Cuando se multiplican los muros erigidos para impedir el tránsito no de ejércitos enemigos, sino de personas que huyen de la pobreza, las guerras o los desastres naturales, resulta inaplazable cuestionar el discurso hegemónico que trata de legitimarlos.
Artículo completo disponible en: La funesta manía de levantar muros (theconversation.com)