El grupo editorial de Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades hace un llamamiento a investigadores e interesados a que envíen sus propuestas de trabajo para el siguiente número de la revista, que girará en torno a las Narrativas del poder: demagogos, política y ética en los albores del siglo XXI.
Uno de los aspectos más significativos de la política contemporánea se cifra en el ascenso al poder de políticos a los que cabe tildar de demagogos, así como los líderes de los partidos neofascistas europeos (Alternative für Deutschland, ONR, Fidesz, Front National). Unos y otros tienen en común no sólo ciertas estrategias y modos de proceder, sino y sobre todo un determinado estilo político: el propio del demagogo. Pensar histórica y políticamente a través del término ‘demagogo’ puede ayudarnos a entender este fenómeno tan actual.
Aunque inicialmente ‘demagogia’ significa el arte o la técnica de “guiar (ago) al demos o pueblo” y no tiene por tanto una valencia negativa, con la aparición de los primeros gobiernos democráticos ese rasgo determinante se carga de contenido. Principalmente porque ‘ago’, como ocurre con el latín agere, no significa guiar o conducir a secas, sino mover golpeando desde atrás, esto es: indica esa acción con o a través de la cual los pastores dirigen al ganado para que avance por un camino determinado. A pesar de la aparente neutralidad normativa del término, en ‘demagogo’ reverberan las notas de la fuerza y la violencia.
¿Por qué esto es importante? Porque puede ayudarnos a entender las causas del actual ascenso al poder de los demagogos. Y, a su vez, porque entender las causas es el punto de partida tanto de un análisis del fenómeno como de su posible neutralización. Nuestros gobernantes ya no pueden confiar en el liberalismo para preservar la democracia: su progresiva transformación neoliberal lo impide. Como su recurso a argumentos del tipo “vamos a mejorar el nivel de vida de nuestros ciudadanos” ha caído en el descrédito, se nos dice que lo que se necesita hoy es liderazgo: liderazgo firme y, si es necesario, un empuje ocasional o incluso el uso de la fuerza. En este contexto, no es de extrañar que las razones hayan sido desplazadas por las necesidades del establishment político y de las corporaciones multinacionales anónimas a cuyos intereses sirve el primero. Y puesto que estas necesidades, basadas en una visión deformada del ser humano, no pueden justificarse racionalmente, se necesita una devaluación completa de la razón. En resumen, parece que el mundo debe ser remodelado a partir de la convicción de Hayek: la gente no sabe lo que le conviene y debe por tanto ser tutelada. La ignorancia es una bendición y, si no lo es, debería serlo.
¿A dónde nos lleva esto? ¿Es posible regular la relación entre las élites económicas, los grupos de presión y los tecnócratas, por una parte, y los líderes políticos, por otra? ¿Puede la gente ordinaria administrar los asuntos públicos sabiamente y de qué medios dispone para hacerlo? ¿Cuáles son los límites de la participación ciudadana en las sociedades contemporáneas? ¿Supone la demagogia una amenaza a la libertad individual y a la sociedad civil? Nuestra intención es estudiar estas y otras cuestiones relacionadas desde una amplia perspectiva política, filosófica y/o sociológica con el fin de lograr una imagen más precisa y completa de nuestras sociedades en su propio devenir.
Editores: Bob Brecher (University of Brighton) y Vicente Ordóñez (Universitat Jaume I de Castellón)
Período de envío: hasta el 1 de Febrero de 2019
Publicación del número: Diciembre de 2019
Idiomas: Español, Inglés, Portugués
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