El publicitado pacto entre partidos para que la Filosofía vuelva a ser troncal en 2º de Bachillerato y en la Ética de 4º de la ESO nos da ocasión de analizar las implicaciones de este gesto político, más bien huero, si no viene acompañado de la reflexión sobre sí misma de la filosofía escolar por parte del alumnado y la comunidad de docentes.
1) La actual defensa política de la filosofía se traduce en una propuesta de ampliación de su impronta horaria en secundaria, así como del número de sus receptores. El argumento para esta defensa es el de la indispensabilidad de la materia: el sistema escolar necesita ensanchar la capacidad de crítica de sus alumnos y alumnas y no otra es, en primer término, la misión encomendada a la filosofía tanto en la letra del currículo como en el sentir público. En palabras de la ministra de Educación, Isabel Celaá, defender una mayor presencia de la filosofía significa ayudar al alumnado “a desarrollar un pensamiento crítico que les permita distinguir lo importante de lo accesorio y los fundamentos del mundo en el que vivimos». Vista de este modo, bien parece que la competencia filosófica debería incentivarse desde la más tierna infancia y cabría adaptar su enseñanza incluso a los niveles de infantil y primaria.
2) La filosofía, como problematización permanente de lo real, no puede reducirse a la transmisión de contenidos clásicos con alta carga de abstracción, complejidad y opacidad que rememora el pensar de un conjunto de hombres blancos mayoritariamente muertos. Queremos hacer notar que los currículos vigentes de las materias de Filosofía e Historia de la Filosofía, tanto a nivel nacional como autonómico, no recogen el nombre de una sola filósofa entre casi un centenar de autores y no será porque no existan pensadoras que hayan dejado una huella indeleble, que proporcionen claves para afrontar nuestro tiempo. A este respecto nos hacemos eco de la petición que recientemente el alumnado del IES Aljada de Murcia elevó al Ministerio de Educación para que “en el futuro las alumnas y alumnos de Bachillerato conozcan las bases filosóficas del feminismo y el lugar real de la mujer en la filosofía”. María Zambrano, Simone de Beauvoir, Martha Nussbaum, Luce Irigaray, Kate Millett, Celia Amorós, Amelia Valcárcel, Angela Davis, Hannah Arendt, Nancy Fraser o Judith Butler son algunas de las filósofas que deberían ser tenidas en cuenta, según estos jóvenes.
Así pues, no olvidemos que nada está a salvo del cuestionamiento, ni siquiera la historia misma de la filosofía o el modo de impartirla. Únicamente será digna de ser defendida si es crítica y puede servir de brújula en el intrincado mundo actual, si se constituye como escuela de libertad y solidaridad, tal y como preconizó la UNESCO ya en 2005.
3) El apoyo a la filosofía no puede reducirse a una defensa gremial a cualquier precio. Toda mejora para el colectivo de profesores y profesoras será siempre importante, pero no es, ni de lejos, el asunto que está en juego. No tiene sentido defender a la filosofía per se, sin decidir qué filosofía queremos y para qué le puede servir a la sociedad española y a su sistema escolar. Por tanto, tratemos de abanderar una filosofía crítica e indisciplinada que abogue por la transformación social.
4) Una materia como Historia de la Filosofía, impartida por filósofos y filósofas, debiera, antes que nada, ejercerse desde la responsabilidad: no limitarse a perpetuar los pensamientos que han modelado la cultura occidental y fagocitado otras. En un tiempo en el que millones de personas buscan refugio, el hambre parece cada vez más inextinguible cuanto más cerca estaba su erradicación o la sostenibilidad del globo es el objetivo perennemente aplazado, hay que pedirle cuentas a la filosofía, mostrar el balance, evitando la defensa de una filosofía cómplice de la dominación y la violencia, de la colonización y el patriarcado. Ella se alimenta de la crítica continua de sus propios fundamentos y su muerte sólo puede venir de volver estos inamovibles, perpetuando así un pensamiento extensivo de todas las violencias.
5) Reparemos en el aspecto falaz del eslogan político y publicitario de una “vuelta a la filosofía”. Primero, porque invalida la opción presente de salir de ella si fuera preciso, si no nos sirviera en tanto comunidad; pero, sobre todo, porque la filosofía nunca se fue, nunca se va. Lo determinante es su modo de estar y de hacer.
6) Necesitamos voces, voces que hagan de distinta manera, con otras manos. Desde la mesura de la crítica y aplicando otro martillo de un modo inaudito pero histórico. La filosofía ha de ser ella misma la primera defensa, el albergue frente a la indiferencia y el odio, reclamándose como una filosofía disidente, con vocación pública, feminista y transformadora.
ACAF (Asociación Canaria de Acción Filosófica)
Muy pertinente esta reflexión. Muchas veces en el aula siento que transmitimos contenidos fosilizados. Muy lejos del mundo que nos rodea.
Confundir la filosofía con la ideología es siempre el camino más rápido para enterrarla. La ideología es, en muchos casos, la forma en la que el incapacitado para el pensamiento se engaña a si mismo creyendo que eso es pensar:»evitando la defensa de una filosofía cómplice de la dominación y la violencia, de la colonización y el patriarcado». Item más:»La filosofía ha de ser ella misma la primera defensa, el albergue frente a la indiferencia y el odio, reclamándose como una filosofía disidente, con vocación pública, feminista y transformadora». Cháchara de gente que no tiene nada que aportar filosóficamente. .
Imprescindible reflexión e imprescindible autocrítica de la filosofía para estar a la altura de los tiempos y de sí misma. Las luces se curan con mas luces. Ni caso al increíble comentario anterior que rezuma machismo por los cuatro costados. Es lo que tienen los prejuicios, que se confunden con la razón y lo ven todo al revés.