«Lo cierto es que la Filosofía, lejos de recuperar el espacio perdido, se ha hundido todavía más en el pozo de la marginalidad. Ahora es el alumnado de 4º de ESO el que se queda sin la asignatura de Ética, con lo que la reflexión filosófica vuelve a ser sacrificada en la octava ley de educación de la democracia. » Artículo completo disponible aquí