctrinal…
…La propuesta que sostendré arranca precisamente de recordar que, en una sociedad plural, la única ética pública que puede aspirar a un reconocimiento oficial y, por tanto, a ser enseñada y aun impuesta sin que ello plantee problemas de libertad, son los derechos humanos. No quiero decir que la tesis de su universalidad no sea criticable –desde luego, matizable-, pero en democracia imponer valores choca con el respeto al pluralismo y por tanto hay que ir con tiento. Y si debemos respeto a los diferentes y legítimos sistemas o representaciones del mundo y de los valores, los únicos valores y principios éticos que pueden y deben ser contenido educativo indiscutible, porque son los únicos que cabe reforzar con imposición exigible bajo sanción, están claros. Son los derechos humanos.
…la introducción en la ESO de una asignatura obligatoria de derechos humanos, que ponga el foco de modo específico no sólo en la dimensión cognitiva (aprender una lista de derechos y su contenido), sino sobre todo en su verdadera razón de ser, en su utilidad: el empoderamiento en los derechos humanos desde niños. Se trata de hacer ver que los derechos humanos son un work in progress y que esa tarea nos concierne a todos. También a los niños. En otras palabras, los derechos humanos no han de ser vistos sólo como una cuestión a discutir en foros institucionales, sino como parte de las competencias que los niños deben adquirir para poderlos ejercer, para luchar por ellos, para poder ser ciudadanos activos y críticos…»
Autor: Javier de Lucas. Revista Contexto, Nº 181 (08/08/2018)
Imagen: Imagen de la película «Universal Declaration of Human Rights». United Nations Photo (Flickr)
Estimado D. Javier:
He leído con mucho detenimiento e interés su artículo «Es muy sencillo: Educar en derechos humanos». Estoy completamente de acuerdo con Vd. en todo lo que dice, excepto en una cosa: que de la enseñanza de los derechos humanos se haga una asignatura obligatoria. Ya he insistido en otras ocasiones en la idea de «transversalidad». Esto parece que sigue sin entenderse. Desgraciadamente los propios creadores de la LOGSE tampoco lo han entendido bien. La prueba de ello es que ha desaparecido como concepto en toda la legislación educativa de izquierdas y de derechas. Es una pena. Lo más triste es que se siga olvidando. Más aún, creo que es uno de esos conceptos envenenados para los expertos en educación (¿expertos?). Un concepto que hay que perseguir porque no se ajusta a ninguna teoría conceptual. No, D. Javier, de ninguna manera me puede Vd. convencer que es mejor agrupar todos estos conceptos en un una asignatura. De ninguna manera. Un saludo cordial.