El filósofo como educador:
En estos tiempos confusos, parece no haber día en que no se cuestione el papel que debe tener la filosofía en las aulas de secundaria y bachillerato, e incluso en la propia universidad.
Aunque la cuestión viene de lejos, pues en sus comienzos ya se debatía sobre la relación de alguna de sus formas con la corrupción de menores, sorprende la insistencia de este cuestionamiento, habida cuenta de que los argumentos que se esgrimen en contra de la filosofía –escasa o nula utilidad, casi completa desvinculación del mercado de trabajo– también podrían dirigirse contra otras disciplinas no tan disputadas, no solo humanísticas, sino también científicas.
A contracorriente de los argumentos al uso, este libro reivindica para la filosofía un papel decisivo en las aulas. Sin embargo, como deja claro el libro, no hay papel sin actores que lo interpreten: desde su propia experiencia docente los autores de este volumen proyectan su idea de lo que debe ser el profesor de filosofía, ese educador tan denostado.
La formación del ciudadano:
Esta edición, cuidadosamente preparada por Felipe M. Ignacio, contiene textos sobre el sistema educativo de: Mirabeau, Talleyrand, Condorcet, Rabaut, Saint-Étienne, Lepeletier de Saint-Fargeau, Victor Hugo, Jules Ferry, Paul Bert, Jean Jaurès, Victor Cousin, Émile Durkheim, Jules Lagneau, Henri Bergson, Alain, Ernest Renan, Michel Bréal, Ernest Lavisse, Louis Liard, Jacques Muglioni y Régis Debray.
Todos ellos son destacados protagonistas de la querella que, a partir de la Revolución francesa, tiene lugar en el país vecino sobre la cuestión educativa y su relación con las instituciones políticas de la república.
Ninguno de estos autores pierde de vista el papel crucial que tiene la educación en la formación de ciudadanos libres e iguales, premisa necesaria de la integración en sociedad.