Si unimos las aventuras de los personajes de esta serie de TV3, obtenemos unas enseñanza y valores muy aplicables en nuestro día a día
«Corría el año 2015 cuando TV3 estrenaba una serie protagonizada por un atípico profesor de filosofía llamado ‘Merlí‘. ¿Te suena? Sí, hablamos de esa ficción que primero convenció a los catalanes (máxima del 22,2% de share en su despedida) y que acabó rompiendo moldes en todos los sentidos. Para empezar, geográficos, porque a finales de 2016 Netflix anunciaba la compra de sus derechos para emitirla a nivel internacional, conquistando así también al resto del planeta. Pero más allá de eso, lo que consiguió ‘Merlí’ fue destrozar barreras y prejuicios en la mente del espectador. Las aventuras de los Pol, Tania, Bruno, Berta, Iván y compañía transmitieron una bella forma de entender la vida, basada en valores como el respeto y la diversidad.
La misma caverna del mito de Platón que el profesor le explica un día: «los prisioneros piensan que las sombras que ven reflejadas son la realidad, porque es lo único que pueden ver. Hasta que un prisionero se escapa y descubre que la realidad es la del exterior». Iván descubre un mundo nuevo y comprueba que, en efecto, las sombras solo vivían en su interior.
Maquiavelo y los poderosos
«¿Cómo han llegado los ricos y poderosos a donde están? ¿Son más inteligentes? ¿Más guapos? Nada de eso, diría Maquiavelo: simplemente son más malos». Merlí no solo invitó a sus alumnos a profundizar en su lado emocional, sino que provocó que muchos se cuestionasen reglas en las que nunca antes habían pensado. Hablaban sobre el sistema político y la hipótesis que Maquiavelo plantea en «El príncipe»: el poder del estado está por encima de todo, por lo que el gobierno puede recurrir en situaciones límite a la crueldad y el engaño». En medio de ese debate entra una chica nueva en clase. «¿Por qué tiene que disponer de nuestra vida sin limitaciones?», replica Jùlia, demostrando que existía quien ya había reflexionado en su casa.
Aristóteles y el valor de la amistad
¿Tendría hoy en día Aristótoles perfil en Facebook? La pregunta es el ejemplo de cómo Merlí se integra en la idiosincrasia de sus jóvenes alumnos. Y es que según Aristóteles, el hombre es un ser social. Sin amigos no es posible alcanzar la felicidad, aquello que los griegos llamaban eudaimonia. Crítico como casi siempre, Merlí aborrece esa moda de decir que la felicidad se encuentra en las pequeñas cosas, como el café por la mañana o los pájaros que cantan. «Y una mierda, eso no es la felicidad», espeta en clase, ahondando en la visión de Aristóteles, para quien la felicidad no era un estado, sino una actividad. «Solo al final de la vida se puede decir si has sido feliz o no». ¿Estás de acuerdo?»
Fuente: formulatv (26/01/2019)