Entrevista a Habermas sobre Grecia, Alemania y la Unión Europea

Entrevista concedida por el filósofo alemán a Philip Oltermann para el periódico The Guardian.

Guardian: ¿Cuál es su veredicto sobre el acuerdo alcanzado el pasado lunes?

Habermas: El acuerdo sobre la deuda griega anunciado el lunes por la mañana es dañino, tanto en lo que hace a su resultado cuanto en lo tocante al modo en que ha sido logrado. Por lo pronto, el resultado de las conversaciones es desaconsejado. Aun si se considerara que los asfixiantes términos del acuerdo constituyen un curso correcto de acción, no es de esperar que esas reformas puedan ser llevadas a cabo por un Gobierno que ha confesado no creer en los términos de lo acordado.

En segundo lugar, el resultado carece de sentido en términos económicos, a causa de la mezcla tóxica de necesarias reformas estructurales del Estado y de la economía con ulteriores imposiciones neoliberales que que resultarán de todo punto desmoralizantes para una exhausta población griega y matarán cualquier ímpetu de crecimiento.

En tercer lugar, el resultado significa que un inerme Consejo Europeo se declara a sí mismo en total bancarrota:  el relegar de facto a un Estado miembro a la condición de protectorado contradice abiertamente los principios democráticos de la Unión Europea. Finalmente, el resultado es desastroso, porque fuerza al Gobierno griego a aceptar un fondo de privatizaciones económicamente cuestionable y predominantemente simbólico que no puede entenderse sino como un acto punitivo contra un gobierno de izquierda. Es difícil de imaginar que pueda infligirse un daño mayor.

Y, sin embargo, eso es lo que hizo el gobierno alemán cuando el ministro de finanzas Schäuble amenazó a Grecia con expulsarla del euro, mostrándose vergonzosamente como el disciplinador en jefe de Europa. Con ello, y por vez primera, el gobierno declaró manifiestamente su voluntad de imponer una hegemonía alemana a Europa: así, en cualquier caso, se ven las cosas en el resto de Europa, y esa percepción define la realidad que cuenta. Mucho me temo que el gobierno alemán, incluida su ala socialdemócrata, ha dilapidado en una noche todo el capital político que una mejor Alemania había acumulado en medio siglo. Y con “mejor” quiero decir una Alemania caracterizada por una mayor sensibilidad política y una mentalidad postnacional.

Guardian: Cuando el primer ministro griego Alexis Tsipras llamó a referendum el mes pasado, muchos otros políticos europeos lo acusaron de traición. La canciller alemana Angela Merkel, por otro lado, ha sido acusada de chantajear a Grecia. ¿Qué parte cree usted que carga con más responsabilidad en el deterioro de la situación?

Habermas: No estoy seguro de las intenciones reales de Alexis Tsipras, pero debemos reconocer un simple hecho: para permitir a Grecia volver a levantarse, la deuda que el FMI ha considerado «altamente insostenible» debe ser reestructurada. A pesar de esto, tanto Bruselas como Berlín le han denegado persistentemente al primer ministro griego la oportunidad de negociar una reestructuración de la deuda desde el principio. Para poder superar este muro de resistencia entre los acreedores, el primer ministro Tsipras optó al final por reforzar su posición con un referendum , y obtuvo más respaldo doméstico del esperado. Esta renovada legitimación forzó también al otro lado, bien a buscar un compromiso, bien a explotar la situación de emergencia de Grecia y actúar, incluso más que antes, insistiendo en la disciplina. Ya conocemos el resultado.

Guardian: ¿Es la actual crisis en Europa un problema financiero, político o moral?

Habermas: La crisis actual puede ser explicada tanto por causas económicas como por un fracaso político. La crisis de deuda soberana que emergió de la crisis bancaria tiene sus raíces en las condiciones subóptimas de una composición muy heterogénea de la unión monetaria. Sin una política económica y financiera común, las economías nacionales de los pseudo soberanos estados miembros continuarán distanciándose en términos de productividad. Ninguna política comunitaria puede sostener esa tensión a largo plazo. Al mismo tiempo, centrándose en evitar un conflicto abierto, las instituciones europeas están impidiendo las políticas necesarias para ampliar la unión monetaria a una unión política. Sólo los líderes de los Gobiernos que forman parte del Consejo Europeo están en posición de actuar, pero precisamente son los únicos que son incapaces de hacerlo en el interés de una Comunidad Europea unida porque piensan principalmente en su electorado nacional. Estamos atrapados en una trampa política.

Guardian: Wolfgang Streeck advirtió en el pasado de que el ideal habermasiano de Europa es la raíz de la actual crisis, no su remedio: Europa -advierte- no sólo no salvará la democracia sino que la abolirá. Muchos de los izquierdistas europeos sienten que los actuales acontecimientos confirman la crítica de Streeck al proyecto europeo. ¿Cuál es su respuesta a sus preocupaciones?

Habermas:  Dejando a un lado su predicción de una inminente desaparición del capitalismo, estoy de acuerdo con el análisis de Wolfgang Streeck. Con el curso de la crisis, el Ejecutivo europeo ha acumulado más y más autoridad. Las decisiones clave están siendo tomadas por el Consejo, la Comisión y el BCE, o en otras palabras, por las instituciones que están insuficientemente legitimadas o tienen falta de base democrática. Streeck y yo también compartimos el punto de vista de que este vaciamiento tecnocrático de la democracia es el resultado de un patrón neoliberal de políticas de desregulación del mercado. El equilibrio entre política y mercado se ha roto a costa del estado de bienestar. En lo que diferimos es en los términos de las consecuencias que se derivarán de estos predicamentos. Yo no veo cómo un retorno a los estados-nación que tienen que competir como grandes corporaciones en un mercado global puede contrarrestar la tendencia hacia la antidemocratización y el crecimiento de la desigualdad social -algo que, por cierto, también vemos en Gran Bretaña. Esas tendencias sólo pueden ser contrarrestadas después de todo, por un cambio en la dirección política, provocado por mayorías democráticas en un núcleo europeo más fuertemente integrado.  La unión monetaria debe ganar la capacidad para actuar a un nivel supranacional. En vista del caótico proceso político desencadenaado por la crisis en Grecia, no podemos permitirnos ignorar por más tiempo los límites del actual método de compromiso intergubernamental.

Jürgen Habermas es profesor emérito de Filosofía en la Universidad Johann Wolfgang Goethe de Frankfurt. Su último libro, The Lure of Technocracy, está publicado por Polity.

Esta entrevista fue originalmente publicada en The Guardian, en su edición del día 16-7-2015

Traducida por Ángel Vallejo

2 comentarios en “Entrevista a Habermas sobre Grecia, Alemania y la Unión Europea

  1. Rafael Carlstein

    Prof. Habermas: Interesante su análisis general. Solo le falta considerar el aspecto económico del problema.

    Usted no considera ninguna propuesta o receta práctica para la solución del problema griego. Frei nach Marx: «es geht nich darum die Welt zu erklären. Es geht darum die Welt zu verändern » !

    Sabido es que el problema griego tiene su origen en la inoperancia y la corrupción y la falta de patriotismo de su clase política y aparentmente de su clase dirigente en general . La estructura gubernamental impide la implementación de políticas de desarrollo. La legislación que rige al sistema bancario es obsoleta. La recaudación impositiva no permite financiar políticas de desarrollo porque no funciona ni la estructura del ministerio de finanzas, ni la equidad en la distribución de la carga impositiva. Grecia tiene una cantidad exagerada de funcionarios públicos. Y así sucesivamente … . Por otra parte el gobierno griego solicita apoyo financiero, a ser financiado por los contribuyentes de la Union Europea !. Ante esa realidad es que debe analizarse el sentido de la exigencia a Grecia para que ponga en orden su estructura gubernamental y su legislación. Alemania apoyó esas exigencias, y también apoyó estudiar la restructuración de la deuda griega. Ver documentación al respecto. Considero que Alemania puede apoyar y ayudar a Grecia a organizar su estructura gubernamental y su legislación, y también puede ayudar a la activación de su economía mediante inversiones productivas. También se podría hacer una gran campaña para que los alemanes hagan turismo en Grecia y conozcan ese maravillosos País, su gente su historia, su gastronomía, sus vinos, y contribuyan a crear nuevas fuentes de trabajo !. Todo esto y mucho más se puede hacer por Grecia, la cuna de nuestra civilización greco-romana. A comenzar por promover el orden y la capacitación y concienciación y el trabajo organizado !

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