Las pruebas sobre la relación entre contaminación y COVID19 empiezan a ser cada día más robustas.
Si al principio de la pandemia algunos estudios avisaban de la relación entre contaminación y COVID19, señalando que podía producirse un efecto multiplicador como efecto de la misma, empieza a haber pruebas cada vez más consistentes de que la contaminación influye en comportamiento de la enfermedad, aumentando las posibilidades de contagio, de ingreso hospitalario y de muerte.