El día 6 de mayo tendrá lugar la cuarta sesión de Filósofas en Streaming de este año con una charla de Alba Moreno Zurita (Universidade de Santiago de Compostela) titulada «Ni contrapartidas ni neutrales». El evento se celebrará de forma online mediante la plataforma de Google Meet a las 17:30 (CET). Para asistir es necesario registrarse previsamente aquí:
Durante los últimos años, en la filosofía del lenguaje se ha prestado mucha atención al estudio de los slurs, que son términos que tienen la capacidad de derogar en virtud de la identidad de las personas a las que se aplican (Croom 2011; Camp 2013; Jeshion 2013a; DiFranco 2014). La mayor parte de este debate ha estado ocupado por la contribución de diferentes propuestas semánticas y pragmáticas que dan cuenta del efecto derogatorio de estos términos (Potts 2007; Hom 2008; Anderson & Lepore 2013a; Marques & García-Carpintero 2020).Sin embargo, en los últimos años ha surgido un debate, dentro del estudio de los slurs, que ha cuestionado su relación con las contrapartidas neutrales, que son términos que comparten su extensión pero carecen de efecto derogatorio. El objetivo de esta charla es presentar algunas de las críticas más relevantes a la asunción de contrapartidas neutrales para los slurs (Ashwell 2016; Damirjian 2021; Falbo 2021) y argumentar a favor de una concepción de estos, en tanto que términos gruesos, que esté elaborada a partir de la inseparabilidad de los elementos evaluativo y no evaluativo y la falta de forma (McDowell 1998; Väyryen 2013). Esto supone, en primer lugar, que no podemos entender de manera aislada ni la actitud asociada a la extensión del término ni la propia extensión y, en segundo lugar, que no podemos saber cuál es la extensión del término sin haber adoptado previamente una actitud evaluativa.
En esta obra se tratará un aspecto específico de la Libertad como uno de sus componentes esenciales, y éste no es otro que la Responsabilidad. Se pretende, así, elaborar la necesaria arquitectura conceptual y terminológica que permita abordar con rigor todo el campo de influencia de la Responsabilidad en el conjunto de sus acepciones y aplicaciones. Partiendo de la consideración sobre el inherente sentido orientado responsablemente que mantiene el actuar humano, lo que será necesario razonar, se convocarán numerosos saberes y conocimientos organizados para así poder estimar debidamente la visión poliédrica que exige la Responsabilidad, término ahora muy manido, aunque, eso sí, poco argumentado.
Ésta es la primera parte de una obra más amplia, dividida en dos volúmenes, que se completa, en un segundo tomo, con una visión histórica de lo que supone la Responsabilidad para ejercer y preservar la Libertad. En la primera —en ésta—, se argumenta sobre la Responsabilidad; en la segunda, se ejemplifica sobre la Responsabilidad. La inicial es filosófica; la consiguiente, histórica. Por la anterior, se transitará, entre otros saberes, a través de la lógica, la epistemología, la antropología, el derecho, la ética, la moral o, incluso, la política; por la posterior se hará en el campo de la historia contemporánea, en concreto correspondiendo el análisis al periodo de nacimiento, auge, apogeo y destrucción provocadas por el nazismo, con todas sus macabras y delictivas consecuencias, como ejemplo de lo que supone la conculcación de la Libertad por ausencia de Responsabilidad.
En estos tiempos confusos, parece no haber día en que no se cuestione el papel que debe tener la filosofía en las aulas de secundaria y bachillerato, e incluso en la propia universidad.
Aunque la cuestión viene de lejos, pues en sus comienzos ya se debatía sobre la relación de alguna de sus formas con la corrupción de menores, sorprende la insistencia de este cuestionamiento, habida cuenta de que los argumentos que se esgrimen en contra de la filosofía –escasa o nula utilidad, casi completa desvinculación del mercado de trabajo– también podrían dirigirse contra otras disciplinas no tan disputadas, no solo humanísticas, sino también científicas.
A contracorriente de los argumentos al uso, este libro reivindica para la filosofía un papel decisivo en las aulas. Sin embargo, como deja claro el libro, no hay papel sin actores que lo interpreten: desde su propia experiencia docente los autores de este volumen proyectan su idea de lo que debe ser el profesor de filosofía, ese educador tan denostado.
La formación del ciudadano:
Esta edición, cuidadosamente preparada por Felipe M. Ignacio, contiene textos sobre el sistema educativo de: Mirabeau, Talleyrand, Condorcet, Rabaut, Saint-Étienne, Lepeletier de Saint-Fargeau, Victor Hugo, Jules Ferry, Paul Bert, Jean Jaurès, Victor Cousin, Émile Durkheim, Jules Lagneau, Henri Bergson, Alain, Ernest Renan, Michel Bréal, Ernest Lavisse, Louis Liard, Jacques Muglioni y Régis Debray.
Todos ellos son destacados protagonistas de la querella que, a partir de la Revolución francesa, tiene lugar en el país vecino sobre la cuestión educativa y su relación con las instituciones políticas de la república.
Ninguno de estos autores pierde de vista el papel crucial que tiene la educación en la formación de ciudadanos libres e iguales, premisa necesaria de la integración en sociedad.
Publicación de un libro «perdido» del último Nietzsche
El catedrático y profesor Joaquín Riera Ginestar, investigador de la filosofía antigua y contemporánea acaba de editar, traducir, prologar y anotar en Alianza Editorial una obra perdida de Nietzsche que puede ser de gran interés del público lector de filosofía
Se trata de una obra concebida en los últimos días de agosto de 1888 -último verano de vida lúcida de Nietzsche-, una obra que proyectó como síntesis de su malogrado proyecto capital «La voluntad de poder» y en la que se abordan los temas clave de su pensamiento. Si bien un repentino cambio de opinión determinó que esta obra única viera la luz no en la forma unitaria prevista, sino disuelta en dos libros distintos -«Crepúsculo de los ídolos» (1889) y «El Anticristo» (1894), esta edición reconstruye, a partir de los fragmentos póstumos y de los manuscritos nietzscheanos originales, la obra tal como Nietzsche la diseñó, recuperando así una pieza de notable valor filosófico y literario, más redonda, en conjunto, de lo que habrían de resultar sus dos vástagos.
Aquí dejamos una videoreseña que ha tenido a bien hacer el profesor Fernando Castro Flórez en su canal de YouTube:
Democracia ecológica. Entre la sociedad civil y el Estado ecosocial democrático de derecho
Autor: Javier Romero (Profesor de Filosofía Moral y Política en la Universidad de Salamanca)
A caballo entre la teoría política, la ética ecológica, el derecho y la filosofía política ambiental, Javier Romero hace un llamamiento a la cordura, un elogio a la democracia, una invitación al diálogo y una advertencia frente al embudo de crispación y sectarismo en el que parece precipitarse la política ante unos límites planetarios que no deberían traspasarse en los próximos años. Partiendo de la idea lo ecológico también es político, el siguiente libro articula una concepción participativa y ecológica de la democracia deliberativa entre la sociedad civil y el Estado ecosocial democrático de derecho. La realización de este tipo de democracia no es algo utópico, sino la única respuesta racional y realista capaz de contener el auge de los ecofascismos y demás autoritarismos pintados de verde, a la vez que limita los procesos salvajes de externalización de nuestras sociedades liberales en beneficio de la habitabilidad del planeta, sin suponer un riesgo de pérdida de derechos y libertades reconocidos por un Estado constitucional.
Descartes nos ha dejado su «historia» en elDiscurso del método; en ella sólo dio cabida a la evolución intelectual que inició «con gran suerte» por los años de su juventud, cuando «poseído por dudas y errores» sentía la necesidad de aprender «a distinguir lo verdadero de lo falso con la finalidad de ver claro en sus acciones y de avanzar con seguridad en esta vida». Al articular esa historia, resalta que su deseo de juventud se acrecentaba a medida que cobraba conciencia de «la diversidad de opiniones que pueden darse en torno a una misma materia», de «la vanidad de la mayor parte de las empresas acometidas en su siglo» y, también, de «aquella corrupción de las costumbres» surgida del dogmatismo más intolerante generado por los distintos «credos» y poderes, alentados por la misma educación que acostumbra a proponer «las propias opiniones de forma muy paradójica con el fin de atraer a mayor número de personas a la disputa», y cuya crueldad superó lo que podríamos considerar como su capacidad imaginativa.
La síntesis de acciones que Descartes materializa al gestar este título es tan acertada como cuidada en los pormenores y detalles. A veces parece aislar este motivo primario. Pero no es así, pues solo deja filtrar algún deseo personal que, como el de «vivir gozando de la libertad» y de «los frutos de la paz», «tratar de ser más espectador que actor en todas las comedias que en el mundo se representan a diario» o «disfrutar de todas las comodidades que pueden ofrecer las villas más pobladas», deberían ser participados e incorporados por cuantos vivían en aquella Europa tan insegura como dogmática, tan cruel como pícara e indigente, que solo invitaba a «vivir tan retirado y solitario como quien vive en uno de los desiertos más apartados». Y, sin embargo, su correspondencia, integrada por al menos 575 cartas, constituye una parte significativa de su obra, volcada en el conocimiento de las innovaciones científicas y en el desarrollo de proyectos vinculables a «la filosofía práctica», cuyo manifiesto presenta en estas páginas. De esa filosofía práctica da buena muestra al confeccionar estos ensayos (Dióptrica, Meteoros y Geometría)y al seleccionar el mismo objetivo que juzga prioritario para la ciencia de su época: el desarrollo de la medicina.
Dos alumnos (Nerea López y Pablo García) y un profesor (José Barrientos) de la Facultad de Filosofía se encuentran realizando actividades de cooperación desde el 12 de julio en diversas ciudades de Colombia. El programa de trabajo incluye talleres y conferencias de filosofía en dos prisiones de Bogotá (La Picota y el Buen Pastor), talleres de Filosofía para Niños/as en varias ONGs y en asociaciones sin ánimo de lucro y charlas que incentivan el entrenamiento de virtudes y hábitos filosóficos en colectivos vulnerables. Estas actividades de cooperación se encuadran en el marco del proyecto de la Universidad de Sevilla KRINEIN (http://institucional.us.es/krinein), financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación al Desarrollo, al proyecto de Filosofía con colectivos vulnerables, y del proyecto BOECIO, dirigido por el Profesor José Barrientos y del proyecto PARCCHE del grupo MARFIL, dirigido por el Profesor Rojas. Desde hace casi una década, BOECIO desarrolla talleres filosóficos en reclusorios argentinos, brasileños, colombianos, españoles y mexicanos y con otros colectivos vulnerables como mujeres en situación de prostitución, chicos en riesgo de exclusión social y, próximamente, inmigrantes africanos.
Las actividades de cooperación se derivan del convenio marco entre la Corporación Universitaria Uniminuto y la Universidad de Sevilla y las facilidades proporcionadas por su Vicerrector Académico, Nelson Bedoya.
Dentro del proyecto KRINEIN, cerca de una decena de estudiantes de universidades andaluzas se han visto beneficiados por becas de cooperación para realizar estancias en otros países de América Latina. Las estancias están sirviendo para abrir nuevos puntos de cooperación internacional desde la filosofía, pues, en agosto, se abrieron iniciativas en dos nuevas prisiones de Medellín (Colombia), que serán coordinadas por Victoria Sarmiento, profesora de la Universidad Nacional A Distancia, y por su alumno Luis Triana, y una Ciudad de México de la mano de Luis Ariosto, profesor de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y se espera abrir en una prisión de Guadalajara y otra de Colima (ambas en México). Con ello, se alcanzará un impacto filosófico sobre cerca de un millar de personas implicadas en el proyecto BOECIO.
De Izquierda a derecha: Prof. Víctor Rojas, coordinador de MARFIL y PARCCHE (Uniminuto), Prof. Nelson Bedoya, Vicerrector Académico de la Corporación Universitaria Uniminuto, Prof. José Barrientos, Director del Proyecto BOECIO (Universidad de Sevilla)
De Izquierda a derecha: Prof. Víctor Rojas, coordinador de MARFIL y PARCCHE (Uniminuto), Nerea López, estudiante de la Facultad de Filosofía de Sevilla, y Pablo García, antiguo alumno de la Facultad de Filosofía de Sevilla, y Prof. José Barrientos, Director del Proyecto BOECIO (Universidad de Sevilla)
De izquierda a derecha: Prof. José Barrientos (Universidad de Sevilla), Profª Laura Giraldo y Prof. Víctor Rojas, saliendo de la impartición de un taller filosófico en la Prisión La Picota (Bogotá)
Taller de Filosofía para Niños en la Universidad de La Sabana con alumnas que realizan trabajos con niños vulnerables colombianos
VALERIANO BOZAL, IN MEMORIAM: TEORIA Y PRAXIS DE UN MAESTRO DEL PENSAR
Las despedidas son difíciles. Sobre todo, si se trata de un Maestro del Pensar, con todas las letras, como es el caso del filósofo, historiador y crítico del arte español Valeriano Bozal Fernández (24 de noviembre de 1940-2 de julio de 2023). Para ser más preciso, se trata de una rara avis a la que Michael Podro incluiría en la categoría de “Historiadores del Arte Críticos”, que también quiso ser un hombre de acción, comprometido con su tiempo, además de un intelectual heterodoxo. La obra de Valeriano Bozal sigue la estela de eruditos librepensadores e investigadores alemanes de finales del siglo XIX y principios del XX como Schnaase, Semper, Göller, Wölfflin, Warburg o Panofsky, cuya ruta es imprescindible en los orígenes de la moderna historiografía del arte. Kant, Schiller y Hegel establecieron con anterioridad los cimientos de la calzada historiográfica y situaron al mundo del arte en el centro de las especulaciones filosóficas por derecho propio. Como buen historiador crítico del arte, su labor vital no se limitó al minucioso registro de obras y documentos –esa historia empirista como colección de hechos muertos que Marx detestaba-, sino que edificó una teoría eficaz, capaz de ser aplicada al análisis de obras concretas. Dicho marco teórico tiene que ver con su ambicioso programa acerca de las “categorías estéticas” que edificó tras su paso por la sociología del arte y la semiótica.
Doy fe de que Valeriano Bozal fue el alma del VIII Congreso de la Asociación Andaluza de Filosofía, que con el título “Arte y filosofía en el siglo XXI” se celebró en Málaga en septiembre de 2010, y que su ponencia “Ética, estética y política”, articulada en torno a la película de Leni Riefenstahl, El triunfo de la voluntad en el contexto de la Alemania nazi, sigue teniendo vigencia. Catedrático de Historia del Arte Contemporáneo en la Universidad Complutense de Madrid, fue anteriormente profesor titular de Estética en la Universidad Autónoma de Madrid, donde gocé de su magisterio y luego, o al mismo tiempo, de su amistad. Ha sido también presidente del patronato del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y miembro del consejo rector del Instituto Valenciano de Arte Moderno, colaborador habitual del Museo Nacional del Prado y de numerosas instituciones relacionadas con el arte. Ha dirigido la colección de libros de filosofía, estética, teoría e historia de las artes, “La Balsa de la Medusa”, de la Editorial Antonio Machado Libros, e impulsor de la mítica Revista del mismo nombre, bajo cuyo paraguas dimos muchos nuestros primeros pasos académicos y críticos.
Afortunadamente, podemos transitar las sendas histórico-filosóficas del profesor Bozal gracias a sus propios escritos autobiográficos (Bozal, Crónica de una década y cambios de lugar, Madrid, Antonio Machado Libros, 2020) y al libro En torno al arte. Estética, historia y crítica (2023) publicado recientemente en la misma editorial, y editado por las profesoras Matilde Carrasco y Francisca Pérez Carreño, donde toman la palabra el propio Valeriano Bozal y algunos de sus más destacados interlocutores intelectuales y vitales: María José Alcaraz, Jèssica Jaques, Jordi Ibáñez, Salvador Rubio, Carlos Thiebaut y Gerard Vilar.
Valeriano Bozal confesó que le gustaba enseñar, que disfrutaba dando clase, y que la docencia le había permitido poner a prueba constantemente sus tesis. Con la claridad y la pretensión de objetividad como divisas en sus innumerables escritos, se consagró a un trabajo de investigación constante y disciplinado, en la que Goya ocupa un lugar privilegiado como leit motiv académico y personal.
Los intereses filosóficos del profesor Bozal, quien dijo pertenecer a una generación de autodidactas, evolucionaron con decisión, partiendo desde los problemas relativos al estilo –en especial, al realismo- desde una difícil mixtura de formalismo y filosofía hegeliana. El lenguaje artístico, la semiótica y el estructuralismo se convirtieron, posteriormente, en su objeto de estudio prioritario, sin marginar sus fuentes originarias, en busca de una visión comprensiva del fenómeno artístico. Pues, como afirma Hegel, el arte permite detectar y recrear la presencia de lo universal en lo particular, en las manifestaciones concretas, en las vivencias más íntimas plasmadas en las obras.
La investigación sobre el significado poliédrico de la obra de Goya y el estudio riguroso del pensamiento ilustrado y el arte del siglo XVIII proyectaron al profesor Bozal hacia el universo de las categorías estéticas, piezas indispensables para comprender el funcionamiento y el alcance de la sensibilidad, así como el significado de las obras concretas: las categorías positivas de lo bello, lo sublime y lo pintoresco; y las negativas grotesco, patético y kitsch.
Los libros, artículos, conferencias y reseñas sobre arte y filosofía del profesor Bozal han contribuido felizmente a la configuración de las señas de identidad de la cultura española contemporánea desde una perspectiva plural. Se puede reconocer en todas estas manifestaciones los ojos curiosos del filósofo inquieto: un pensador que reclama la ironía como actitud ética e instrumento de resistencia política. También nos damos de bruces con el historiador crítico del arte que examina las obras particulares a la luz de una teoría. Sentimos asimismo la presencia de un editor exigente y cercano a la ciudadanía y sus reivindicaciones sociales, y de un crítico de arte que ha compartido mesa con los artistas y que se ha atrevido incluso a hacer arte con ellos. Sin olvidar que su mirada es también la mirada atenta del gestor o el asesor de las instituciones del “mundo del arte” en la sociedad de masas y, sobre todo, la mirada de un lúcido espectador del arte y del pensamiento contemporáneo.
No me gustaría despedirme nunca de Valeriano Bozal, a quien he citado recientemente en unas conferencias sobre Picasso, auspiciadas por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Málaga, para hablar de la “experiencia estética” y pensar con el autor del Guernica en centros de secundaria. O, en caso de que no hubiese más remedio, hacerlo como lo hizo él, el último día de clase en la Facultad, a principios del verano de 1985, invitando al alumnado a compartir su lectura estival, celebrando la vida con El pianista, la última novela de Vázquez Montalbán. Valeriano Bozal es, definitivamente, un buen capitán para poner rumbo a Menorca, protegidos a buen recaudo de los corsarios de la estulticia, la autocomplacencia, el infantilismo, el victimismo y el mal gusto.
La revista Paideia tuvo la gentileza de publicar en su último número nuestro artículo «La filosofía como eje de la educación en democracia«. En él sostenemos la idea de que la formación filosófica es un componente fundamental de la educación en y para la democracia. La razón es que tres de las propiedades más importantes de las ideas de democracia y de educación (la orientación axiológica, la dimensión dialéctica y la autorreferencialidad) son las mismas que caracterizan específicamente a la actividad filosófica, una disciplina que contribuye como ninguna otra al aprendizaje de tres competencias análogas a dichas propiedades (la especulación en torno a las ideas, el diálogo crítico y la actitud reflexiva) y que resultan necesarias tanto para el ejercicio pleno de la ciudadanía como para el desarrollo de una educación articulada en torno a la autonomía del alumnado.