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DIÁLOGO POR LA EDUCACIÓN. ACTO EN EL ATENEO 31 MAYO 19h

Compañeros y compañeras,

Ante la posibilidad de un inminente Pacto de Estado de Educación elaborado por las fuerzas políticas sin el consenso ni la participación de la comunidad educativa, el pasado 19 de abril impulsamos desde la plataforma La Educación que nos une la iniciativa «Diálogo por la Educación«. Su objetivo es promover un proceso de diálogo que conduzca a un acuerdo social y político que permita alumbrar una nueva Ley de Educación:

  • Democrática: elaborada con la participación de la comunidad educativa y la ciudadanía.
  • Estable: centrada en las necesidades de las personas y no en los intereses de los partidos.
  • Comprometida con un mundo más justo.

Dicha iniciativa tuvo una gran acogida por parte de diferentes plataformas y colectivos de la comunidad educativa, así como el apoyo desde diferentes ámbitos y personalidades (valgan de ejemplo las palabras de Pucho (de Vetusta Morla) en la entrega de Premios de la Música Independiente).

Por todo ello, reclamamos tiempos y espacios donde ese encuentro y diálogo sea posible. Os invitamos a participar en el acto que hemos organizado para el próximo 31 de mayo a las 19.00h en el Ateneo de Madrid (Calle del Prado, 21).

Agradecemos toda la difusión posible y esperamos la máxima participación y asistencia de colectivos, plataformas y ciudadanía.

 

Si aún no lo has hecho, muestra tu apoyo en: http://laeducacionquenosune.org

 

Evento en Facebook: https://www.facebook.com/events/1154081561278652/

 

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Un cordial saludo.

Ciudadan@s por la Educación Pública

La filosofía, matemática de las letras

Isidoro Reguera

Así como la matemática es el lenguaje universal de las ciencias, la filosofía es, en el mismo sentido, el de las letras. Ambas formalizan, conceptualizan, estructuran lógicamente y dan universalidad al pensamiento en ambos campos del saber. Y si en la educación secundaria la matemática es una asignatura instrumental, o competencia clave, junto con la lengua (que es el lenguaje universal de la vida, de sus ocios y negocios), la filosofía debería formar una trinidad sagrada educativa con ellas. Ninguna otra asignatura es capaz de hacer operativo el pensamiento científico, literario y humano como ellas, fundarlo en el estado actual de la evolución superior general de la mente humana, ninguna otra es crucial y necesaria al nivel esencial y básico de agilidad conceptual del quehacer y de la gracia intelectual de una persona.

Seguro que en este sentido Guillermo Fernández Vara , médico de formación, nos confesaba a una compañera de bachillerato y a mí, en un encuentro casual en Mérida, meses antes de ser elegido para este segundo mandato, que únicamente la asignatura de filosofía le había enseñado a pensar. Lo dijo muy convencido, como recordando una experiencia real. Creo que un tanto se le nota en su actividad política el fondo que le debió dejar aquella experiencia. Como creo que se nota en su nuevo y confeso talante, al menos cuando lo confesaba al principio y por el hecho de confesarlo, otro fondo filosófico que recordamos aquel día. El de la melancolía aristotélica, distintiva luego en la historia de todo gran quehacer humano, en política como en cualquier cosa: la inanidad definitiva del negocio humano, la superconsciencia, un tanto irónica, de lo inaccesible del ideal pero de la necesidad de vivir por él a pesar de todo, a pesar de saberlo tal, porque, si no, no tiene sentido nada, las cosas son muy cutres.

logica

Aristóteles

Sí, no está mal la lección filosófica de aquel encuentro fortuito emeritense: pensar y melancolía. La filosofía es superconsciencia de ambas cosas, juntas. Melancolía por tener que pensar dentro de una lógica siempre asintótica a la vida. Pensar movido por la melancolía de ser así, consciente a cada instante del hecho irrebasable de poder existir y actuar solo en esas condiciones melancólicas de pensar. Sí, efectivamente, un buen fondo esta consciencia también para toda acción política, aunque parezca inverosímil en la degradada posdemocracia de hoy y en sus ínclitos representantes. Y una elegante compañera de viaje, en general, en el artificio virtual de nuestra ilustre condición actual de vida de netizens en camino a cyborgs.

LA FILOSOFIA da que pensar al intelectualmente sensible, al que no lo es solo le produce una sonrisa de estúpida suficiencia. De modo que, además de todo lo demás, la sensibilidad por la filosofía es buena medida de la sensibilidad en general de una persona. Sucede, por ejemplo, que aquellos alumnos que dicen que se les «atraviesa» la filosofía no suelen ser en general los mejores. A pesar del profesor, por ejemplo, y si es el caso, la filosofía, más que otras asignaturas, se impone por sí misma, por su nivel de consideración de las cosas, a las mentes jóvenes, menos adocenadas, despiertas.

Como las matemáticas en ciencias, en la educación secundaria se necesita una asignatura de letras realmente difícil, en tanto abstracta, que desbroce hacia el concepto las mentes de la gente de esa edad. Nunca lo agradecerán suficiente en la vida. En los másteres de dirección de empresas americanos, y en alguno de los más famosos de aquí, al menos hace años, siempre había alguna asignatura de filosofía. Enseña a ordenar las ideas, graduar su valor lógico y su eficacia retórica, y en ese sentido a superar entrevistas de trabajo y a dirigir empresas, incluso. Eso me confirmaba esta Semana Santa, agradecida, una brillante antigua alumna mía de filosofía en la licenciatura de historia, directora hoy en Londres del departamento organizativo de una multinacional española técnica, llena de ingenieros de caminos y otros vericuetos: la que diseña y construye aves por el mundo.

Respecto a otros valores ineludibles de la filosofía: coadyuvar al civismo, convivencia, ciudadanía y democratización, reflexión crítica y diálogo, exponer las cuestiones básicas que laten bajo las ciencias, la economía, las letras, el arte, la religión, etc., han escrito, y muy bien, quienes estos días publican cosas sobre la entidad de la filosofía, defendiéndola de las desastrosas arbitrariedades de la ley del inefable Wert , hoy por cierto irresponsablemente escabullido de sus responsabilidades al respecto en su dorado retiro de Paris, creo. Los políticos de esta tierra parecen haber entendido el clamor del pueblo enseñante (¡gracias!), manifestado razonada y razonablemente por las propuestas de profesionales entendidos, responsables y valientes, preocupados sobre todo por sus alumnos y por el nivel de la enseñanza y educación de este, en este aspecto, sufrido y sufridor país.

Este artículo apareció originalmente el El periódico de extremadura, el día 19-5-2016

La reiterada repulsa a Lluís Vives y su magisterio filosófico

Julio Badenes

¿Acaso en la Comunitat Valenciana conocemos quién fue, realmente, ese valenciano llamado Lluís Vives? El nombre nos suena a casi todos, pero ¿somos conscientes, ciudadanos y políticos, de su trascendencia, a lo largo de la Historia, en la creación de nuestra realidad sociopolítica europea y valenciana del siglo XXI? ¿Es coherente un gobierno que reduce a la mínima potencia, en nuestro sistema educativo, aquellas materias, la filosofía y la ética, que alimentan la base en la que se sustenta la democracia, y los valores de las constituciones europea y valenciana, a los que tanto contribuyó el magisterio filosófico-humanista de Lluís Vives?

Lluís Vives nació en aquel Siglo de Oro Valenciano, de valores tan contradictorios, a caballo entre la Edad Media y el Renacimiento, tan próspero para las letras, las artes y la economía, pero tan letal para la convivencia social entre los valencianos de diferentes creencias religiosas (cristianos, musulmanes y judíos). De hecho, aquel año de 1492 en el que nació, marcó a fuego su destino y le avocó, cual flecha recién lanzada, a ser el refugiado europeo más influyente del Renacimiento. Pues ese agridulce año en el que Colón llegó a América, los Reyes Católicos decretaron la expulsión de los judíos, religión que profesaba la familia de Vives.

Los mismos Furs del Reino señalaban la hoguera para los herejes. Mas, a pesar de su conversión al cristianismo, la familia Vives fue perseguida por una férrea Inquisición valenciana, quemando en la hoguera a Lluís Vives Valeriola, padre del humanista, en la plaza de la Seo el 6 de septiembre de 1524. Por precaución familiar, el joven Juan Lluís Vives había marchado a París en 1509 y ya no regresaría a su amada Valencia nunca más. Se había convertido en uno de los refugiados más universales de la Historia al no poder retornar a su tierra natal por la intransigencia de una interpretación inhumana y absolutista de la política y de la religión en el Reino de Valencia. Sin embargo, Europa lo acogió y supo reconocer su magnífica contribución ético-filosófico-política que, con el paso del tiempo y los siglos, se ha convertido en uno de los pilares sobre los que se ha nutrido la Unión Europea y los valores éticos que la sostienen.

Al comienzo del siglo XXI, unos 500 años después, el Gobierno valenciano volvió a despreciar el legado humanístico-filosófico de uno de sus hijos más universales. De hecho, el Estatuto de Autonomía, en su artículo 1, punto 4, afirma que «la Comunitat Valenciana, como región de Europa, asume los valores de la Unión Europea». Y el preámbulo del tratado por el que se establece una Constitución para Europa afirma que surge «inspirándose en la herencia cultural, religiosa y humanista de Europa, a partir de la cual se han desarrollado los valores universales de los derechos inviolables e inalienables de la persona humana, la democracia, la igualdad, la libertad y el Estado de Derecho». Sin embargo, la implantación actual de la Lomce, prácticamente, reduce a la mínima expresión aquellas materias (ética e historia de la filosofía), legado de Vives, que alimentan y promueven dichos valores europeos entre los valencianos y fundamentan nuestra democracia.

HumanistaLuisVivesBrujas

Mas, ¿cómo podrán pasar nuestros alumnos de simples habitantes del territorio valenciano a auténticos ciudadanos democráticos valencianos, españoles y europeos si se elimina la obligatoriedad de aquellas asignaturas que son insustituibles para «defender y promover los derechos sociales de los valencianos que representan un ámbito inseparable del respeto de los valores y derechos universales de las personas y que constituyen uno de los fundamentos cívicos del progreso económico, cultural y tecnológico de la Comunitat Valenciana» (Estatuto de Autonomía, artículo 10, punto 1).

Evidentemente, si se va a implantar la Lomce en la Comunitat Valenciana, y se elimina la obligatoriedad de las enseñanzas de ética e historia de la filosofía, entonces, hay una flagrante contradicción y, o no se cree en el Estatuto de Autonomía o no se está dispuesto a educar a los alumnos valencianos en los valores que propone dicha Constitución valenciana. Por tanto, el Estatuto sería papel mojado o una mera pantomima.

Al honorable conseller de Educación y a la Generalitat Valenciana les compete no volver a despreciar, por tercera vez, el magisterio de Lluís Vives y apostar por los valores democráticos. Pues, honrar a Lluís Vives no consiste en erigirle calles y estatuas, sino en que nuestros alumnos estudien su herencia filosófico-humanista porque, como él nos enseñó, las capacidades en cualquier ámbito son ciegas si no están dirigidas hacia un fin ético-político-social que se piensa desde la reflexión filosófica.

Este artículo fue originalmente publicado por Julio Badenes en el diario Levante el día 10 de Mayo de 2016

Vídeo de la presentación del libro «Maquiavelo», de Francesco Bausi

Video de la presentación del libro «Maquiavelo», de Francesco Bausi, (trad. M. Barbuto), València. Publicacions Universitat de València, 2015.


Índice:

Marcelo Barbuto
“De Maquiavelo a Machiavelli”
inicio a 17:04
comentario de Granada a 20:57
comentario de Cappelli a 22:35
comentario de Bausi a 28:05

Francesco Bausi
“Machiavelli republicano o mediceo?”
a 1:17:52
comentario de Granada a 1:19:16
comentario de Bausi a 1:22:05

Guido Cappelli
«Dall’oscuro segretario mediceo al grande Machiavelli»
a 2:01:46
comentario de Bausi hasta el final.»

El blog de Enrique Medina

Enrique Medina es un chaval de quince años que dedica parte de sus horas libres a escribir sobre filosofía. Sorprende el alcance y profundidad de sus reflexiones.

Dejamos aquí una muestra de algunas de ellas, para que pensemos en el potencial de la juventud de hoy día:

http://blogdelascolumnas.blogspot.com.es/2016/02/al-borde-del-abismo-del-pesimismo.html

http://blogdelascolumnas.blogspot.com.es/2015/11/manifiesto-del-trabajo-y-el-capital-y.html

http://blogdelascolumnas.blogspot.com.es/2016/01/sufrimiento-mundial.html

Canal de youtube de Lluna Pineda

Lluna Pineda es profesora de filosofía en Barcelona. Hace tres años empezó a crear recursos didácticos online dirigidos a los alumnos que se examinaban de la selectividad en Cataluña. Una parte de estos materiales consistía en la elaboración de videos donde explica, en forma de esquema, la teoría de algunos autores más representativos de la historia de filosofía.

Los videos originales están en catalán y este curso también se han estado grabando en castellano.

Son materiales útiles para el estudio y pueden ser un buen complemento de las clases convencionales.
Este es el enlace:
https://www.youtube.com/playlist?list=PLjkzejF-52eH4_Bz716Heq0YTbPQ27Gtl
Y aquí tenéis un ejemplo:

NUEVA PUBLICACIÓN SOBRE LAICIDAD

Anunciamos la publicación en Edicions Bellaterra de Laicidad europea. Apuntes de filosofía política postsecular de Daniel Gamper (Profesor de Filosofía política en la Universitat Autònoma de Barcelona).
Un ensayo de filosofía política sobre los desafíos de la diversidad y la libertad religiosa en las democracias europeas.

Martha C. Nussbaum: En la despedida de Hilary Putnam

Philosophy is pretty unpopular in America today. Marco Rubio says, with typical inelegance: «We need more welders and less philosophers.» Governor Pat McCrory of North Carolina also singles out philosophy as a discipline offering «worthless courses» that offer «no chances of getting people jobs.» Across the nation there’s unbounded adulation for the STEM disciplines, which seem so profitable. Although all the humanities suffer disdain, philosophy keeps on attracting special negative attention — perhaps because in addition to appearing worthless, it also appears vaguely subversive, a threat to sound traditional values.

Such was not always the case. Throughout its history in Europe, philosophy has repeatedly come in for abuse from the forces of tradition and authority. The American founding, however, was different: the founders were men of the Enlightenment, steeped in the ideas and works of Rousseau, Montesquieu, Adam Smith, and the ancient Greeks and Romans — especially Cicero and the Roman Stoics. As men of the Enlightenment they took pride in steering their course by reason and argument rather than unexamined tradition. Their intellectual independence and theoretical thoughtfulness served them well when it came to setting up a new nation. We’ve traveled a long way from those roots, and not in a good direction.

On March 13, America lost one of the greatest philosophers this nation has ever produced. Hilary Putnam died of cancer at the age of 89. Those of us who had the good fortune to know Putnam as mentees, colleagues, and friends remember his life with profound gratitude and love, since Hilary was not only a great philosopher, but also a human being of extraordinary generosity, who really wanted people to be themselves, not his acolytes. But it’s also good, in the midst of grief, to reflect about Hilary’s career, and what it shows us about what philosophy is and what it can offer humanity. For Hilary was a person of unsurpassed brilliance, but he also believed that philosophy was not just for the rarely gifted individual. Like two of his favorites, Socrates and John Dewey (and, I’d add, like those American founders), he thought that philosophy was for all human beings, a wake-up call to the humanity in us all.

Putnam was a philosopher of amazing breadth. As he himself wrote, «Any philosophy that can be put in a nutshell belongs in one.» And in his prolific career Putnam, accordingly, elaborated detailed and creative accounts of central issues in an extremely wide range of areas in philosophy. Indeed there is no philosopher since Aristotle who has made creative and foundational contributions in all the following areas: logic, philosophy of mathematics, philosophy of science, metaphysics, philosophy of mind, ethics, political thought, philosophy of economics. philosophy of literature.

And Putnam added at least two areas to the list that Aristotle didn’t work in, namely, philosophy of language and philosophy of religion. (Philosophy of religion because he was a religious Jew, and he understood Judaism to require a life of perpetual critique.) In all of these areas, too, he shared with Aristotle a deep concern: that the messy matter of human life should not be distorted to fit the demands of an excessively simple theory, that what Putnam called «the whole hurly-burly of human actions» should be the context within which philosophical theory does its work.

That commitment led him to oppose many fads of his time: for philosophy is prone to simplifying and reductive fads, from logical positivism to a later fad for computer modeling of philosophical problems. Putnam knew physics like virtually nobody else in the field, and so he also knew that it was fatal to reduce philosophy to physics: philosophy is a humanistic discipline. (I remember a marvelous and profoundly countercultural course he taught at Harvard, in the days when logical positivism was just beginning to wane, entitled «Non-Scientific Knowledge.» It covered ethical knowledge, aesthetic knowledge, and religious knowledge, and Putnam showed the folly of imagining that physical reductionism could replace those normative subjects.) His independence from fads also led him to take a keen interest in the thought of the ancient Greeks, who looked stupid to the positivists but who actually had a few good ideas! He learned ancient Greek in order to work seriously on Aristotle, and he argued that Aristotle had important insights about the mind-body relationship that contemporary thinkers ought to take up.

At the same time, and again like Aristotle, Putnam never gave way to irrationalism, never took up a skeptical and dismissive attitude to philosophical theorizing: for, as he stressed, the attempt to order our world by the work of reason is one of the most deep and pervasive aspects of the hurly burly of human life. He believed that we are always prone to not just messiness and sloppiness, but, worse, to capitulation to forms of authority and pressure, and that the work of philosophy was needed to counter these baneful tendencies.

Most philosophers talk a lot of talk about following the argument, but eventually lapse into dogmatism, defending a well-known position at all costs, no matter what new argument comes along. The glory of Putnam’s way of philosophizing was its total vulnerability. Because he really did follow the argument wherever it led, he often changed his views, and being led to change was to him not distressing but profoundly delightful, evidence that he was humble enough to be worthy of his own rationality. Once in the late 1970’s he offered a class on metaphysics at Harvard with his colleagues Nelson Goodman and W. V. O. Quine. The other two held views very different from Putnam’s, and they argued well. Putnam became more and more excited by the debate — so much so that he would leave a department meeting in the middle of lunch to walk up and down the halls with Goodman. At the end of that term, his Presidential Address to the American Philosophical Association contained an elegant argument against himself — somewhat in Goodman’s spirit, though not exactly.

A life in reason was and is difficult. All of us, whether we are ignorant of philosophy or professors of philosophy, find it easier to follow dogma than to think. What Hilary Putnam’s life offers our troubled nation is, I think, a noble paradigm of a perpetual willingness to subject oneself to reason’s critique. Our country, founded by lovers of argument, has become the plaything of rhetoricians and entertainers (characters that Plato knew all too well). On this day when we have lost one of the giants of our nation, let’s think about that.

Este artículo fue originalmente publicado en The Huffington Post, el 14-3-2016. Puede consultarse aquí.

Enseñar filosofía a los niños los hace más inteligentes en matemáticas e inglés

Teaching kids philosophy makes them smarter in math and English
Las escuelas se enfrentan a una presión incesante para ofertar las materias STEM: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Y hacen poco caso a la filosofía.

Tal vez deberían hacerlo.

En Inglaterra, los niños de 9 y 10 años que participaron en una clase de filosofía una vez por semana durante el transcurso de un año aumentaron significativamente sus habilidades en matemáticas y en lengua, y los estudiantes más atrasados mostraron los avances más significativos, de acuerdo con un amplio y bien diseñado estudio de Education Endowment Foundation:  Philosophy for Children. Evaluation report and Executive summary (July 2015). https://educationendowmentfoundation.org.uk/public/files/Projects/EEF_Project_Report_PhilosophyForChildren.pdf

Más de 3.000 niños en 48 escuelas de toda Inglaterra participaron en las discusiones semanales sobre conceptos tales como la verdad, la justicia, la amistad y el conocimiento, con un tiempo reservado para la reflexión en silencio, la formulación y recepción de preguntas, y la atención al pensamiento y las ideas de los demás.

aurora

Los niños que siguieron el curso mejoraron sus resultados en matemáticas y en comprensión lectora como si hubieran recibido dos meses adicionales de enseñanza, a pesar de que el curso no fue diseñado para mejorar la lengua o la aritmética. Los niños de entornos desfavorecidos dieron un salto aún más grande en el rendimiento: mejoraron en sus habilidades lectoras por un equivalente a cuatro meses, en matemáticas por tres meses, y en escritura por dos meses. Los maestros también manifestaron que había tenido un impacto beneficioso en la confianza mutua y en la capacidad de escuchar a los demás estudiantes.

El estudio fue realizado por la Education Endowment Foundation (EEF), una entidad sin fines de lucro que quiere cerrar la brecha entre el ingreso familiar y el nivel educativo. El EEF puso a prueba la eficacia de la enseñanza filosófica a través de un ensayo controlado aleatorio, similar a la forma en que son probados muchos medicamentos.

Veintidós escuelas actuaron como grupo de control, mientras que los estudiantes de otras 26 participaron en la clase de filosofía (que se reunía una vez a la semana durante 40 minutos). Los investigadores trataron de controlar la calidad de las escuelas: en cada una de ellas, al menos una cuarta parte de los estudiantes recibieron almuerzo gratis y muchas tenían un importante porcentaje de alumnado con rendimientos por debajo del nivel de su curso.

Lipman

Mathew Lipman en una clase infantil

Los efectos beneficiosos de la filosofía se prolongaron durante dos años, y el grupo de intervención continuó superando al grupo de control incluso después de que las clases hubieran terminado. «Se les había dado nuevas formas de pensar y de expresarse», dijo Kevan Collins, director ejecutivo de la EEF. «Habían estado pensando con más lógica y conectando mejor las ideas.»

Inglaterra no es el primer país en experimentar con la enseñanza de la filosofía para los niños. El programa utilizado por la EEF, llamado P4C (Filosofía para Niños), fue diseñado por el profesor Matthew Lippman en New Jersey en la década de 1970 para enseñar habilidades de pensamiento a través del diálogo filosófico. En 1992, se creó en el Reino Unido la Society for the Advancement of Philosophical Enquiry and Reflection in Education (SAPERE) para aplicar ese programa. P4C ha sido adoptado ya en las escuelas de 60 países.

El programa de SAPERE no se centra en la lectura de los textos de Platón y Kant, sino más bien en historias, poemas o fragmentos de películas que inmediatamente suscitan discusiones sobre cuestiones filosóficas. El objetivo es ayudar a los niños a razonar, a formular preguntas, a participar en una conversación constructiva y a desarrollar argumentos.

Collins espera que esta última evidencia convencerá a los directores de las escuelas, que tienen una autoridad mucho mayor en el Reino Unido que en Estados Unidos, para dar un espacio a la filosofía en sus programaciones. La puesta en funcionamiento del programa cuesta a las escuelas 16 £ (23 $) por estudiante.

Programas como este «empujan a los niños desfavorecidos hacia arriba en la enseñanza, no hacia abajo», declaró Collins a Quartz. «No es un programa docente estrecho y reduccionista, sino amplio y expansivo”.

sócrates

Sócrates

De acuerdo con la EEF, el 63% de los estudiantes británicos de 15 años obtiene buenos resultados en los exámenes, mientras que un 37% tiene dificultades. Esta institución espera que mediante la práctica de la investigación educativa basada en pruebas y ensayos controlados aleatorios, las escuelas adopten las políticas más eficaces para hacer frente a la disparidad.

Sócrates dijo que «el verdadero conocimiento consiste en saber que no se sabe nada.» Pero para cerrar la brecha en los resultados educativos, algunos profesores parecen creer que la filosofía tiene un papel importante que desempeñar.

Esta entrada fue originalmente publicada en :

http://qz.com/635002/teaching-kids-philosophy-makes-them-smarter-in-math-and-english/