El filósofo y sociólogo alemán Jürgen Habermas, de 86 años, y su colega canadiense Charles Taylor, de 83, han recibido el premio mejor dotado en el campo de la filosofía –y que no tiene su correspondiente Nobel–, el premio John W. Kluge dotado de 1,5 millones de dólares. El premio fundado por el empresario germano-estadounidense John Werner Kluge ha recaído en estos dos brillantes filósofos sobre todo por su participación en el debate político a nivel público. Así lo ha indicado el director de la biblioteca del Congreso estadounidense James Billington, en Washington D.C., donde se ha anunciado el premio.
Habermas es conocido por sus trabajos en ética, filosofía política y derecho, y sus teorías son conocidas, estudiadas y discutidas en todo el mundo. El filósofo alemán es el miembro más eminente de la segunda generación de la Escuela de Frankfurt y uno de los exponentes de la Teoría crítica. Entre sus aportaciones destacan la construcción teórica de la acción comunicativa y la democracia deliberativa: «Habermas es un erudito cuya influencia no debe ser subestimada» ha indicado Billington. Tras la la Caída del Muro, el alemán se expresado sobre todo acerca de la integración europea y la globalización.
Taylor, por su parte, se ha ocupado acerca de la multiculturalidad criticando la tesis del «Choque de las culturas». La fundación Kluge premia y financia a intelectuales de las humanidades y las ciencias sociales por la obra de toda una vida, como por ejemplo a los filósofos Leszek Kolakowski y Paul Ricoeur, a los historiadores Peter Brown y John Hope Franklin o al sociólogo ex presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso.
Esta noticia ha sido publicada por José Pablo Jofré en: www.abc.es/cultura
Obviamente que cuando se señala a Habermas como sociólogo se está dirigiendo su presentación como crítico de la sociedad
Mi admiración y respeto por ambos doctores que tanto han aportado al pensamiento universal. Más que merecido el reconocimiento otorgado.
Me satisface sobremanera este reconocimiento a J Habermas, pues ha sido un referente máximo para quienes nos fascinamos con el tema de la democracia participativa de la constitución política de Colombia, donde la democracia representativa obstaculiza y hasta la ha cooptado al no permitir la fuerza vinculante de las decisiones de las comunidades, pues la comunidad ha sido la convidada de piedra que puede decidir sino solamente ser escuchada y muchas veces ni es escuchada.
Quienes estamos de parte que prime el mejor argumento, agradecemos a Habermas su apoyo y fortalecimiento.