La «lógica distributiva» de la economía ha eclipsado a la lógica de la razón, tanto que ha convertido hasta las relaciones amorosas en un simple negocio, puro mercantilismo, y las está desnaturalizando. Esto criticaron anoche el filósofo Manuel Cruz y el crítico de arte Fernando Castro durante la segunda cita con las charlas de Enciende la Tierra, un foro de reflexión de la Fundación CajaCanarias moderado por el periodista Carmelo Martín y bajo el título El agotamiento de la razón.
Por eso, por el peso que ha cobrado el pragmatismo frente al racionalismo, Cruz, catedrático de Filosofía Contemporánea en la Universidad de Barcelona y autor de más de una veintena de libros, señaló que vivimos una época en la que «la ignorancia saca pecho» y en la que el saber cada vez tiene menos prestigio social. «Antes todas las esferas de una sociedad dependían de una gran esfera: la política. Ahora esa gran placenta es la economía. Con la política por lo menos pensábamos que podíamos cambiar algo, por ejemplo, en las elecciones, pero con la economía no podemos cambiar nada. Solo podemos protegernos pero no intervenir», explicó.
Fernando Castro, profesor titular de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad Autónoma de Madrid y muy conocido por sus críticas de arte en el suplemento ABC Cultural, habló de que nos encontramos en «un estado de excepción económica, en el que nos han obligado a apretarnos el cinturón sin preguntarnos si queríamos o no». «El ministro Wert dijo una vez, al preguntársele por los recortes de más de 10.000 millones en Sanidad y Educación, que el Gobierno lo había tenido que hacer con todo su pesar. Y se quedó tan pancho», detalló.
Ambos reivindicaron la importancia de la filosofía y, en general, de las humanidades en un tiempo en el que han ido perdiendo peso a pasos agigantados. En ese sentido, Manuel Cruz dijo que el pragmatismo se autojustifica con el realismo mientras que «los filósofos y los pensadores han quedado como unos fantasiosos», como si la reflexión ya no tuviera sentido. Y esto, según este asiduo desde hace muchos años a medios de comunicación españoles (especialmente en El País, la Cadena Ser y Radio Nacional) y argentinos (La Nación y Clarín), se está notando especialmente en el modelo educativo. «Las directrices que llegan desde las administraciones son que la educación tiene que organizarse como una FP en todos los niveles, priorizando la perspectiva práctica aplicada al mercado laboral. Hay incluso colegios privados en los que los padres empiezan a exigir a los profesores que se dejen de dar tantas humanidades y se centren en aquello que tiene salidas laborales. Muchas presiones empujan en esa dirección».
«Es como una profecía eso de que hay que ser algo en la vida», puntualizó Fernando Castro, para acto seguido defender a los profesores de asignaturas tan denostadas como Filosofía. «Es un honor ser profesor de Filosofía. Es un honor debatir sobre el Banquete de Platón en un aula», señaló el crítico de arte, para quien la filosofía abarca todo, hasta lo banal. «Veo programas del corazón y todo lo que se me ponga por delante en televisión. A veces escribo mientras veo por la mañana a Ana Rosa [presentadora de Tele 5] y por la noche a Maruenda [director de La Razón]. También sigo cómo van la prima de riesgo y los mercados. Me he interesado mucho por la economía también. Y dos cosas tengo claras con la crisis: que los expertos en economía no tenían ni idea y que en España pusimos a un pirómano para apagar el incendio económico. Porque otra cosa no se puede concluir cuando se coloca como ministro de Economía a alguien [Luis de Guindos] que trabajó para Lehman Brothers», la compañía de productos financieros estadounidense cuya quiebra desató la crisis en 2008.
Castro enfatizó ese carácter multifacético de la filosofía hablando de su propia experiencia. «He hecho cinco películas porno, trabajado para programas de televisión… En la filosofía se puede entrar en todo», manifestó entre las risas de los asistentes al salón de actos de la Fundación CajaCanarias en Santa Cruz de Tenerife.
Cruz aclaró que la filosofía «no es solo preguntarse por el porqué de todas las cosas, sino si se está seguro de todas ellas, si se sostienen». Entonces, señaló que ahora se impone «el discurso de la incertidumbre». «Todo es un vete a saber pero lo que la gente no sabe es que los poderes están permanentemente planificando. El problema es que dicen poco de lo que se planifica y la sociedad vive en una burbuja».
También hablaron los dos pensadores de la volatilidad de la política con vistas a las inminentes elecciones. Castro, por ejemplo, destacó que «lo importante» es abandonar «esa situación monocorde, gris, del bipartidismo». Y comparó la actual situación con la película Mad Max. Más allá de la Cúpula del Trueno. «Estamos ante un momento que algunos califican de apocalíptico, porque está en peligro su supremacía, mientras en las teles tenemos a los todólogos, esos políticos tertulianos que lo saben todo». «Y, mientras, tenemos a Wert, un talibán. Es preocupante tenerlo al frente de Educación y Cultura», concluyó el crítico.
Artículo publicado por Daniel Millet en: www.laopinion.es