«UN BEL MORIR, TUTTA UNA VITA ONORA. SOBRE LA MUERTE»
Universidad CEU Cardenal Herrera y Universidad Católica de Valencia, Valencia.
25-27 de septiembre de 2024
LLAMADA A LA PARTICIPACIÓN (Call for papers)
Para situar el problema de la muerte como un interrogante capital de la antropología filosófica no hace falta emprender una argumentación sofisticada. Camus, en su Calígula, una de sus obras teatrales de mayor calibre filosófico, explica “una verdad sencilla y clara, difícil de descubrir y pesada de llevar”: que “los hombres mueren y no son felices”. La muerte aparece así, en compañía de la locura y de la mano de la infelicidad, como colofón y dictamen negativo final de la cuestión del sentido de la vida que el escritor francoargelino plantea también al comienzo de El mito de Sísifo, en la continua interrogación sobre el absurdo que preside lo mejor de su producción. Que la literatura está vehiculando así algunas de las preguntas más radicales del quehacer filosófico lo atestigua la idea socrática del Fedón: la filosofía es un ejercicio y aprendizaje de la muerte. Esta idea no remite solo al comienzo de la filosofía griega, sino que nos habla más ampliamente de la figura del sabio que ha sido dibujada en culturas muy diversas. En los términos ilustrados de Kant, sabio es el que comprende los fines esenciales de la razón humana y la filosofía propiamente es sabiduría, pero “por el camino de la ciencia”. Entiéndase aquí por ciencia la idea de un conocimiento objetivo y fundamentado. Nos hallamos, en suma, ante el compromiso de buscar argumentos y razones al hacernos cargo del modesto lugar que ocupa en el cosmos cada uno de los seres humanos, con su pretensión de liberarse del sufrimiento y la muerte.
La adopción de una actitud racional ante nuestros temores atávicos es precisamente lo que busca Epicuro al argüir, en su famoso tetrapharmakon, por qué no debiéramos temer a la muerte. Pero, o algo falla en el argumento epicúreo (y habría que identificar el qué), o bien la razón resulta impotente para neutralizar el temor y la angustia ante la muerte. En todo caso, el problema no nos concierne única ni principalmente en el plano académico sino en el personal o existencial. Y es ahí donde cumple una función heurística o descubridora, al poner de manifiesto como contraste la totalidad de nuestra vida, su sentido o sinsentido: su valor. Por más que el Tractatus de Wittgenstein excluyera expresamente al valor del campo de los hechos del mundo, la certeza fáctica de morir convierte a la propia vida en algo singular, inconmensurable con cualquier otra realidad.
Cierto es que la tradición existencialista toda, incluyendo en ella a Kierkegaard y Unamuno, envolvió el problema en una atmósfera patética que en las últimas décadas, como afirmaba Vattimo, se ha difuminado perdiendo solemnidad y dramatismo. Pero que tal modificación del temple afectivo no sofoca la rebelión metafísica del hombre ante la muerte puede verse en las tentativas de inmortalidad transhumanista. Persiste la incapacidad de la razón para aliviar nuestra angustia. ¿O no? A la tentativa de prolongar indefinidamente la vida por medios técnicos se une la paradójica intención de acabar voluntariamente con la propia vida. ¿Es la mors voluntaria expresión última de la autonomía humana o bien la última evidencia de nuestra incapacidad de autosalvarnos y del absurdo que nos envuelve? En todo caso, una pedagogía de la muerte cosmovisionalmente neutral se nos antoja como socialmente necesaria.
El arte ha visitado también las profundas estancias del Hades para conjurar sus miedos, como el largo viaje en barca por el Duat representado en el Libro de los muertos. Otros, como Schopenhauer, encuentran en el arte y especialmente la música un lenitivo ante la perspectiva de la disolución total. En el plano de las letras, la historia de la literatura universal se estrena con la epopeya del Gilgamesh: un viaje en busca de la inmortalidad que Eugenio Trías presentía como una apuesta en la frontera. Porque dicho viaje, como paradójicamente sucede con las versiones que nos han llegado del poema mesopotámico, está inconcluso.
SECCIONES
– Sección 1: Teoría e historia de la antropología filosófica
– Sección 2: Antropología, fenomenología y hermenéutica
– Sección 3: Filosofía española
– Sección 4: Antropología y bellas artes
– Sección 5: Ética, técnica y biomedicina
– Sección 6: Diálogo intercultural y espiritualidad
– Sección 7: Muerte y pensamiento feminista
– Sección 8. Presentación de libros y proyectos de investigación afines al tema
PRESENTACIÓN DE PROPUESTAS Y CALENDARIO
Las propuestas serán evaluadas por revisores ciegos y deberán atenderse a los plazos y condiciones que se especifican en la presente Llamada a la participación. Las propuestas de comunicación oral se enviarán en un solo archivo con los siguientes datos y páginas en orden:
PÁGINA 1: Ficha del autor
- Nombre y APELLIDOS de autor o autores.
- DNI, email y teléfono
- Nº ORCID. (si se tiene)
- Afiliación. (Universidad, departamento o institución)
- Especificar si es o no Doctor y desde cuándo
- Breve cv de 100-150 palabras de cada ponente
PÁGINA 2: (anónima) en una hoja independiente, pero dentro del mismo documento:
- Título de la comunicación.
- Área temática en la que se inscribe la ponencia (indíquense dos [salvo en la sección 8] por orden de preferencia)
- Un resumen en español o inglés que incluya:
- Objetivo de la comunicación, cuestión filosófica que se aborda y su pertinencia como tema, argumento principal de su intervención
- Un elenco breve de las fuentes principales que se quiere utilizar.
- El resumen tendrá en total: entre 400 y 500 palabras si el proponente es Doctor; entre 650 y 800 si no lo es.
Todo ello en un archivo de word. El envío de propuestas se realizará vía correo electrónico a shaf2024@uchceu.es con el asunto “comunicación SHAF 24”.
El plazo de envío de propuestas finaliza el 15 de mayo de 2024; la notificación de aceptación o no de la propuesta se producirá el 1 de Julio o antes.
La preceptiva inscripción al congreso puede realizarse una vez es aceptada la comunicación por parte del comité científico y siempre antes del 15 de Julio de 2024.
Cada comunicación dispondrá de 15 minutos de exposición oral + 5 de preguntas.
Posteriormente a la realización del Congreso se valorará la posibilidad de publicar los mejores trabajos, atendiendo a su pertinencia en relación al tema del congreso, la calidad científica, la originalidad o la calidad argumentativa. Se presentarán propuestas a la Asamblea general de la Sociedad.
Cuándo se puede inscribir al Congreso?