En el marco de la tradición libertaria de la primera mitad del siglo XX, el pensamiento de raíz escéptica de Giuseppe Rensi destacó singularmente gracias a su indudable originalidad y a la ferviente pasión crítica que alimenta gran parte de sus escritos, atestiguada tanto por su compromiso político juvenil como por su firme oposición posterior al régimen fascista. En Contra el trabajo, hasta la fecha inédito en España, el que fuera apodado «el poeta maldito de la filosofía» aborda las paradojas y contradicciones de una norma elevada por el sistema capitalista al rango de ley moral, anticipando con su elocuente invectiva la que sería más tarde una de las aspiraciones principales del movimiento situacionista: la abolición del trabajo alienante. Para ello el autor recurre, con una mirada exenta de complacencia, a las aportaciones de Friedrich Schiller o Georg Simmel, así como al Manifiesto comunista de Marx y Engels, legándonos un texto a contracorriente que invita a desconfiar de la exaltación del trabajo y de lo que hoy da en llamarse «cultura corporativa» en la creencia de que todo pensamiento político debe considerar esta obligación productiva una maldición del individuo. En contraposición, Rensi reclama el juego, el arte, la pasión por la ciencia y por cualquier actividad que le ayude a sustraerse de las limitaciones asociadas a la tiranía del dinero. Sumándose a una larga y fecunda tradición de libros apologéticos en torno al ocio y la vida contemplativa, Contra el trabajo acaba revelándose, hoy más que nunca, como un texto indispensable para entender nuestro lugar en el mundo y remover algunos de los cimientos en apariencia más firmes de la civilización moderna.
Giuseppe Rensi nació en Villafranca di Verona, Italia, en 1871. Filósofo, abogado y catedrático de ideas socialistas, en 1895 asumió la dirección del periódico Lotta di classe. Fue condenado in absentia a once años de cárcel por haber participado en los levantamientos obreros milaneses de 1898, reprimidos por Bava Beccaris. Para eludir la prisión, huyó a Suiza, donde permaneció diez años. De regreso a Italia en 1908, ejerció la abogacía y, tras un breve período de política activa, se dedicó a la carrera universitaria: fue profesor de Filosofía Moral en Bolonia, Messina y Génova. En 1911 rompió con el Partido Socialista, que favorecía la guerra en Libia. Después de la Primera Guerra Mundial, orientó sus ideas filosóficas hacia el realismo y el escepticismo. Oponente del fascismo, en 1927 fue expulsado de su cátedra en la universidad y terminó siendo encarcelado junto a su esposa. En 1934 fue retirado definitivamente de la docencia. Murió en Génova en 1941. De entre su extensa bibliografía, conviene destacar El genio ético y otros ensayos (1912); La trascendencia (1914); Esquemas de la filosofía escéptica (1919); La filosofía de la autoridad (1920); Introducción al escepticismo ético (1921); Contra el trabajo (1923; Firmamento, 2021); Interiora rerum (1924); Apología del ateísmo (1925); La filosofía del absurdo (1937); Autobiografía intelectual (1939) o, ya póstumamente, La moralidad como locura (1942) y Cartas espirituales (1943).
Más información en: Contra el trabajo (firmamentoeditores.com)