Archivo de la categoría: Publicaciones

Recensiones, críticas y análisis de publicaciones filosóficas o de interés filosófico.

Instrucciones para sobrevivir a la perplejidad política

 

Vivimos en una era de incertidumbre y decepciones en la que pensar en el largo plazo cada vez es más difícil

El siglo XXI se estrenó con la convulsión de la crisis económica, que produjo oleadas de indignación pero no ocasionó una especial perplejidad; contribuyó incluso a reafirmar nuestras principales orientaciones: quiénes eran los malvados y quiénes éramos los buenos, por ejemplo. El mundo se volvió a categorizar con nitidez entre perdedores y ganadores, entre la gente y la casta, entre quién manda y quién padece a los que mandan, al tiempo que las responsabilidades eran asignadas con relativa seguridad. Pero el actual paisaje político se ha llenado de una decepción generalizada que ya no se refiere a algo concreto sino a una situación en general. Y ya sabemos que cuando el malestar se vuelve difuso provoca perplejidad. Nos irrita un estado de cosas que no puede contar con nuestra aprobación, pero todavía más no saber cómo identificar ese malestar, a quién hacerle culpable de ello y a quién confiar el cambio de dicha situación.

1. El final de las certezas

Que nos han abandonado algunas certezas es algo que puede comprobarse comparando nuestras previsiones y lo que realmente ha sucedido; si consideramos la seguridad de la que han disfrutado muchas generaciones y civilizaciones menos informadas que la nuestra, con una tradición más rígida que compensaba la escasez de libertad con una orientación aplastante. También hay desconcierto en relación con qué hacer con ese poco de lo que estamos seguros; hay incertidumbre teórica y también incertidumbre de la voluntad: apenas conocemos la realidad y tampoco sabemos muy bien si es algo a lo que hay que adaptarse o que debe combatirse. Hechos, teorías, relatos y expectativas tienden a mezclarse y generar confusión. ¿Qué tienen en común la llamada posverdad, el desprecio hacia los hechos y la facilidad con que nos rendimos a las teorías conspirativas, cuyo principal defecto es que explican demasiado?

2. La desregulación emocional

Hemos pasado mucho tiempo examinando cómo debería racionalizarse el diálogo y la convivencia, mientras lo ignorábamos casi todo acerca de cómo se estaban configurando los nuevos espacios emocionales de las sociedades democráticas. Esos estados de ánimo, menos encuadrados que nunca en entramados institucionales estables o tradiciones poderosas, son ahora, al mismo tiempo, fuentes de conflicto y vectores de construcción social. En el gobierno de las emociones colectivas se contiene una fuerza que es clave para la transformación de las sociedades democráticas; nos jugamos ahí muchas más cosas que en la vida política formalizada. El combate contra la perplejidad política ha de empezar con un examen de nuestro paisaje afectivo. El desconcierto político tiene más que ver con la incapacidad de reconocer y gestionar nuestras pasiones que con el orden de los conocimientos.

3. La política, en una zona de señalización escasa

El mundo está lleno de informaciones acerca de cómo conducirse en él: mapas, indicaciones, referencias, brújulas y otros sistemas cada vez más sofisticados nos indican dónde estamos, hacia dónde nos dirigimos y cuál es la naturaleza de los elementos con los que nos iremos encontrando en nuestro desplazamiento. Las cosas se complican cuando no se trata de espacios físicos sino políticos, en los que hay una dimensión de sentido e interpretación que es menos evidente e implica juicios de valoración: entonces lo que nos interesa son asuntos como saber en qué consiste la legitimidad, si algo es democrático, quién tiene la autoridad de decidir qué o a quién imputar determinadas responsabilidades. Hemos entrado en un tiempo histórico en el que todos estos asuntos se han vuelto especialmente controvertidos. La política ha entrado desde hace algún tiempo en una zona de señalización insuficiente como cuando un conductor se adentra en una ruta desconocida, en transformación o en lugares no transitados antes por nadie. A partir de ese momento las señales binarias confunden más de lo que orientan, donde antes había una evidencia ahora tenemos una paradoja, aumentan las zonas sin cartografiar, proliferan las cosas que no son lo que parecen y todo se llena de efectos secundarios.

4. La democracia en la era de Trump

En el inventario de cuanto nos ha producido especial perplejidad política ocupa un lugar destacado la elección en noviembre de 2016 de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Pero que algo nos haya sorprendido no quiere decir que no pueda explicarse, que no responda a cambios sociales y políticos insuficientemente advertidos por quien se sorprende ante uno de sus efectos. ¿Cuáles son esas cosas en las que se han producido transformaciones sociales profundas, que indignan a buena parte de la sociedad y que no acaban de ser adecuadamente interpretadas? Yo las sintetizaría en tres procesos que son particu­larmente visibles en la sociedad estadounidense, pero que tienen manifestaciones muy similares en otras sociedades: una política degradada, que no es concebida como el ejercicio de las virtudes públicas, y que da la impresión de ser el oficio de un círculo cerrado de privilegiados que se dedican al ejercicio de la intriga; un modelo de capitalismo virtual acelerado que ofrece muchas oportunidades a algunos, pero que destruye ámbitos completos de empleo y que resulta literalmente insufrible para muchos trabajadores; y en tercer lugar, un dualismo también en referencia al fenómeno multicultural, celebrado idílicamente por quienes no experimentan más que sus beneficios, y temido en exceso por quienes lo viven en sus dimensiones más conflictivas.

5. Configurar sistemas inteligentes

Portada del libro.

La principal tarea del gobierno de la sociedad del conocimiento consiste en crear las condiciones de posibilidad de la inteligencia colectiva. Sistematizar la inteligencia, gobernar a través de sistemas inteligentes debería ser la prioridad de todos los niveles de Gobierno, instituciones y organizaciones. Gobernar entornos complejos, hacer frente a los riesgos, anticipar el futuro, gestionar la incertidumbre, garantizar la sostenibilidad o estructurar la responsabilidad nos obliga a pensar holísticamente y a configurar sistemas inteligentes (tecnologías, procedimientos, reglas, protocolos…). Sólo mediante tales dispositivos de inteligencia colectiva es posible acometer un futuro que ya no es la pacífica continuación del presente, sino una realidad intransparente, llena de oportunidades por la misma razón por la que contiene también riesgos potenciales de difícil identificación. Ese mismo principio de gobierno inteligente debería presidir la manera de relacionarnos con nuestros dispositivos tecnológicos para hacer frente a las nuevas ignorancias que, en una sociedad compleja, nos vemos obligados a gestionar.

6. Lo que nos espera

Cuando uno es un filósofo y no un vidente, las recomendaciones acerca de cómo divisar el futuro no serán apuestas proféticas ni aseveraciones demasiado rotundas; me conformo con dar alguna indicación que mejore nuestras disposiciones a enfrentarnos con un tiempo que, por su propia naturaleza y pese a los tahúres del porvenir, nos es fundamentalmente desconocido. Reflexionemos sobre el modo como se producen los cambios, pensemos en la curiosa paradoja de que escudriñar el futuro es una tarea ineludible y de resultados escasos, consideremos qué estado de ánimo es más razonable a la hora de enfrentarse al porvenir. El futuro es algo que por principio no podemos conocer, pero podemos comportarnos razonablemente con él.

Daniel Innerarity es catedrático de Filosofía Política e investigador Ikerbasque en la Universidad del País Vasco. Extracto de su libro Política para perplejos (Galaxia Gutenberg), que saldrá el 28 de febrero.

 Fuente:

https://elpais.com/elpais/2018/02/26/opinion/1519663307_617233.html

Per què Filosofia? Un libro de todos y para todos

Ayer la radio pública valenciana se hizo eco del éxito del libro de Per què filosofía? un libro coral coordinado por el infatigable Sergi Pascual, profesor de filosofía  y escritor, que además gestiona el blog  Café filosòfic . En la presentación que hizo el programa Al ras, se leyeron fragmentos del mismo, por alumnas que habían participado en su redacción. A continuación, se entrevistó a representantes de la Movida filosófica valenciana, con un invitado sorpresa de Catalunya:

También la cadena Ser entrevistó a Sergi Pascual hace poco tiempo, con ocasión de la publicación del libro:

Entrevista en la Cadena SER 

Editado por Neopàtria, El libro está compuesto por una serie de artículos de la más diversa temática y estilos, pero siempre tomando como referencia la filosofía. Cerca de 80 personas han trabajado en su redacción, procedentes de diferentes ámbitos -profesorado, alumnado, intelectuales de otras disciplinas- y el resultado es muy sugerente precisamente por su pluralidad.

Puede adquirirse aquí:

https://neopatria.es/es/cataleg/llibre/per-que-filosofia/

“Ahora uno se explota a sí mismo y cree que está realizándose”

El filósofo surcoreano Byung-Chul Han, un destacado diseccionador de la sociedad del hiperconsumismo, explica en Barcelona sus críticas al “infierno de lo igual”

Las Torres Gemelas, edificios iguales entre sí y que se reflejan mutuamente, un sistema cerrado en sí mismo, imponiendo lo igual y excluyendo lo distinto y que fueron objetivo de un atentado que abrió una brecha en el sistema global de lo igual. O la gente practicando binge watching (atracones de series), visualizando continuamente solo aquello que le gusta: de nuevo, proliferando lo igual, nunca lo distinto o el otro… Son dos de las potentes imágenes que utiliza el filósofo Byung-Chul Han (Seúl, 1959), uno de los más reconocidos diseccionadores de los males que aquejan a la sociedad hiperconsumista y neoliberal tras la caída del muro de Berlín. Libros como La sociedad del cansancio, Psicopolítica o La expulsión de lo distinto (en España, publicados por Herder) compendian su tupido discurso intelectual, que desarrolla siempre en red: todo lo conecta, como hace con sus manos muy abiertas, de dedos largos que se juntan mientras cimbrea una corta coleta en la cabeza.

“En la orwelliana 1984 esa sociedad era consciente de que estaba siendo dominada; hoy no tenemos ni esa consciencia de dominación”, alertó ayer en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), donde el profesor formado y afincado en Alemania disertó sobre la expulsión de la diferencia. Y dio pie a conocer su particular cosmovisión, construida a partir de su tesis de que los individuos hoy se autoexplotan y sienten pavor hacia el otro, el diferente. Viviendo, así, en “el desierto, o el infierno, de lo igual”.

Autenticidad. Para Han, la gente se vende como auténtica porque “todos quieren ser distintos de los demás”, lo que fuerza a “producirse a uno mismo”. Y es imposible serlo hoy auténticamente porque “en esa voluntad de ser distinto prosigue lo igual”. Resultado: el sistema solo permite que se den “diferencias comercializables”.

Autoexplotación. Se ha pasado, en opinión del filósofo, “del deber de hacer” una cosa al “poder hacerla”. “Se vive con la angustia de no hacer siempre todo lo que se puede”, y si no se triunfa, es culpa suya. “Ahora uno se explota a sí mismo figurándose que se está realizando; es la pérfida lógica del neoliberalismo que culmina en el síndrome del trabajador quemado”. Y la consecuencia, peor: “Ya no hay contra quien dirigir la revolución, no hay otros de donde provenga la represión”. Es “la alienación de uno mismo”, que en lo físico se traduce en anorexias o en sobreingestas de comida o de productos de consumo u ocio.

‘Big data’.“Los macrodatos hacen superfluo el pensamiento porque si todo es numerable, todo es igual… Estamos en pleno dataísmo: el hombre ya no es soberano de sí mismo sino que es resultado de una operación algorítmica que lo domina sin que lo perciba; lo vemos en China con la concesión de visados según los datos que maneja el Estado o en la técnica del reconocimiento facial”. ¿La revuelta pasaría por dejar de compartir datos o de estar en las redes sociales? “No podemos negarnos a facilitarlos: una sierra también puede cortar cabezas… Hay que ajustar el sistema: el ebook está hecho para que yo lea, no para que me lea a mí a través de algoritmos… ¿O es que el algoritmo hará ahora al hombre? En EE UU hemos visto la influencia de Facebook en las elecciones… Necesitamos una carta digital que recupere la dignidad humana y pensar en una renta básica para las profesiones que devorarán las nuevas tecnologías”.

Comunicación. “Sin la presencia del otro, la comunicación degenera en un intercambio de información: las relaciones se reemplazan por las conexiones, y así solo se enlaza con lo igual; la comunicación digital es solo vista, hemos perdido todos los sentidos; estamos en una fase debilitada de la comunicación, como nunca: la comunicación global y de los likes solo consiente a los que son más iguales a uno; ¡lo igual no duele!”.

Jardín. “Yo soy diferente; estoy envuelto de aparatos analógicos: tuve dos pianos de 400 kilos y durante tres años he cultivado un jardín secreto que me ha dado contacto con la realidad: colores, olores, sensaciones… Me ha permitido percatarme de la alteridad de la tierra: la tierra tenía peso, todo lo hacía con las manos; lo digital no pesa, no huele, no opone resistencia, pasas un dedo y ya está… Es la abolición de la realidad; mi próximo libro será ese: Elogio de la tierra. El jardín secreto. La tierra es más que dígitos y números.

Narcisismo. Sostiene Han que “ser observado hoy es un aspecto central de ser en el mundo”. El problema reside en que “el narcisista es ciego a la hora de ver al otro” y sin ese otro “uno no puede producir por sí mismo el sentimiento de autoestima”. El narcisismo habría llegado también a la que debería ser una panacea, el arte: “Ha degenerado en narcisismo, está al servicio del consumo, se pagan injustificadas burradas por él, es ya víctima del sistema; si fuera ajeno al mismo, sería una narrativa nueva, pero no lo es”.

Otros. Es la clave de sus reflexiones más recientes. “Cuanto más iguales son las personas, más aumenta la producción; esa es la lógica actual; el capital necesita que todos seamos iguales, incluso los turistas; el neoliberalismo no funcionaría si las personas fuéramos distintas”. Por ello propone “regresar al animal original, que no consume ni comunica desaforadamente; no tengo soluciones concretas, pero puede que al final el sistema implosione por sí mismo… En cualquier caso, vivimos en una época de conformismo radical: la universidad tiene clientes y solo crea trabajadores, no forma espiritualmente; el mundo está al límite de su capacidad; quizá así llegue un cortocircuito y recuperemos ese animal original”.

Refugiados. Han es muy claro: con el actual sistema neoliberal “no se siente temor, miedo o asco por los refugiados sino que son vistos como carga, con resentimiento o envidia”; la prueba es que luego el mundo occidental va a veranear a sus países.

Tiempo.Es necesaria una revolución en el uso del tiempo, sostiene el filósofo, profesor en Berlín. “La aceleración actual disminuye la capacidad de permanecer: necesitamos un tiempo propio que el sistema productivo no nos deja; requerimos de un tiempo de fiesta, que significa estar parados, sin nada productivo que hacer, pero que no debe confundirse con un tiempo de recuperación para seguir trabajando; el tiempo trabajado es tiempo perdido, no es tiempo para nosotros”.

SU ÚLTIMO LIBRO ‘LA EXPULSIÓN DE LO DISTINTO

Autor: Byung-Chul Han.

Editorial: Herder (2017).

Formato: versión kindle y tapa blanda (123 páginas)

Fuente:

https://elpais.com/cultura/2018/02/07/actualidad/1517989873_086219.html

Foto:

El filósofo Byung-Chul Han, ayer en Barcelona. Massimiliano Minocri / epv

José Antonio Marina: «Decir que no hay que aprender cosas de memoria es un disparate neurológico»

El filósofo y escritor ha publicado «El bosque pedagógico», una guía orientativa en «el profundo bosque de la educación hoy»

Un docente que quiera profundizar en todas las propuestas pedagógicas de hoy en día no tendría tiempo para ponerlas en práctica. ¿Qué puede hacer? ¿Ignorarlas? ¿Obedecer a los políticos? ¿Fiarse de los expertos? ¿Pero de qué expertos? Ese es el punto de partida y el esqueleto que articula «El bosque pedagógico», el último libro del filósofo y escritor José Antonio Marina.

En esta obra el autor reconoce que «vivimos en la sociedad del aprendizaje, pero la pedagogía actual está confusa, incapaz de ofrecer soluciones para una situación compleja y acelerada. Necesitamos una educación potente y eficaz, pero no sabemos cómo pensarla». Todas las naciones, asegura Marina, «están en emergencia educativa»

Estamos presenciando continuamente la aparición de pedagogías emergentes. ¿Cómo saber cuál es el camino a seguir en esta avalancha de conceptos, teorías y modelos?

Estamos presenciando esta irrupción de pedagogías emergentes que pugnan por resolver los problemas, pero que a veces plantean otros nuevos, porque provocan confusión e incluso movimientos autodefensivos de rechazo entre los educadores y padres, desconcertados ante la proliferación de innovaciones a veces poco fundamentadas. Vivimos en la sociedad del aprendizaje, pero es cierto que la pedagogía actual está confusa, incapaz de ofrecer soluciones para una situación compleja y acelerada. De ahí este libro, humilde y laborioso, con frecuencia repetitivo y redundante, e incluso contradictorio, que pretende ser una cartografía en este bosque que no deja de crecer.

¿Su último libro es una especie de mapa?

Dado que en este momento se hace mucha investigación sobre pedagogía, lo que he intentado hacer es, efectivamente, una especie de «mapa» que nos oriente entre tantas investigaciones fragmentarias, e inconexas con otras investigaciones que suelen además inventar su propio vocabulario. Da la impresión de que muchas cosas son nuevas pero en realidad son cosas pasadas cambiadas un poquito. Eso está produciendo un espejismo de novedad, cuando lo que hay en realidad es mucha investigación movida. Ha salido otra imagen pero con dificultad de integrarlo en un modelo completo de pedagogía.

A veces parece también que todo se resume en un enfrentamiento entre la escuela tradicional y la nueva.

Lo que pasa es que cuando un paradigma que tiene una tendencia al todo, lo demás parece «malo». Y se transmiten por una cuestión de fe, de manera que se vuelve a repetir y no se tiene capacidad crítica para evaluar el paradigma en el que se está trabajando. Dicho esto, el paradigma antiguo se basa en el maestro, la memoria, los contenidos, mientras que el otro se basa en no aprender de memoria y en aprender procesos y no contenidos. Las críticas de los antipedagogos son muy feroces. Critican los puntos flacos del nuevo paradigma. Sostienen que hay mucha actividad, mucho proyecto, pero que al final no han aprendido nada.

No hay solución si no se atiende a lo poquito que cada uno tenga de verdad. Y es que cada uno ha cogido una idea fragmentada de la inteligencia. Lo que tenemos que hacer es bajar a una teoría de la inteligencia de la memoria y del aprendizaje humano que, en este momento es muy potente, porque aprovecha cosas de la teoría de la neurociencia, de la psicología evolutiva, de la psicología a secas, de la antropología…

Es que hay paradigmas nuevos muy controvertidos, como el que no hay que aprender cosas de memoria.

Cierto, ese es uno de los paradigmas nuevos que está mal. Cada vez que decimos que no hay que aprender cosas de memoria estamos diciendo un disparate neurológico total. Porque la memoria es el órgano de aprendizaje que tiene nuestro cerebro y, por tanto, todo lo aprendemos de memoria. Y todo lo que comprendemos lo hacemos a partir de los conocimientos que tenemos. Pero el viejo paradigma tampoco está bien, porque consideraba la memoria como un acto de repetición para almacenar. Todos los aprendizajes se organizan a través de la memoria. Y por tanto los dos paradigmas tenían una teoría errónea de la misma. Así no se puede fundar una teoría del aprendizaje. El lema de la Universidad de Padres que fundé es que «hay que conocer para comprender, y hay que comprender para tomar buenas decisiones y actuar». Y eso es lo que nos interesa. De manera que el hecho de desprestigiar los conocimientos significa desprestigiar de una misma tacada la comprensión y facilitar que las decisiones se tomen por el trending topic de turno, algo que nos sitúa en una situación de mucha vulnerabilidad.

El paradigma nuevo también antepone la educación de la persona frente al conocimiento. ¿No es una exageración?

Es una contraposición ridícula. No hay que contraponer nada, para formar personas es indispensable formar el conocimiento. Pero sí es verdad que la educación tiene dos grandes columnas.

Una es la instrucción, que es un conjunto definido de procedimientos, de habilidades (ahora están de moda las destrezas, las competencias…), de conocimientos… Tienen que saber de matemáticas, razonar, pensar… pero todo se integra en un sujeto personal, o de una personalidad. La personalidad incluye más cosas: el estilo emocional, la manera de tomar decisiones, de soportar dificultades… ese es el carácter de la persona.

Por una parte está una, y por otra la otra, pero tiene que haber un proyecto integrador entre ambas. No podemos hacer una cosa holística, misteriosa. ¿A qué nos referimos cuando estamos hablando de personalidad o de carácter? De la peculiar forma que tiene cada sujeto de integrar muchas cosas que terminan siempre en el paso a la acción, de cómo actúa esa persona en la vida.

Ahora hemos recuperado a través de la psicología y la pedagogía americana una idea que era específicamente europea y que habíamos desdeñado un tiempo: el concepto de hábito. Adquirimos una cosa cuando adquirimos el hábito y repetimos con automatismo. Los hábitos se adquieren con aprendizaje, con entrenamiento. Desde Aristóteles se define a la personalidad como el conjunto de hábitos afectivos y morales que tenían las personas.

Las dos cosas tienen que estar dentro de un mismo modelo. Estamos ayudando a que los alumnos configuren su propia personalidad, pero mediante el fomento de hábitos emocionales, morales… que se van adquiriendo en la escuela y la familia o donde sea, y que tienen mucho que ver con el conocimiento y el modo de usar este. En definitiva, necesitamos una visión muy integrada del asunto.

En este momento lo que ocurre es que hemos «troceado» a los seres humanos y los hemos convertido en destrezas. Pero esas destrezas deberían articularse en la personalidad del sujeto concreto. No nos interesa que solo desarrolle una de las ocho inteligencias y nada más. Necesitamos que todo esto se integre en una persona.

También necesitamos una educación «a lo largo de toda la vida», pero desconocemos quién va a impartirla.

No puede educar cualquiera. Vivimos en una sociedad muy complicada. Necesitamos más formación que la que teníamos antes, más amplia y profunda. La fobia a las matemáticas empieza hacia los 9 años. Nos lo tenemos que tomar en serio. Hay que saber qué funciona y qué no. Y respecto a la formación de los docentes, eso no se ha cuidado nunca. Hay maestros estupendos, pero muchos de ellos autodidactas.

¿Cuál es su opinión sobre la marcha del Pacto Educativo?

La metodología que se ha elegido no es buena, tengo poca esperanza. Hice lo que pude con mi equipo cuando publiqué los papeles, señalando cuales eran los temas que han impedido que haya un pacto educativo a pesar de los intentos. El secretismo con el que se está llevando me parece muy perjudicial. No se puede llevar a puerta cerrada un asunto que interesa a toda la sociedad. Deberíamos saber las posiciones de todos los partidos para que después cada palo aguante su vela.

fuente:

http://www.abc.es/familia/educacion/abci-jose-antonio-marina-decir-no-aprender-cosas-memoria-disparate-neurologico-201712112147_noticia.html

La filosofía explicada por Teminator: llega el cómic que arrasa en Internet

‘Cómics existenciales’ contienen a Platón, Kant o Simone de Beauvoir

Déborah García

No miento si digo que este cómic ya existía en mi cabeza hace mucho tiempo. Me pasé los años universitarios rodeada de estudiantes de filosofía, y ellas ya descontextualizaban a los filósofos y filosofas que estudiaban y los ponían a discutir de las cosas más absurdas. He ido encadenando carcajadas página a página, disfrutando de las diferentes tiras cómicas. La imagen de Leibniz queriendo un bocadillo de choricillos se me repite sin parar en la cabeza, la de Kant intentando ligar o «chulesco» Camus siendo callado una y otra vez por la imponente Simone de Beauvoir.

Rebobinemos. Pensemos por un segundo qué pasaría si mezcláramos a filósofos y pensadores de toda la Historia -Platón, Wittgenstein, Beauvoir, Kant, Spinoza o Hannah Arendt-, en medio de un bosque, en un bareto, en una oficina de trabajo o en un tribunal. Imaginaros que los juntamos a todos jugando un partido de fútbol americano o en el mismísimo cielo. El ingeniero de software Corey Mohler (Portland,1985) es capaz de trasladar la filosofía de toda esta lista de autores a contextos improbables con una trascendencia y humor insospechado. Desde que creó la web Existential Comics en 2013, ha publicado 161 cómics con 121 filósofos diferentes como personajes. Un site que recibe más un millón de visitas por mes y es uno de los sitios web temáticos sobre filosofía más populares de Internet.

Ahora, Cómics existenciales ofrece la oportunidad de disfrutar a través de sus páginas de mini relatos que pivotan con equilibrio, entre la reflexión sosegada y el chiste fácil. En la actual adaptación que la editorial Stirner ha hecho al castellano del webcomic original se han reunido en un solo tomo y a todo color, más de cien de sus mejores tiras protagonizadas por los pensadores estrella de la Historia de la Filosofía.

El cómic se divide en 8 capítulos distintos: revolución, libertad radical, angustia, desasosiego, autenticidad, ansiedad, ambigüedad y un lapidario octavo capítulo, la vida carece de sentido y después te mueres. Hay algunos extras un tanto naifs a los que debo confesar, no me he podido resistir… ya sé cómo dibujar a Marx y al mismísimo Sartre. Para dibujar a Marx solo necesitas seis sencillos pasos, muchos círculos, trazar una especie de papa Noel, cambiarle la chaqueta, quitarle el gorro y pintarle un bigote muy oscuro. Dibujar a Sartre ya es otra historia porque implica hacer uso de la libertad radical.

Como no podemos destripar cada una de las tiras, desde Stirner han tenido la amabilidad de dejarnos compartir y comentar algunas.

El genio de Descartes

La filosofía explicada por Teminator: llega el cómic que arrasa en Internet

Es sin duda una de mis tiras favoritas, hace referencia al genio maligno de Descartes en las Meditaciones metafísicas, un experimento para dudar de absolutamente todo. De lo único que no parece dudar el bueno de René, o quizá también, es de la bondad de Dios. En el cómic sin embargo, Dios y el genio maligno engañan a Descartes, le hacen incluso creer que existen las jirafas y los canguros. Dios y el genio maligno básicamente flipan con la ingenuidad del pobre René, se tiran de los pelos viendo lo panoli que es. Sin embargo, el suspicaz René, que se huele toda la tostada, acaba escribiendo precisamente que todo es un engaño.

La vindicación de los derechos de Mary Wollstonecraft

La filosofía explicada por Teminator: llega el cómic que arrasa en Internet

La viñeta dedicada a Mary Wollstonecraft, filósofa feminista del siglo XVIII y autora de Vindicación de los derechos de las mujeres, recuerda su enfrentamiento con Edmund Burke por defender que las mujeres deberían ser educadas igual que los hombres. Según cuentan las crónicas, ambos podrían ser tertulianos agresivos de cualquier televisión actual. Sus movidas son antológicas. Las opiniones de Wollstonecraft sobre la mujer e incluso la defensa que hizo de la Revolución Francesa fueron incompresibles para Burke, pero muy aceptadas para la sociedad, al menos hasta su muerte.

Tras su fallecimiento, su marido William Goldwin quiso mostrar la vida moderna que su mujer había llevado, pero provocó todo lo contrario: los hijos fuera del matrimonio, su ateísmo… La sociedad no estaba preparada para su forma de vivir y sus obras fueron condenadas al olvido. En el cómic podemos verla enfrentarse y vacilar a Burke, y cómo este se vale de su vida personal para desacreditarla. ¿Dos siglos después y seguimos exactamente igual?

Friedrich Nietzsche: Director de Recursos Humanos

La filosofía explicada por Teminator: llega el cómic que arrasa en Internet

¿De verdad podemos imaginar a Nietzsche de director de recursos humanos de una empresa? Mohler lo hace. Para Nietzsche la humanidad de su tiempo estaba entrando en una época de crisis, a medida que esta “mataba a Dios”. Mientras la existencia de Dios fue creída como algo incuestionable, el sufrimiento era una especie de esperanza que formaba parte de un plan más alto. De repente, tenemos a seres incapaces de entender su nacimiento y su muerte, comprender esta existencia después de la proclamada muerte de Dios era una tarea complicada. Igual de complicado que hacer que ese empleado que tiene proverbios animosos para cada día del año, comprenda que no hay esperanza que debe aceptar activamente la filosofía negadora de la vida. ¡Suerte con el rebelde Nietzsche!

Los alemanes juegan al Monopoly

La filosofía explicada por Teminator: llega el cómic que arrasa en Internet

Esto son cuatro filósofos alemanes, Carnap, Freud, Nietzsche y Karl Marx, jugando al Monopoly. Pues mientras Freud analiza los motivos ocultos de por qué cada cual ha elegido una ficha determinada (ya sabéis que el coche es la más fálica de las piezas), Nietzsche, haciendo gala de una voluntad férrea, se afana por tener propiedades de todos los colores aunque no sea el objetivo del juego. Hasta que llega Marx que es un desastre para las finanzas personales y decide mirar el precio del juego al grito de ¡¡¡REVOLUCIÓN!!!

Terminator: las crónicas de Simone de Beauvoir

La filosofía explicada por Teminator: llega el cómic que arrasa en Internet

Siempre nos han hecho creer que la filosofía era cosa de señores, como el arte. En realidad, como todo. Sin embargo, en Comics existenciales han decidido darle a Simone de Beauvoir y a otras filósofas un protagonismo especial, el que se merecen. Simone es la que más páginas ocupa de todos los pensadores, la que más viñetas protagonizada directa o indirectamente. Aparece a lo largo de todo el cómic casi siempre al lado de sus compañeros existencialistas, cuestionando a Sartre y vacilando a Camus, y es a ella, a la que le dedican también un extra como mujer maravilla. La viñeta final de esta tira sirve para hacernos a la idea de la épica que envuelve esta parte del cómic. En ella vemos a Simone apuntando a la boca de Bentham, pitillo en boca: “Olvidaste una cosa Bentham-9000, uno no nace siendo el puto jefe, se convierte en el puto jefe”.

Fuente:

https://elpais.com/elpais/2017/11/23/tentaciones/1511452010_286890.html

 

 

“El profesor que triunfa en la universidad es el burócrata»

El ensayista Nuccio Ordine aspira a ofrecer pistas para quienes el dinero no lo es todo con su nuevo libro, ‘Clásicos para la vida’

Borja Hermoso

A bordo de un impecable look de ejecutivo -traje azul oscuro, camisa blanca y corbata roja- rematado por unas aparatosas botas deportivas color arena viaja Nuccio Ordine (Diamante, Italia, 1958). Estamos ante un ciudadano, un profesor y un ensayista que se ha empeñado en resistir. Resistir, desde la defensa de las humanidades y la enseñanza de los clásicos, a la inercia inexorable de la consabida deriva mercantilista.

Por eso Ordine se indigna contra la transformación de las universidades como templos del saber en factorías de nuevos profesionales perfectamente diseñados para el mercado. Por eso clama contra la derrota del pensamiento frente al dinero, y del corto frente al largo plazo, y por eso lo cuenta en libros-manifiesto de lectura apasionante. Fue el caso de La utilidad de lo inútil (traducido ya a 20 idiomas en 30 países), un verdadero fenómeno editorial consistente en la reivindicación furiosa de las inútiles humanidades -más necesarias que nunca, sostiene- frente a los saberes útiles, con la ayuda de un buen puñado de filósofos y escritores de todas las épocas.

Y es el caso de su nuevo libro, Clásicos para la vida. Una pequeña biblioteca ideal, en el que el profesor de la Universidad de Calabria, lejos de pretender establecer un canon literario-filosófico, solo aspira a ofrecer pistas, balizas a navegantes para quienes, definitivamente, el dinero no lo es todo. También están Einstein, Thomas Mann y Montaigne. Tanto La utilidad de lo inútil como Clásicos para la vida están editados en castellano por Acantilado, y en catalán por Quaderns Crema. Ordine estuvo ayer en Barcelona para hablar de su nuevo ensayo y para inaugurar, junto al compositor y violagambista Jordi Savall, un nuevo ciclo de Conversaciones en La Pedrera.

Las grandes obras literarias y filosóficas no deberían ser leídas para aprobar un examen sino para, en primer lugar, experimentar placer y, en segundo, mejorar como personas. Ese es el punto de partida para este experto en el Renacimiento y en la vida y la obra de Giordano Bruno. Pero Nuccio Ordine no es un ingenuo y sabe que la batalla está perdida de antemano. «El poder nunca ha querido gente cultivada, así es más fácil hacerle creer cosas. Cuando no eres una persona cultivada, no tienes capacidad crítica. Maquiavelo decía que la humanidad se divide entre los que saben y los que no saben. El que sabe tiene siempre una posición dominante. El segundo es un esclavo del otro», ha explicado este lunes en una conversación con este diario.

Considera Ordine que el presente en lo que a la educación y la cultura se refiere es un espejo del pensamiento único y de la desidia, cuando no la consciente negación de la enseñanza. Así lo argumenta: «Cada vez más, en los institutos y en las universidades el profesor que triunfa es el profesor burócrata, ese que se dedica a redactar informes sin parar y que frecuenta todos los consejos. Paradójicamente, el profesor que se dedica a hacer de profesor se ha convertido en algo marginal dentro del sistema. Esto es gravísimo». ¿Su propuesta?: «La universidad y la escuela deben volver al espíritu para el que fueron fundadas. La palabra escuela viene del griego skolé, que significa ‘tiempo libre’, ‘ocio’. significa que no debes hacer algo porque te sientes presionado por una exigencia práctica, sino por ti, para mejorar».

Para combatir ese fatalismo, en los últimos 15 años Ordine ha leído ante sus alumnos un gran número de pasajes de obras de escritores o pensadores no necesariamente ligadas al temario que tocaba. Desde Borges hasta Pessoa y desde Maquiavelo hasta Cervantes, pasando por Goëthe, Saint-Exupéry, Ludovico Ariosto, Montesquieu, Homero, Hipócrates o Stefan Zweig entre otras decenas de nombres, los ha relacionado con cuestiones de actualidad. Así ha demostrado lo que perseguía: que los clásicos no solo ofrecen placer. También ofrecen soluciones.

Casi todo es, para él, una cuestión de disyuntiva entre el corto y el largo plazo. Eso afecta a la praxis política. Eso afecta a la educación. Eso afecta al compromiso o no de quienes disponen del dinero a la hora de ayudar a crear mejores generaciones de ciudadanos. «El mercado te exige hoy una cosa que en seis ya no es válida. Eso impide ver las cosas a largo plazo. Las profesiones y los oficios nacen y desaparecen a toda velocidad. Pero en la enseñanza y el aprendizaje en profundidad, los plazos son de 20 o 25 años. ¿Y cómo vas a aplicarle a la enseñanza una lógica de mercado si a los 25 años absolutamente todo habrá cambiado?». Pero queda, asegura, un resquicio de esperanza: «Hay algo que ni todo el dinero del mundo puede comprar: el saber. Eso es fruto de un esfuerzo que solo tú puedes hacer, y ahí nadie puede sustituirte».

Pone a Nietschze y su elogio de la lentitud en el aprendizaje como uno de los modelos a seguir. Y subraya que, mientras los sistemas de educación occidentales avanzan a toda velocidad hacia otro modelo, el consistente en factorías de robots humanos utilísimos, incultísimos y autoconvencidísimos de su excelencia, un país tan hipertecnológico y tan cibernético como Corea del Sur intensifica sus inversiones en educación humanística. «¿Sabe usted que hace cosa de un año la Unesco organizó una especie de campeonatos mundiales de filosofía y que los dos primeros clasificados fueron dos surcoreanos?», pregunta Nuccio Ordine.

Autor: Nuccio Ordine. Editorial: El Acantilado (2017). Formato: tapa blanda (192 páginas).

Fuente: https://elpais.com/cultura/2017/10/23/actualidad/1508780704_884734.html

Foto: Joan Sánchez

Cioran y Dios, juntos en las librerías

Se publica la versión íntegra en español de ‘Lágrimas y santos’, el gran libro del escritor y pensador rumano sobre la religión

Borja Hermoso

Hay que ser un clásico en vida para poder conservar de forma permanente e ilimitada el espíritu de la contradicción y, al tiempo, ser capaz de tejer una obra no solo de una profunda belleza, sino también de una perenne coherencia dentro del caos. Es, entre otros muchos rasgos, lo que enmarcó al personaje y la obra de Emil Cioran (Rășinari, Rumanía, 1911-París, 1995).

Un pensador tan atormentado como sarcástico y un escritor tan capaz de lo profundo como de lo aéreo: cuestión de fondo y forma, cuestión de sabiduría y de estilo en la aproximación a las cuestiones básicas de la existencia, incluido Dios ya sea como verdad, como duda o como mentira. La publicación por vez primera en español de la versión íntegra y directamente traducida del rumano de Lágrimas y santos (Hermida Editores), el gran libro religioso de Cioran, es una de las grandes noticias de este regreso al nuevo curso para los lectores en general y para los enemigos de las inamovibles certezas en particular.

La traducción de este libro incómodo y digamos no excesivamente fácil (ríspido de verdad en algunos tramos) corre a cargo del argentino afincado desde hace más de 30 años en España Christian Santacroce. Lo menos que puede decirse es que sabe de lo que habla. Hace ya muchos años que Santacroce leyó en la Universidad de Salamanca su tesis sobre la dimensión religiosa de la obra de Emil Cioran. El presidente de aquel tribunal calificador es la persona que más y mejor ha conocido e interpretado no solo los escritos del Cioran, sino al propio autor: Fernando Savater, que resume así en tres líneas el vaivén conceptual del escritor y la cuestión que aquí importa: “Cioran fue siempre un pensador religioso… lo que pasa es que es un religioso contrariado. Nunca le perdonó a Dios que no existiera”.

Savater aparca las correcciones de su artículo del fin de semana y regresa –eterno retorno- a Cioran con motivo de Lágrimas y santos, un abrumador ejercicio filosófico sobre lo trascendente y alrededores: “El tema de lo trascendente, de lo absoluto, etcétera, es su tema prioritario, sin duda. En un momento dado, Cioran se da cuenta de que ha perdido la vieja relación que tenía de joven con la religión, y ya no sabe cómo compensarlo. De joven fue alguien con una fe ciega en lo absoluto, y por eso se acercó no solo a Dios sino a movimientos que perseguían ese ideal absoluto como la Guardia de Hierro, primero, y los nazis después: porque tenía ese afán de algo definitivo, y porque fuera de eso todo le resultaba tambaleante, pútrido”.

“Le fascinaban España y sus místicos… Él decía que, en el mundo, sólo España y Rusia se hacían sobre sí mismas las preguntas que los demás se hacen sobre Dios: ¿existe España?, ¿Me quiere España?, ¿Es buena o mala?…”. De hecho, en un momento dado escribe aquella célebre frase: ‘Si Dios fuera un cíclope, España sería su ojo”, rememora Fernando Savater recordando aquellas interminables charlas con Emil Cioran en su buhardilla de la Rue de l’Odéon de París.

En este libro, Cioran, hijo de un sacerdote ortodoxo rumano y lector compulsivo de Nietschze, de Schopenhauer y de Kant, da rienda suelta a sus devaneos a veces conmovedores y a veces terribles, en torno a Dios, Jesucristo, los santos y la experiencia mística (que dice haber probado en sus largas noches de insomnio). Cioran escribe Lágrimas y santos en rumano entre 1936 y 1937, mientras era profesor de Filosofía y Lógica en un instituto de la ciudad de Brasov, y publica el libro en 1937, año en el que abandonaría Rumanía para establecerse en París. Llevaba más de un año sumergido en la lectura de Shakespeare, de la vida de los santos –a quienes parece aborrecer- y de místicos como Santa Teresa de Ávila o San Juan de la Cruz –a quienes confiesa adorar-. Tenía 25 años y era una pequeña celebridad, pues ya había publicado títulos que siguen siendo esenciales en su obra como En las cimas de la desesperación o El libro de las quimeras. La publicación del libro solo le trajo problemas personales: su familia se aparta de él, y uno de sus mejores amigos, el también escritor Mircea Eliade, le ataca con dureza.

“La vida no es sino una constante crisis religiosa, superficial en los creyentes, perturbadora en los que dudan”, escribe Cioran, que persigue en teoría el ideal de santidad (“¿llegaré algún día a ser tan puro que no pueda reflejarme sino en las lágrimas de los santos?”) pero que en la práctica no soporta a estos enviados especiales de Dios: “Todo habría sido mejor sin los santos. Nos habríamos ocupado cada quien de lo suyo y estaríamos contentos con nuestras imperfecciones. Su presencia, en cambio, provoca complejos de inferioridad, desprecio y envidias inútiles. El mundo de los santos es un veneno celestial”.

En opinión de Christian Santacroce, traductor de la obra, “la visión de Cioran de la existencia y todo lo que él expresa en torno a ella viene de un sentimiento religioso, aunque continuamente paradójico. Su sentimiento de la existencia está constantemente saltando de un polo a otro, de la negación a la afirmación… puede que fuera una persona religiosa a pesar de sí mismo”.

La edición de Lágrimas y santos que el próximo lunes llegará a las librerías rescata la versión original e íntegra de la obra. La versión en español que podía leerse hasta hoy se basaba en una traducción francesa realizada en los años 80 a partir de las numerosas amputaciones que el propio Cioran aplicó a su libro. “Cortó muchas cosas del escrito original, creo yo, por una especie de reparo hacia el público francés”, explica Santacroce, “no creía que el lector francés fuera a comprender bien ese desgarro de tipo religioso”.

En su opinión, el Cioran francés no es el rumano: “Se ha estilizado para poder presentarse a su nuevo público. Es un autor que utiliza mucho más la ironía y el sarcasmo, pero sobre todo con respecto a sí mismo. Y eso incluye sus reflexiones acerca de la religión. El Cioran rumano, el de juventud, es mucho más insolente y arrogante, y ese es precisamente el encanto de esa etapa de su obra”, argumenta el traductor. Y coincide en su visión de las cosas con Fernando Savater, que matiza: “Lo que diferencia a los libros de la primera época de Cioran, los de su etapa rumana, es que son más crudos, más desesperados y sin bromas alrededor”.

En Cioran, contradicciones y vaivenes conceptuales y filosóficos, todos. Bromas, en efecto, pocas. Sirva como demostración este martillazo hacia el mismo Dios que, pocas páginas antes, había adorado: “La creación del mundo no tiene otra explicación que el temor de Dios a la soledad. En otros términos, nuestro rol, el de las criaturas, no es otro que distraer al Creador. Pobres bufones del absoluto…”.

Fuente:

https://elpais.com/cultura/2017/08/31/actualidad/1504204824_150471.html

Foto:

Emil Michel Cioran, retratado en 1977. Rue des Archives/AGIP / Cordon Press

Nueva edición de «La Viena de Wittgenstein»

Nueva edición de «La Viena de Wittgenstein», un estudio ya clásico en una magnífica edición revisada y prologada por la profesora de la Universidad de Extremadura, Carla Carmona, y con introducción del catedrático de Filosofía y experto en la figura del pensador vienés, Isidoro Reguera.

http://www.athenaica.com/index.php/atn/catalog/book/96

Sinopsis

Este libro es uno de los estudios clásicos sobre aquella «ciudad de genios» de hace un siglo, a la que han convertido en un espléndido paradigma de investigación: la llamada «Viena fin-de-siglo» o «Viena 1900» como marchamo de la decadencia de toda una cultura y forma de vida y del resurgir genial de otras. Ha originado un acervo impresionante de bibliografía de altura digna de esa Viena ya eterna donde la clara conciencia de la extinción inmediata del imperio austro-húngaro y su mundo hizo más evidente que en ninguna parte la famosa «crisis» cuya conciencia había comenzado a reventar con Nietzsche; su paisaje fantasmal: un mar que se vacía, un horizonte que se borra, un sol que gira alocadamente en torno a sí; ser, verdad y bien desvanecidos, desquiciados. Ciudad de gentes hipersensibles también a los signos de los tiempos desde todos los campos de la ciencia, la cultura y el arte, que pusieron sobre nuevas vías una renovada autoconciencia cultural de Europa: crearon la impronta, marca, estilo de lo que hoy somos o al menos de lo que hasta ayer mismo éramos. Junto con Sigmund Freud máximo ejemplo en aquellas cimas: Ludwig Wittgenstein.

Allan Janik
Autor

Allan Janik nació en Chicopee, Massachusetts. Estudió en el St. Anselm College, la Universidad de Villanova y la Universidad Brandeis, donde trabajó con Stephen Toulmin. Enseñó Filosofía e Historia de las Ideas en la Universidad de Innsbruck y la Universidad de Viena hasta 2006. Fue investigador sénior en el Instituto de investigación Brenner-Achiv de la Universidad de Innsbruck. Entre otras obras suyas destacan Wittgenstein’s Vienna Revisited, Assembling Reminders: Essays on the Genesis of Wittgenstein’s Concept of Philosophy y Towards a New Philosophy for the European Union.

Stephen Toulmin
Autor

Stephen Toulmin nació en Londres y estudió Física y Filosofía en la Universidad de Cambridge, donde asistió a las clases de Wittgenstein. Enseñó Filosofía e Historia de las Ideas en las universidades de Oxford y Brandeis, así como en un amplio abanico de universidades americanas, como la de Chicago, la del Noroeste o la del Sur de California. Cabe destacar entre sus obras Human Understanding, Knowing and Acting y sus numerosos estudios sobre la Filosofía e Historia de la Ciencia y el problema de la racionalidad. Murió en 2010.

Carla Carmona
Volume editor

Profesora de la Universidad de Extremadura, es especialista en la obra de Wittgenstein y en el universo cultural de la Viena finisecular.

Isidoro Reguera
Prologuista

Catedrático de Filosofía de la Universidad de Extremadura, fue uno de los primeros introductores de Wittgenstein en España. Ha escrito, hablado y traducido mucho de y sobre Wittgenstein.

Novedades editoriales

                                                      LIBROS DE FILOSOFÍA  

2

¿Qué permanece en este mundo donde todo pasa? ¿Qué consigue salvarse de la inflexible ley de caducidad que condena a todo lo viviente, incluido el ser humano, a la extinción y al olvido? Dos son las modalidades de perduración humana a nuestro alcance: la obra artística y la imagen de la vida, cuando una y otra alcanzan la forma de perfección, estética y ética, que les es peculiar.

«La imagen de tu vida». Javier Lomá Lanzón. Galaxia Gutenberg 2017.

3

Alain Finkielkraut, con el rigor que le caracteriza, toma una serie de hechos políticos, sociales, filosóficos, mediáticos…, de los últimos años y, apoyándose en otros pensadores como Hannah Arendt, Albert Camus o Milan Kundera, los analiza y reflexiona buscando entender lo que está pasando, comprender el desequilibrio permanente al que nos empuja el presente.

«Lo único exacto». Alain Finkielkraut. Alianza 2017.

4La filosofía es un modo de ver la densidad de la realidad. Platón pensaba que la inteligencia podía ir subiendo desde las cosas más pequeñas hasta el gran mundo de las ideas. De esto trata este libro, de la filosofía de las pequeñas cosas, de una «filosofía zoom» que medita sobre esos acontecimientos pequeños, desde la altura de un sistema. O que construye un sistema a partir de la humildad de lo real.

«Tratado de filosofía zoom». Jose Antonio de Marina. Ariel 2016.

Estudios del malestar

Políticas de la autenticidad en las sociedades contemporáneas

malsetar

44.º PREMIO ANAGRAMA DE ENSAYO

Hubo un tiempo en que el Estado del bienestar expresaba lo mejor de los proyectos políticos occidentales tras la atroz experiencia de las guerras mundiales. Hoy vivimos en las antípodas, en lo que podríamos llamar el Estado del malestar. La erosión del Estado del bienestar se gestó en los años de bonanza económica y se ha consumado en los de la crisis. Y a esa erosión institucional se suma hoy la política. Todo ello crea un caldo de cultivo del que surgen nostalgias ideológicas y organizaciones populistas que pretenden capitalizar el malestar y convertirlo en un instrumento político electoralmente rentable.

José Luis Pardo entiende la filosofía como el arte de hacer preguntas, y en este libro sagaz y necesario plantea unas cuantas muy certeras: ¿cuáles son los ingredientes de este uso político del malestar? ¿Cuáles son los peligros de una forma de hacer política que parece añorar la acción directa, eludiendo las vías democráticas? ¿Cuál es el papel que debe desempeñar la filosofía ante estos retos? ¿Y la universidad como institución? ¿Y el arte y sus vanguardias?

Al populismo de los tuits, las pancartas y la demagogia, el autor contrapone un pensamiento crítico que nos ayuda a desentrañar la realidad compleja en la que estamos inmersos. Y para ello se sirve del bagaje histórico de la filosofía, empezando por Sócrates y su diálogo en el Gorgias con el virulento Calicles, partidario de la pugna, el conflicto y el enfrentamiento frente al acuerdo, que sentencia: «Qué amable eres, Sócrates, llamas “moderados” a los idiotas.» Analiza también el tránsito de Hegel a Marx, la reaparición en escena de Carl Schmitt y las propuestas de pensadores convertidos en ideólogos como Ernesto Laclau o Philip Pettit, para quienes la filosofía debe estar al servicio de la política. Frente a esta postura, no habría que olvidar la advertencia de Kant: «No hay que esperar ni que los reyes se hagan filósofos ni que los filósofos sean reyes. Tampoco hay que desearlo; la posesión de la fuerza perjudica inevitablemente al libre ejercicio de la razón.» Porque al olvidarla se olvidó también la descripción del «filósofo» que debería figurar en el frontispicio de todas las facultades del ramo, esa que dice que «los filósofos son por naturaleza inaptos para banderías y propagandas de club; no son, por tanto, sospechosos de proselitismo». Pensamiento frente al panfleto, reflexión frente al exabrupto y reivindicación de una filosofía crítica que no sea vasalla de la política: he ahí lo que propone Estudios del malestar, una lúcida y argumentada advertencia acerca del malestar en el que vivimos y el que nos aguarda.

«Pardo ha demostrado de manera constante en sus ensayos y artículos que tiene una habilidad especial para caminar con solvencia por el alambre de funámbulo en el que se mueve la filosofía, sabiendo conjugar la dimensión didáctica del pensamiento con su vertiente más creativa» (Ernesto Baltar, Jot Down).

«Es un escritor cuyos libros son como viajes a las zonas en blanco de los mapas, que creíamos tener cartografiadas» (Alejandro Gándara, El Mundo).

José Luis Pardo (Madrid, 1954) es catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid y colaborador del diario El País; ha traducido a filósofos contemporáneos como Deleuze, Debord, Agamben o Lévinas. Es autor de una veintena de libros, entre los que destacan Deleuze. Violentar el pensamiento,Palabras cruzadas (con Fernando Savater), La regla del juego (Premio Nacional de Ensayo 2005), Esto no es música, Nunca fue tan hermosa la basura o Estética de lo peor. En Anagrama publicó Transversales, su primer libro, en 1977, y La banalidad.

OTRAS OBRAS DE José Luis Pardo

Fuente:

https://www.anagrama-ed.es/libro/argumentos/estudios-del-malestar/9788433964083/A_505