El Laboratorio conversa con Antonio Ortega

Extractivismo oceánico: apropiación asimétrica de recursos y desigualdades sociales

Antonio Ortega Santos es Profesor Titular del Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de Granada. Ha realizado estancias de investigación en el Instituto de Ecología de la UNAM (México), Universidad de Yale (USA), EHESS-CERMA (Francia), Fundación Antonio Núñez Jiménez (Cuba) y UABCS (México). Su investigación se ha focalizado en la gestión de bienes comunes y los conflictos socioambientales asociados a ellos, la dimensión histórica de la gestión y manejo de ecosistemas semiáridos mediterráneos, así como los estudios decoloniales y los estudios sobre Asia Oriental. Es miembro de la European Society for Environmental History (ESEH), de la ejecutiva de la Sociedad Latinoamericana y Caribeña de Historia Ambiental (SOLCHA) y coordinador de la Red Universitaria Española de Historia Ambiental (RUEDHA). Es autor de seis libros y más de 45 artículos científicos. Correo-e: aortegas@ugr.es, stand@ugr.es

Esta publicación es parte del proyecto de I+D+i / PID2020-117619RB-I00, “Crowdsourcing en Historia. Nuevos retos metodológicos participativos e inclusivos en la investigación histórica en España”, financiado/a por MCIN/ AEI/10.13039/501100011033/. IP: Lidia Bocanegra Barbecho y Antonio Ortega Santos (UGR).


A lo largo de siglos, en la península y en el Golfo de California, el proceso de conquista colonial impuso un proceso de antropización-colonización de la relación sociedad-naturaleza a lo largo del tiempo moderno y contemporáneo. Desde el siglo XVI, este cambio se implementó mediante la inserción de los recursos naturales terrestres y marinos disponibles en el territorio sudcaliforniano en el marco de la Economía Mundo. La península y el golfo de California se vieron sometidos a un proceso, a largo plazo, de saqueo y despojo territorial que denomino “Apropiación Asimétrica” (que se traduce en una línea temporal de cuatro momentos históricos, algunos coetáneos, desde el siglo XVI al siglo XXI). En el primer momento de esta línea temporal, se describe en el texto cómo la Corona transfirió, mediante diversos sistemas de cesión territorial, el control de recursos (perlas, acuacultura, guano, sal, etc.) hacia empresarios privados encargados de extraer el capital natural para comercializarlo en mercados globales entre el siglo XVI y el siglo XX. Esta capitalización/privatización de recursos costeros-marinos a lo largo del siglo XX se evidenció en un proceso de especulación financiero territorial, orientado al desarrollo del turismo de masas como eje del modelo de desarrollo económico (tercer y cuarto momento histórico de la Apropiación Asimétrica que se analiza en el texto.

1. Localización territorial de la investigación

Baja California Sur tiene un área de 73.677 km2 que representa el 3,7% del área total de México. Es el estado con la costa más larga, con 2.230 km (22% del total nacional), incluidas tres islas en el Océano Pacífico y más de cien islas e islotes en el golfo de California (GdC). Dispone de 690 km de longitud, 43 km en su parte más estrecha y 227 km en su parte más ancha. El golfo de California es el único mar territorial de una sola nación en el mundo asumiendo el 49% del litoral mexicano y el 50% del territorio insular nacional. Es uno de los cinco ecosistemas marinos con mayor productividad y biodiversidad del planeta y contiene, con respecto al total de especies del mundo, 40% de mamíferos marinos, 33% de cetáceos. 4.500 de invertebrados marinos, 181 de aves, 695 de plantas. En el golfo se verifica el 70% de la producción pesquera nacional y es el único lugar del mundo con cascadas submarinas.

Fuente: Elaboración propia

2. Extractivismos, saqueos y comodificación de la interacción tierra-mar

Atendiendo al estudio-laboratorio propuesto en este artículo como sujeto de análisis, conceptualizamos al golfo de California como un espacio excepcional marcado por cuatro momentos de apropiación asimétrica que tienen lugar entre el siglo XVI y el presente, marcados por lógicas y prácticas de apropiación-despojo colonial, como evidencia la Tabla 1. En este artículo, dada la complejidad y larga duración del proceso histórico sometido a estudio, vamos a investigar de forma más profunda —no exento de continuidades a lo largo de varios de los momentos propuestos— la primera y última fase de este contínuum histórico, pero no por ello quiero dejar de consignar la importancia de los períodos centrales. Tras el proceso de apropiación colonial, que describiré en el siguiente capítulo, en el segundo momento de apertura geográfica (entre 1830 y 2015) la región del golfo de California se abre entonces a la exploración de naturalistas y científicos, sobre todo estadounidenses, así como a su descubrimiento por los primeros viajeros que leen en las narraciones de esas expediciones acerca de su extraordinaria belleza y riqueza natural, de las que pueden gozar en plena exclusividad (Ortega Santos et al 2020). En el primer periodo (1830 a 1947) se llevan a cabo exploraciones naturalistas en busca de materias primas y de nuevos hallazgos para la ciencia.

Foto: Cortesía de Miguel Ángel de la Cueva

En este periodo se esbozan, mapean y describen las primeras rutas náuticas y terrestres para acceder a la región, se registran los puertos y sitios de anclaje seguro para la navegación recreativa, se divulgan las mejores playas y se fotografían los paisajes. Podemos decir que se forma así la antesala del turismo como práctica extractivista de territorio que se extiende desde 1960. Toda esa información se usará como materia prima para el desarrollo del turismo y del mercado inmobiliario, en las aperturas siguientes.

Tabla 1. Matriz histórica de apropiación y comodificación de recursos oceánicos en Baja California Sur

VolTemaPeriodoPercepciónApropiación
IColonia1539-1829Descubrimiento, asombro. Nace el Golfo de CaliforniaPoder colonial
IIExtractivismo1830-2015Stock, botín y cloaca. Extractivismo comercial e industrial de recursos marinos e insulares.Poder  comercial e industrial en asociación con los gobiernos.
IIIEspacio excepcional1960 -2015Espacio de excepción, comodificación del espacio: conservación y turismoPoder financiero en asociación con los gobiernos.
IVRompiendo la asimetría hacia la sustentabilidad2000-2015Resignificación del territorio y de la identidad: actores y procesosColectiva o comunal local
Fuente: Elaboración propia.

Tabla 2. Reserva de recursos naturales: extractivismo comercial e industrial (1830-2017)

Ciclos de extractivismo  Asimetría  
– Nácar 1830-1939
– Sal 1836-1940
– Guano 1856-1934
– Yeso 1870-2017
– Tiburón (1940-2011)
– Tortuga (1960-1970)
– Pesca industrial y artesanal (1952-2017)
– Acuacultura (1903-1914 /1990-2017)
– Modificación y contaminación de agua marina (1938-2017)
– Exploración de minería submarina (2015-2017)  
– Responde a demanda de mercado internacional
– Obedece a decisiones del gobierno federal
– Se realiza por empresas externas a la región: EEUU, Japón, Corea, Filipinas, etc.
– Malas condiciones de trabajo
– Exclusión de la población local
– Indiferente al daño ecológico
– Ajeno a la valoración sagrada de territorios / recurso de los pueblos originarios  
Fuente: Elaboración propia

En un segundo periodo (1948 a 1972) se establecen los primeros pequeños y exclusivos resorts de playa y de pesca deportiva en la región, alimentados por un incipiente tráfico aéreo privado que se desarrolló entre Estados Unidos y México después de la Segunda Guerra Mundial. Queda así dibujado el estilo y las zonas naturales que se abrirán en las siguientes décadas a las grandes inversiones turístico-inmobiliarias. Coincide este momento con el despertar generalizado de la conciencia ecológica —en los años sesenta— que atrae la atención de más científicos y de ambientalistas, que urgen a promover la creación de las primeras áreas naturales protegidas (ANP) y los inventarios de especies, así como su protección. En el marco de la segunda apertura geográfica se ubica un período que abarca de 1972 a 1999, clave para el devenir de las tensiones territoriales entre turismo y conservación natural, coincidente con la consolidación de la política ambiental internacional y con la construcción de la moderna infraestructura viaria y comercial que integrará el remoto territorio del noroeste —especialmente la península— en la economía nacional y del suroeste de Estados Unidos. En el contexto de la conservación auspiciada desde Naciones Unidas, el turismo aparece como una actividad económica compatible con la conservación de la naturaleza, ambos acordes al discurso del desarrollo sustentable. El golfo de California se abre entonces como un espacio turístico de la geografía mundial, incentivado además por la creación de un nuevo marco legal que facilitó desde 1980, pero fundamentalmente a partir de 1992, la liberalización de la economía nacional y con ello la apertura a los grandes capitales del ramo turístico e inmobiliario.

Todavía en el marco del tercer momento de apertura geográfica, a partir del año 2000, se inicia la consolidación de un mercado de segundas residencias o residencias turísticas, cuyo desarrollo fue posible por el espectacular crecimiento del mercado hipotecario en Estados Unidos y la desregularización financiera que tuvo lugar el mismo año. Con ello se fortaleció la idea del golfo de California como la gran reserva natural del noroeste mexicano y destino turístico-náutico “de clase mundial”. Se produce así un nuevo espacio asociado a un nuevo proyecto de poblamiento, basado ya no solamente en la venta de experiencias, sino en la venta de un estilo de vida, reordenando el territorio en función de las inversiones transnacionales y el desarrollo de numerosos proyectos de urbanización turística en los litorales. Con la llegada de los megaproyectos turísticos y turístico-inmobiliarios la alianza entre el sector conservación y el empresarial, cada uno apoyado por diferentes agencias gubernamentales, se fragiliza y a menudo estalla en conflictos. Las organizaciones no gubernamentales (ONG) y las organizaciones de la sociedad civil (OSC) que trabajan en la conservación adquieren un protagonismo cada vez mayor, incluso su poder logra mitigar la megalomanía de los planes gubernamentales y disuade el empeño de desarrolladores inmobiliarios. Frente a este proceso de desregulación financiera territorial, que impulsa el territorio de Baja California hacia un ciclo de despojo-saqueo (consignemos también el inicio de nuevos ciclos de minería a cielo abierto como el caso de los Cardones S.A.) suponen el impulso de nuevas formas de resistencia socioambiental, de defensa del territorio, de formas de sustentabilidad que fracturan la apropiación asimétrica e impulsan formas otras de vivir en paz con el territorio, relocalizando las prácticas de producción y consumo con un menor impacto de los procesos extractivistas.

3.  Capitalismo financiero y despojo territorial en Baja California Sur: inversiones inmobiliarias desde España

En el marco del proceso de apropiación asimétrica del territorio sudcaliforniano que describía en la tabla 1, desde mediados del siglo XX se implementa una nueva dinámica económica de saqueo, protagonizado por el aumento del turismo como palanca de desarrollo económico. Este sector económico que protagonizó hegemónicamente los discursos oficiales e internacionales en las políticas económicas, no se impregnó de prácticas ni estrategias vinculadas a la protección de la naturaleza, en sus diferentes acepciones, que también estaba articulada en los discursos y legislaciones tanto del Estado Mexicano como de Naciones Unidas. Con la creación a partir de 1974 del FONATUR (Fondo Nacional de Fomento al Turismo, fideicomiso del gobierno federal administrado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y Nacional Financiera1 , y la Ley Federal de Fomento al Turismo junto a la creación de la Secretaría de Estado (Baños Francia, 2012, p. 43), se pusieron en marcha instituciones con facultades para expropiar tierras para potenciar el desarrollo turístico en nombre del interés público y para establecer reservas territoriales con la finalidad de ofrecerlas a inversionistas como suelo urbanizable en Loreto y Los Cabos, BCS, y en Bahía Banderas, Nayarit, abriendo la posibilidad de crear un multimillonario negocio con la venta del suelo. Los dos primeros megaproyectos turísticos-inmobiliarios en la región del GdC fueron Loreto y de Los Cabos, planeados como lujosos destinos internacionales de golf y pesca deportiva. En Loreto, donde FONATUR adquirió grandes reservas territoriales, el modelo de desarrollo turístico en formato de corredor costero (Proyecto NOPOLO) no prosperó. Las medidas de expropiación de FONATUR se intensificaron en los años ochenta. En 1987, mediante decreto presidencial, se autorizó a FONATUR a “realizar todas las operaciones de enajenación, administración y concesión de los derechos de aprovechamiento de las superficies susceptibles de explotación económica directa, conforme se vayan realizando las obras” (DOF, 1987). Comenzó una nueva proyección de Baja California Sur (BCS) como destino turístico-náutico, con fe en que sería el sector que lograría integrar finalmente a la región en un plan nacional de desarrollo que estimularía el ansiado crecimiento económico y el poblamiento del territorio. Con la reforma al artículo 27 constitucional en 1992, para liberar la propiedad ejidal, inició una transformación de la base agraria del país y los ambicionados terrenos costeros comienzan a ofrecerse como tierras de inversión en el mercado inmobiliario internacional. Se crean así los nuevos espacios turísticos en las costas del GdC y la propiedad con frente de playa adquiere un lugar protagónico en la economía regional.

En 2001, el gobierno federal, los gobiernos de Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa, conjuntamente con distintos organismos empresariales, celebraron un convenio para poner en marcha el tan anhelado proyecto ENMC (Escala Náutica Mar de Cortés), utilizando el “Mar de Cortés” como marca integradora e ícono del turismo náutico en el país. Un megaproyecto cuya finalidad consistía en multiplicar las oportunidades de inversión. Se previó que la ENMC llegaría a consolidarse en 2015, complementándose en veinticinco años mediante el desarrollo de tres programas: 1) el desarrollo de las 28 escalas náuticas, 2) el mejoramiento integral de 21 localidades rurales costeras, y 3) la planeación de rutas y circuitos turísticos, acompañados de un programa de promoción nacional e internacional. El Programa de Mejoramiento Integral de las Localidades Costeras tenía como objetivo reordenar y poner en valor los poblados mediante la ejecución de “Proyectos Integrales” o “Desarrollos Turísticos Integrales” (DTI). Esta urbanización turística debe ser comprendida como parte de un proceso global de 1 Con el fin de facilitar el crecimiento del turismo, el Banco Central en colaboración con Nacional Financiera (NANFIN) había creado el Fondo de Infraestructura y el Fondo para la Garantía y Promoción del Turismo que se fusionaron para crear el FONATUR. La apertura de la región al capital financiero e inmobiliario, y con ello a la conversión de los enclaves turísticos hacia los enclaves residenciales, fue posible por dos sucesos importantes que marcaron el destino de las finanzas mundiales: la revocación de la Ley Glass Steagall y el recorte de las tasas de interés por la Reserva Federal de Estados Unidos. Por otro lado, la reducción de las tasas de interés, motivada por la burbuja tecnológica de 1999-2000, vinculada con el crecimiento de las empresas relacionadas al internet, propició la expansión del crédito, especialmente del crédito hipotecario (Harvey, 2010 y 2012). Entre 2004 y 2010 se identificó tan solo en BCS la participación de 19 intermediarias financieras no bancarias que ofrecían créditos hipotecarios transfronterizos. Con carteras de crédito que oscilaban entre los 100.000 y 5 millones de dólares (USD) y períodos de pago de 20 a 30 años, las intermediarias financieras no bancarias asumieron en el mercado de la vivienda turística de México el riesgo por el pago de 7,99% de interés. El enlace entre el tercer y cuarto momento de apropiación asimétrica, citados en la tabla 1, se revela en los movimientos de la sociedad civil orientados a crear espacios y prácticas de resistencia socioambiental frente a los episodios de despojo territorial y la inviabilidad/ insustentabilidad del modelo económico extractivista. Surgió así la Alianza para la Sustentabilidad del Noroeste Costero Mexicano (ALCOSTA), una asociación civil conformada por 21 OSC que trabajan en distintos procesos de conservación en la región del GdC. Motivadas por la coyuntura y el financiamiento internacional que se ofreció para regular los procesos de crecimiento costero y conservación urgentes en la región del Golfo, iniciaron un proceso de consulta pública con autoridades estatales, municipales, comunidades costeras y empresariales para demostrar la inviabilidad ambiental de las escalas náuticas, incidiendo en la cancelación de la ENMC. Demostraron que el mercado turístico-náutico estaba sobreestimado en un 474%, respaldándose con ello argumentos respecto a la insustentabilidad económica de la ENMC.

Como resultado se dejaron de privilegiar las rutas náuticas como elemento central del megaproyecto, priorizándose consecuentemente el sector turístico-inmobiliario. De las veintiocho marinas que se propusieron diez fueron realizadas y de estas, solo ocho entraron en operación. El conjunto de organizaciones recomendó también impulsar un ordenamiento ecológico regional del GdC, a la vez que los ordenamientos locales donde se planeaba desarrollar las localidades turísticas. De todos los estados que integran la región del GdC, BCS es donde se ha propuesto la construcción del mayor número de DTI o megaproyectos de urbanización turística. Mientras que entre 2003 y 2010 se planearon 45 DTI, en 2019 este número ascendió a 63 megaproyectos. Todos ellos con un frente de playa de al menos 300 m, que se suma a los 347 km antes mencionados. Inevitablemente, tratándose de propiedad privada frente al mar y tomándose en consideración que no hay regulaciones en México que protejan el espacio costero y las playas más allá de los 20 m que conforman la Zona Federal Marítimo Terrestre (ZOFEMAT), este modelo de crecimiento está provocando la asfixia costera y el cerramiento generalizado del acceso de la sociedad al mar. Para analizar este proceso algunos autores utilizan el término coastal grabbing otros el de ocean grabbing, que puede traducirse como acaparamiento marino-costero. Esto se refiere en términos generales al cerramiento del mar y a la apropiación por la propiedad privada.

En 2006, el Grupo Grand Coral Los Cabos propuso desarrollar un megaproyecto turístico-residencial con una oferta hotelera y residencial de 36.500 apartamentos y un campo de golf. De acuerdo con investigaciones realizadas por la prensa española en 2012, los inversionistas y promotores principales eran directivos de sociedades financieras bancarias en España. Entre ellas la financiera Bancaja Hábitat, que creó en 2003 una sociedad de promoción turística llamada Valfensal para extraer capitales del banco Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) que se asoció también al megaproyecto junto con un grupo de empresarios españoles. Para vehicular la inversión tomaron participación en la sociedad holandesa Grand Coral que a su vez controlaba la mercantil mexicana Inmobiliaria Piedras Bolas, propietaria de dos activos de interés para el grupo Grand Coral: un terreno urbanizable de 400 ha con 2 km de playa y otro aledaño de 870 ha (Piedras Bolas). De acuerdo con una auditoría realizada por el Banco de España en 2009, se estipuló que debido a la dependencia del desarrollo de una carretera para hacer factible la inversión y obtener retornos de los créditos proporcionados por la banca, se trataba de una inversión con riesgos. Para no poner en mayor riesgo las inversiones, Bancaja se comprometió a invertir cincuenta millones de dólares (USD) para la construcción de la carretera, pero al ser negada dos veces por la SEMARNAT (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales), en 2011 y 2012, el megaproyecto Grand Coral quedó en el limbo. En 2012 los directivos de las financieras Bancaja, CAM y Valfensal fueron investigados por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria acusados por apropiación indebida, administración desleal, blanqueo de capitales y delito fiscal (El País, 2012). Un proceso similar al antes descrito acaeció a partir de 2007 cuando se creó la entidad especulativa financiera Hansa Baja Investments. Lo que sigue después de su puesta en marcha fue un complicado entramado de participación de entidades financieras e inmobiliarias que facilitaron grandes flujos de capitales que fueron auditados por la Banca de España tras la crisis inmobiliaria. El resultado fue el traslado de la inversión del plan maestro Cabo Cortés (en plena Reserva de la Biosfera Cabo Pulmo), reestructurado y gestionado en 2012 como Cabo Dorado, y con ello la transferencia de la propiedad del suelo a las compañías chinas Beijing Sansong International Trade Group, asociada a la estadounidense Glorious Earth Group, y China State Construction Engineering Corporation; empresas vetadas y acusadas de fraude por el Banco Mundial.

En 2014 se volvió a solicitar permiso para la construcción del DTI y por tercera vez la SEMARNAT, contando con un fuerte apoyo técnico y legal de la sociedad civil organizada, negó el permiso argumentando los impactos socioecológicos. La movilización ciudadana que inició localmente, se extendió a nivel nacional y evidenció la insostenibilidad ambiental del megaproyecto Cabo Cortes, administrada por Juan Vicente Ferri, director del grupo hotelero Marconfort. La inversión fue promovida y facilitada por John McCarthy, representante de Hansa Baja Investments, quien tuvo una participación en la inversión siendo director de FONATUR, que después de la crisis inmobiliaria fue reestructurado y renombrado Cabo Dorado. En 1997 fue presidente de Raintree Vacation Club, subsidiaria de la estadounidense Raintree Resorts International, dedicada al desarrollo de propiedades vacacionales en México. En 1997 adquirieron la División de Turismo del grupo financiero Bancomer, de la cual McCarthy fungió el mismo año como presidente y director general. De acuerdo a una investigación realizada por Greenpeace España, titulada “Cabo Cortés: destruyendo el paraíso”, Hansa Baja Investments fue investigada por la autoridad española por delitos contra Hacienda Pública y falsificación de documentos (Greenpeace, 2010). En 2012 Hansa Baja Investments cambia su razón social a La Rivera Desarrollos BCS. Tan solo en BCS, de 2004 a la fecha, se han identificado veintiún conflictos socioambientales por el desarrollo de un megaproyecto de urbanización turística. De todos los conflictos socioambientales identificados, únicamente se resolvieron dos. Los demás son latentes o están vigentes, y dieciséis de ellos tienen como detonante el acceso y apropiación de las playas (Valiente, 2020). No obstante, para tener una idea de la magnitud de esta problemática, el Observatorio de Violencia Social y de Género de la Universidad Autónoma de Baja California Sur dio a conocer en 2010, que entre 2005 y 2008 las agencias del Ministerio Público en BCS atendieron 1159 denuncias de despojo de tierras, reconocidos en la ley como delitos patrimoniales. Esta cifra puso a BCS en el segundo lugar de delitos por despojo territorial en el conjunto de los Estados de México, siendo también un lugar relevante en el contexto global.