Si relegamos el género y la reflexión crítica ¿qué nos queda?
En un mundo cada vez más plural, parece casi imposible entender la existencia sin filosofía. Una asignatura que ha sido relegada a un segundo plano, al de las asignaturas optativas, restando importancia a su papel en la constitución del pensamiento crítico de los individuos. En un intento por defender esta disciplina, no hemos caído en un hecho que tiene, sin duda, gran trascendencia. Tras cargarnos de conocimientos sobre Aristóteles, Platón o Nietzsche, yo me pregunto: ¿no ha habido mujeres pensadoras a lo largo de la historia? ¿Acaso no hemos sido los alumnos dignos de estudiar durante todos estos años las tesis de grandes figuras como María Zambrano, Simone Weil o Hannah Arendt? No cabe duda: ese techo de cristal de cuya existencia muchos reniegan, pero del que cada vez más ejemplos encontramos, ha alcanzado también al mundo del pensar, del saber. Ahora podemos tomar conciencia del problema y solucionarlo, o seguir negándolo eternamente. Al fin y al cabo la filosofía es esto: nos aporta las herramientas necesarias para forjar un pensamiento crítico con el que cuestionar aquello que consideramos erróneo.
Autor: Juan Sánchez Cano
Fuente: El País (11/08/2019)
La filosofía, por supuesto, nos «aporta herramientas necesarias para forjar un pensamiento crítico». Pero lo importante de la filosofía no es eso. Lo verdaderamente decisivo de la filosofía es que nos ayuda a plantear correctamente las grandes preguntas de la humanidad y darles respuesta.