Cartas a la directora
Acostumbrados como estamos a los políticos profesionales que no han tenido ningún oficio con anterioridad o a quienes utilizan la política como trampolín para lanzar o recrear sus carreras profesionales, hay que celebrar sobremanera la designación de Manuel Cruz como presidente del Senado. Ese itinerario es el que mejor se compadece con un espíritu de servicio público: alguien que abandona su quehacer habitual, donde por otra parte ha descollado y se siente a gusto, por un compromiso político que le hace dedicar unos años a la primera línea política, como serían también los casos de Manuela Carmena y Ángel Gabilondo. Como decía Weber, conviene distinguir el vivir de la política del vivir para la política. Platón entendió que la política era una cosa demasiado importante para dejarla en manos de cualquiera y por eso creyó que los filósofos deberían gobernar o los gobernantes filosofar. El nuevo presidente del Senado ejemplifica lo que Kant denominó político moral, que no debe ser confundido con el moralista político. El primero declinará su responsabilidad política con sus convicciones y el segundo solo adaptará estas a su conveniencia instrumentalizando la ética como un mero barniz para camuflar sus tropelías.
Autor: Roberto Rodríguez Aramayo
Fuente: El País (19/05/2019)
Conocí (de lejos, nunca hablé con él) a Manuel Cruz cuando salió la LOGSE. Una ley con unos principios generales que enamoraban y coincidían con los que algunos estábamos poniendo en práctica con el método Lipman. Cuando salieron los decretos de aplicación de la ley me pareció que los que habían puesto los principios generales no los habían entendido o que era muy difícil adecuarlos, porque no coincidían los unos con los otros. Le escribí una carta a Manuel Cruz y no obtuve respuesta. Y eso que pusieron en práctica la formación del profesorado Logse que fracasó y alguien habrá estudiado el porqué para aprender de los errores. Solamente citaré que algunos compañeros logse en las reuniones decían «yo hago lo mismo en mis clases logse que en las no logse», no se si este comentario era positivo o negativo. Tal vez se hubiera necesitado saber adónde se quería ir. Después leí que Manuel volvía a su universidad. Estoy de acuerdo con el compañero Roberto y me felicito de que Manuel está en la presidencia del Senado.
Decir que ha habido algunos otros políticos además de los tres citados que han desarrollado una buena labor profesional antes de llegar a la política. Hay que ser más justos. Y que comparto que la política no debemos dejarla en manos de cualquiera, pero ¿qué hacer. ¿Solo votar a los que tenemos delante? Tampoco debemos dejar la educación en manos de cualquiera, de quienes viven de ella y no para ella y así continuaría con todas las demás profesiones. No pidamos ética solo a los políticos, pues salen de la sociedad que estamos haciendo.
Mi más cordial enhorabuena a Don Manuel Cruz y por ello a nuestra sociedad.
https://josemariacalvo.blogspot.com
José María Calvo Andrés
Estimado D. Roberto:
Estoy de acuerdo con Vd. en lo fundamental de su carta a la Directora de El País. Ahora bien, con el debido respeto, le recuerdo que la política no es lo decisivo en la Filosofía de Platón, ni mucho menos. A la idea contraria, es decir, a la importancia fundamental de la política en Platón han contribuido de modo decisivo un tipo de historiadores que tienen poco que ver con el conocimiento de la verdadera filosofía platónica. En mi opinión la «República» tiene mucho más de crítica sarcástica a los políticos que de poner a la política en el lugar último de la filosofía. Un saludo cordial.
Ojalá los buenos deseos de Aramayo lleguen a buen puerto! Y Manuel Cruz nos regale un buen ejemplo de Política Moral (caminando hacia el reino de los fines!) pero quizás nos llevemos nuevamente un chasco si en lugar de seguir la senda kantiana, el presidente del Senado vuelve a pisar el camino trillado de quiénes le precedieron y apuesta por la simple defensa del Espíritu Objetivo como servidor de un Estado hegeliano.
Veamos si por fin alguien va más allá de la letra de la ley, Y mañana martes tendrá su primera oportunidad con Raul Romeva y la pelota que le ha pasado el Tribunal Supremo.
Es una buena noticia, desde luego. Además de tener una formación acreditada para poder hacer una buena labor, su nombramiento contribuye a la idea de que en política deben estar profesionales que procedan de todos los ámbitos de la sociedad.
Yo me atrevo a sugerirle el título de su próximo libro: «Platón en Siracusa».
Mucho más importante que «Platón en Siracusa», sería desde luego «Platón en la Atlántida». Si no hay metafísica en filosofía no hay nada, por mucha teoría política que haya. Platón no es una excepción.