Un tribunal holandés condena a la petrolera Shell a reducir sus emisiones en un 45% en los próximos 10 años, asumiendo así su responsabilidad por el cambio climático. La demanda fue interpuesta en 2019 por Amigos de la Tierra Países Bajos (Milieudefensie) junto a otras seis organizaciones y con el apoyo de más de 17.000 ciudadanos y ciudadanas neerlandeses.
El tribunal del distrito de La Haya (Países Bajos) leyó finalmente su veredicto en el caso bautizado como «el Pueblo contra Shell». Y ganó «el pueblo».
No había dinero en juego, al menos físicamente. Lo que pedía Amigos de la Tierra, junto con otras seis organizaciones y con el apoyo de más de 17.000 ciudadanos y ciudadanas neerlandeses, era un cambio en la política de Shell, la segunda compañía petrolera por ingresos del mundo. La sentencia obliga a la multinacional anglo-holandesa a recortar sus emisiones aceptando el marco impuesto por el Acuerdo de París: deberá reducir un 45% sus emisiones de CO2 en los próximos diez años respecto a 2019.
Toda la comunidad ecologista mundial esperaba el fallo con ansiedad, ya que podía representar un antes y un después en su lucha por frenar el cambio climático: es la primera vez que un tribunal obliga a una multinacional a asumir su responsabilidad en la crisis climática y a reducir sus emisiones. La compañía en cuestión, Shell, emite nueve veces más CO2 que todo Países Bajos junto y se encuentra entre las diez empresas más contaminantes del mundo. Según Donald Pols, director de Amigos de la Tierra, después de décadas contribuyendo de manera significativa al calentamiento global, había llegado la hora de frenar a Shell, «una empresa que se ha salido con la suya y ha logrado maquillar de verde sus actividades durante demasiado tiempo».