«Hace días, el actual Gobierno socialista del Reino de España advirtió de una de sus intenciones en educación: instaurar una nueva asignatura “de valores cívicos y éticos”. Sería obligatoria y se ocuparía del “tratamiento y análisis de los derechos humanos y de las virtudes cívico-democráticas”. A la espera de conocer su nombre definitivo, bien parece que esta materia recuperaría la antigua (y polémica) “Educación para la ciudadanía y los Derechos Humanos”
…No está nada claro que gracias a esta asignatura vayan a derramarse los valores democráticos por toda España, cual Pentecostés laico que nos convierta en la Nueva Jerusalén de la Ilustración. Por el contrario, se trata de una materia que hasta los tribunales reconocen que corre un peligro: que cada profesor use su tarima para predicar su propia idea de democracia, su propia idea de derechos, su propia idea sobre mujeres, hombres, animales o valores. Y eso, reconoce el Supremo, está muy mal.
Es, de hecho, algo que me sorprende continuamente en la defensa que hace de esta asignatura Savater: que olvide que lo que él piensa que es la democracia o los derechos o “lo cívico” no es ni mucho menos compartido por todos los filósofos (en que hay tantos gustos como en toda gran heladería); no digamos ya por todos los docentes. Encargar a los profesores que enseñen “valores” en la escuela implica que esos “valores”, sean los que sean (justicia, democracia, libertad, autodeterminación…), adquirirán para muchos docentes tintes que al propio Savater le pasmarían. ¿Se abstendrán todos de aprovechar su puesto para hacer propaganda y evaluar luego a los niños en función de si la han “captado”? Seamos sinceros: es legítimo desconfiar de una asignatura-púlpito en que cualquier predicador pueda auparse para catequizar a nuestros hijos con su particular versión de los “valores” morales. O políticos.
¿Cabe alguna solución? Mi humilde opinión es que quizá, en lugar de enseñar valores (cuyo contenido siempre será controvertido), importa más enseñar a nuestros jóvenes a pensar sobre valores. Es decir, en vez de “Educación para la ciudadanía” (que a saber lo que cada profe ve como “buen ciudadano”), enséñese Ética, esa asignatura que (en diálogo crítico con los grandes del pasado) enseña al alumno a reflexionar. Si además se quiere contar de qué va la Constitución y nuestro sistema político, acompáñese todo ello de una asignatura de escueto Ordenamiento Constitucional.
Resulta significativo, de hecho, y es a menudo olvidado por sus partidarios, que Educación para la ciudadanía no se creó de la nada: vino a sustituir en el currículo escolar precisamente a asignaturas de Ética y de Filosofía. Por tanto, quienes defienden su existencia como si su alternativa fuera la ignorancia juegan con cartas marcadas. La alternativa a un profesor que me habla de sus “valores cívicos” o de lo que considera “democrático” no es (nunca fue) dejar a nuestros alumnos en la inopia; sino enseñarles a leer (y criticar) a Kant o Platón, sin imponerles uno u otro “valor”. En nuestras escuelas la alternativa a las catequesis religiosas no tiene por qué ser las catequesis laicas: también está la opción de aventurarse a catequizar menos y a reflexionar más»
Autor: Miguel Ángel Quintana Paz / THE OBJECTIVE
Lo malo de los brindis al sol es precisamente el SOL que puede quemarnos a todos la piel en esta nueva cruzada laica que nadie sabe adónde dirige sus pasos! Ética sí pero ¿qué ética?
Desde Estados Unidos avanza un “utilitarismo” disfrazado de “máximizador de beneficios globales” con tal contundencia que podría convertirnos a todos en meros transmisores de las nuevas éticas que promueven desde la gestación subrogada como un «libre acuerdo entre iguales” hasta la defensa de los “contratos de semiesclavitud” (precariado) como medio de promover la “justicia” en un mundo desigual…
Pero si estos son los caminos que vamos a transitar quizás sería más ético cerrar el kiosko!
La ministra Celaá, si quiere que alguien crea en sus palabras, su primera acción moralmente justa sería CESAR a José Ignacio Wert como embajador de España ante la OCDE !!!
Mientras eso no ocurra todos seremos meros servidores de lo que ellos llaman «educación de excelencia» que no es más que mantener el privilegio de quiénes han nacido con ventajas !!!
Don Miguel Ángel Quintana: He leído con mucha atención su artículo «Catequesis para la ciudadanía». Me parece un excelente artículo y está muy bien escrito. Ahora bien, le encuentro a Vd. muy preocupado (excesivamente preocupado o sospechosamente preocupado) por el uso que va a hacer el profesor de esa supuesta o presunta nueva asignatura. Usted apuesta por la Ética. Bien, me parece bien. Pero observe Vd. , si tiene la bondad, la vorágine de interpretaciones que se pueden advertir sobre la ética de Platón, de Aristóteles, de Santo Tomas de Aquino, de Kant, (por citar a algunos de los grandes). Estoy empezando a estar preocupado por su excesiva preocupación por lo qué dirá el profesor.