El Ensayo sobre el estudio de la literatura de Edward Gibbon es uno de los documentos más característicos de la Ilustración europea. Escrito en francés por un joven caballero inglés exiliado en Suiza por razones religiosas, trata de defender, contra la influencia creciente de la Enciclopedia de Diderot y d’Alembert, la tarea de los eruditos, un neologismo en la época que señalaba un oficio tradicional que hundía sus raíces en el estudio de la antigüedad. «Los antiguos —escribió Gibbon— conocían sus ventajas y las aplicaban con éxito.» En lugar de pretender conocer a los antiguos mejor de lo que los antiguos se habían conocido a sí mismos, Gibbon defendería en su Ensayo el conocimiento de la antigüedad y empezaría a vislumbrar la diferencia fundamental entre el «espíritu filosófico» y —con el término de Voltaire— el «siglo». El Ensayo sobre el estudio de la literatura puede leerse ahora como el ensayo de La historia de la declinación y caída del Imperio romano que Gibbon emprendería a su vuelta a Inglaterra y al idioma inglés. Leer el breve y delicado Ensayo prepara al lector para la lectura infinita de la Declinación y caída.
La historia de la declinación y caída del Imperio romano, publicada entre 1776 (el año de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos) y 1788 (un año antes de la Revolución francesa) dio a Edward Gibbon (Putney, 1737-Londres, 1794) la fama como escritor y hombre de letras, aunque el asiduo miembro de los clubs de Londres habría preferido que lo recordasen como un caballero antes que como un historiador. Esa reserva personal forma parte también del encanto de su obra. En el inicio de su carrera literaria se encuentra el Ensayo sobre el estudio de la literatura, publicado en 1761 y escrito en francés, bajo la influencia de Montesquieu, en el momento decisivo de la transformación de la Ilustración en una ideología revolucionaria.