Archivo de la categoría: Publicaciones

Recensiones, críticas y análisis de publicaciones filosóficas o de interés filosófico.

Vídeo de la presentación del libro «Maquiavelo», de Francesco Bausi

Video de la presentación del libro «Maquiavelo», de Francesco Bausi, (trad. M. Barbuto), València. Publicacions Universitat de València, 2015.


Índice:

Marcelo Barbuto
“De Maquiavelo a Machiavelli”
inicio a 17:04
comentario de Granada a 20:57
comentario de Cappelli a 22:35
comentario de Bausi a 28:05

Francesco Bausi
“Machiavelli republicano o mediceo?”
a 1:17:52
comentario de Granada a 1:19:16
comentario de Bausi a 1:22:05

Guido Cappelli
«Dall’oscuro segretario mediceo al grande Machiavelli»
a 2:01:46
comentario de Bausi hasta el final.»

El blog de Enrique Medina

Enrique Medina es un chaval de quince años que dedica parte de sus horas libres a escribir sobre filosofía. Sorprende el alcance y profundidad de sus reflexiones.

Dejamos aquí una muestra de algunas de ellas, para que pensemos en el potencial de la juventud de hoy día:

http://blogdelascolumnas.blogspot.com.es/2016/02/al-borde-del-abismo-del-pesimismo.html

http://blogdelascolumnas.blogspot.com.es/2015/11/manifiesto-del-trabajo-y-el-capital-y.html

http://blogdelascolumnas.blogspot.com.es/2016/01/sufrimiento-mundial.html

NUEVA PUBLICACIÓN SOBRE LAICIDAD

Anunciamos la publicación en Edicions Bellaterra de Laicidad europea. Apuntes de filosofía política postsecular de Daniel Gamper (Profesor de Filosofía política en la Universitat Autònoma de Barcelona).
Un ensayo de filosofía política sobre los desafíos de la diversidad y la libertad religiosa en las democracias europeas.

Mito y filosofía (logos): una relación mal entendida

La historia del pueblo de Atenas se inicia con la narración de un mito. La patrona de la ciudad, Atenea, nace sin el amparo del útero materno, de lo que se ha dado en llamar una “rarísima paternidad virginal”. Vino al mundo provista de armas, dada a luz desde un curioso habitáculo: la cabeza de Zeus. El principal dios del Olimpo sufría desde hacía algún tiempo jaquecas que se traducían en diversos sucesos meteorológicos (intensas tormentas, rayos, fuertes lluvias, etc.), hasta que Hefesto (el dios herrero) pudo resolver el problema –literalmente- de un mazazo. De la apertura craneal surgió Atenea, a quien pronto Hefesto pidió por esposa en recompensa de la tan particular cirugía practicada a Zeus.

Sin embargo, la diosa rechazó la proposición del poco agraciado titular de la fragua olímpica (Hefesto era cojo y desventurado). Quizás sea éste uno de los primeros atisbos históricos, si bien de origen mítico, en el que se da la elección libre de una mujer en un entorno en el que –muy bien lo sabía Hera, esposa y hermana de Zeus– la figura femenina adolecía de estar, en la mayor parte de los casos, supeditada a la historia y asechanzas de las divinidades masculinas.

Siguiendo con la historia, en un intento desesperado, Hefesto se acostó sobre la recién venida al mundo Atenea, pero lo que hubiera sido una cópula amorosa entre entidades inmortales derivó en un forcejeo divino: cuando el dios herrero tocó a Atenea, y a causa de la gran excitación de aquél, eyaculó con la mala fortuna de que su semen fue a parar a la tierra, a suelo mortal. El resultado fue el nacimiento de Erictonio, el que un día se convertiría en rey de Atenas (si reparamos en la etimología, Eris se refiere a la diosa griega de la discordia). Pero no perdamos de vista a Atenea. Durante el reinado de Erictonio, la diosa se batió en duelo con el hermano de Zeus, Poseidón, para conseguir el patronazgo de Atenas. El primero ofreció a los atenienses el caballo, animal invencible en la carrera y poderoso en las batallas. Sin embargo, Atenea obsequió a la ciudad con el olivo: aceite, fuerte madera y la posibilidad de ser cultivado en condiciones de terreno muy adversas. De este duelo la diosa salió victoriosa, y fue ensalzada desde entonces como patrona de Atenas.

En este sentido, ya desde los más arcanos albores de la humanidad el mito cumple numerosas y variadas funciones, más en particular en el forjamiento del pensamiento y evolución del pueblo griego. En primer lugar, una función sociopolítica: en Grecia no existía –como tal– un poder centralizado, sino que se daban más bien Estados más o menos independientes. Lo que precisamente anexionaba a estas comunidades era una unidad cultural, dada por el mito y el espíritu homérico. También cumplían una función religiosa: los textos de Homero permitieron a los griegos albergar y defender una concepción de qué son los dioses, lo que fundaba la marcha ritual de la vida griega, lo misterioso. El mito era la base de lo religioso y lo divino, a la vez que constituía una llamada a que el hombre ocupara su lugar. Por otro lado, teniendo en cuenta la narración sobre Atenea más arriba mencionada, el mito cumple una función fabuladora: permite al griego remitirse a otro mundo, basado, fundamentalmente, en la evocación y la memoria (Mnemosine –la memoria– era esposa de Zeus). Esto convierte al mito en una narración no sólo maravillosa, sino también fundante y dadora de sentido, junto al carácter de fabulación como encanto y huída fugaz de lo mundano. Así, el mito no es profecía, sino que se refiere al pasado, lo que diferencia a la religiosidad griega de otras hoy aún vivas, como el judaísmo y el cristianismo, que sí son proféticos (lo bueno, lo más bello y lo más digno, es lo que está por venir).

El griego se entusiasma con el pasado, y con los datos recopilados en los textos de Homero y Hesíodo iluminaba su presente: la evocación de aquel mundo es lo que convierte al mito en evocación de lo maravilloso, ensalzando el poder de la imaginación. Una imaginación que no inventa, sino que rememora. Por eso podemos adscribir a lo mitológico una función estética y lingüística: el mito se expresa en una lengua, se dice y se escribe. Más allá, está vinculado al uso no sólo adecuado, sino también y sobre todo al uso bello de la lengua, que se traduce en la forja de bellas creaciones; de ahí su estrecho vínculo con el epos, la poesía. En definitiva, el mito es la expresión maravillosa de lo maravilloso. No sólo se narran hechos, sino hechos modélicos: no hombres, sino modelos de humanidad.

De este intento por acudir a los modelos surgirá, poco a poco y andando el tiempo, una visión filosófica donde la realidad será vista desde tales arquetipos: las ideas. Homero es una llamada a lo perfecto, y ya en Platón observamos cómo los griegos no se conformaban con lo circundante, hay que ver la realidad a partir de sus modelos, el reflejo de lo perfecto. Y es que no debemos olvidar, a su vez, su función formativa y educativa: los mitos marcaron para los griegos la norma ideal del espíritu, señalaron la norma primera de la paideia, de la formación o educación. Era necesario poner en forma el cuerpo (gimnasia) y desarrollar, a la vez, la excelencia humanística (musiké, lo inspirado por las musas). El hombre se forma en la medida en que busca -y aspira a– la perfección. Es conocida la anécdota, relatada por Plutarco, que cuenta que Alejandro Magno llevó a su conquista dos únicos bienes: su caballo Bucéfalo y su ejemplar de la Ilíada, texto al que acudía en busca de fortaleza, consuelo y ánimo.

Sin embargo, los mitos también tuvieron sus detractores: Heráclito explicaba que en tales narraciones el hombre aparece desencajado de su medio, lo que le aleja demasiado de la realidad. Jenófanes, poeta ambulante, fundaba su crítica afirmando que es imposible que existiera tamaño número de dioses (los primeros atisbos de monoteísmo, aunque de manera incipiente y restringida, surgieron también en Grecia). Incluso el propio Platón critica el mito en el Libro X de La República: a los poetas deberían expulsarlos sin miramientos de la ciudad, pues hablan de apariencias, no de hechos. A pesar de ello, incluso los más fervientes críticos reconocieron el relevante papel de los mitos en la educación de los niños, que aprendían a leer a partir de los textos de Homero.

Por último, podemos referirnos a una función explicativa: el griego vive el mito, primero, como una explicación del conjunto de la realidad, como una develación unitaria que parte del origen. Así, el griego sabe a qué atenerse en función de lo que se cuenta en los poemas. El mito es conocimiento, es un recurso teorético, pero también un motor eficaz que conduce a la admiración, un dejarse sorprender (el comienzo, para Aristóteles, de todo conocimiento). A su través los griegos ordenan su mundo y dan sentido a su vida.

En conclusión, eso que habitualmente se denomina logos (la racionalidad, y de su mano, la palabra) está ya en el mito. La diferencia capital entre filosofía y mito es que la enseñanza de este último se basa en una afectación, en un estado sobre el ánimo del griego. El mito, en resumen, es aceptado como explicación de lo que nos rodea como hombres y mujeres habitantes de la Tierra. Por su parte, la filosofía es un compromiso individual de descubrimiento, de desvelamiento: filósofo es quien que pregunta e interroga acerca de todo aquel mundo que (a)parece como previamente configurado. Si el mito funciona como un código de respuestas, como razón-sistema (una creencia no indagada), la filosofía se presenta como razón-problema. Mas no por ello el mito carece de razón (logos) ni ha de ser tomado como una creencia fútil e infundada, sino como un conjunto de saberes que configuran y dan sentido a la realidad del griego.

Hace no mucho leí un artículo en la revista Historia y Vida (número 509) cuyo título reza “Bajo el influjo del Olimpo”. En él se dice que la mitología griega no tardó demasiado en cuestionarse: “El desarrollo de una intensa cultura intelectual, con el cultivo de la filosofía y las ciencias, transformó el mundo helénico. […] [L]a razón terminó sustituyendo a la mitología como instrumento para comprender el universo”. Pero, de nuevo nos preguntamos tras lo dicho hasta ahora, ¿fue esta transición del mito al logos tan abrupta, tan aparentemente sencilla, o peca de poco rigurosa –desde el punto de vista tanto histórico como filosófico–?

En el mundo griego, los dioses no poseían un ser –una esencia, ousía–, sino que aparecen como una forma de dar legalidad al cosmos: una organización del mundo mediante leyes que se propugnaron por vía oral a través de ciertos poemas (la Ilíada y la Odisea de Homero y, poco más tarde, la Teogonía y Los trabajos y los días de Hesíodo). La mitología griega representa una manera del todo racional de otorgar un sistema unitario frente a lo que antes sólo era caos: viento, lluvia, fuego, movimientos del sol y la luna, etc. Y sólo quien está fuera de la ley puede instituirla: los dioses. Por ejemplo, el –muchas veces malinterpretado– Romanticismo de los siglos XVIII y principios del XIX quiso poner de manifiesto la existencia de un estado de humanidad allí donde existía una relación con los dioses (de manera similar al mundo griego): la vuelta al “paraíso perdido” de los románticos no es sino una tendencia a reencontrarse con nuestro origen, con lo mítico, con lo maravilloso que pervive con independencia del tiempo.

Si seguimos con el artículo de la revista más arriba mencionado, leemos que “el escandaloso comportamiento de los dioses y su lejanía respecto al hombre hicieron que el individuo pusiera en duda unas normas morales que ni los mismo dioses seguían”. Sin embargo, a poco que se haya estudiado el mundo griego, se sabrá que el concepto de justicia que empleaban los griegos no se cuidaba en absoluto de la intención: sólo el acto importa, como observamos en las historias de los grandes trágicos. Sólo el acto sella la intención, que hasta ese punto no importaba. A partir de la divulgación de las historias de Homero y Hesíodo, notamos una conciencia más viva al respecto de la inseguridad humana y la condición desvalida del ser humano; el correlato religioso de tales sentimientos será la hostilidad de los dioses. Pero, y aquí está lo interesante, no se posee la imagen de una divinidad maligna, sino la de otra en la que existen un poder y una sabiduría dominantes, que (recuérdese aquí el mito de Sísifo) mantienen de manera permanente al hombre abatido, impidiéndole remontar su condición. Es más, los dioses viven temerosos de nuestro posible éxito: desean mantener su mayor prerrogativa, la inmortalidad.

El propio Aquiles lo expresa en la Ilíada (Canto XXIV) de esta forma: “Porque los dioses han tejido el hilo de la desgraciada humanidad de tal suerte que la vida del Hombre tiene que ser dolor, mientras ellos viven exentos de cuidado”. Aquiles reclama el heroísmo no como aproximación a la felicidad, sino como acercamiento a la fama. De una manera similar, los dioses que encontramos en este tipo de obras se interesan por su honor. Sin embargo, los primeros pensadores salen de la existencia guiada por el mito (que no deja de ser una revelación de la esencia del mundo en conjunto, aquel “poner orden” que mencioné). Es entonces cuando comienza a barruntarse la idea de un saber absoluto y necesario, un saber inaudito, y en definitiva, un dirigirse hacia la totalidad de las cosas. Tal es el comienzo de la filosofía.

El Todo es el contenido de la verdad innegable. Hasta la llegada del pensamiento en forma de filosofía, la totalidad de las cosas están ocultas en su esencia (viento, mareas, fuego, etc.). La naturaleza (aquello que los griegos englobaban bajo la palabra physis) comprende todo lo pensable y lo recoge en una cohabitación con el hombre, caracterizada por la aletheia (un brotar continuo por parte de la naturaleza a la luz) y la lethe (la parte oculta de la physis), que comprenden –ambos– el devenir de todas las cosas. En este proceso, la physis sale de sí misma (trascendencia) con la reflexión del hombre, aunque, al mismo tiempo, se oculta (inmanencia). Con la llegada de los trágicos y Platón, se deja de lado la idea de lethe y aparece la de la nada, que deja a la aletheia y por tanto al hombre a merced de un fundamento (razón, Dios, lo Uno, lo Eterno, etc.) que la puede modificar e instrumentalizar.

En resumen, los griegos afirman que la totalidad de las cosas, a pesar de que tienen rasgos diferentes, manifiestan a la vez un todo unitario. Fue la manera de enfrentarse a este “todo unitario” la que cambió, pero en ningún caso el mito se olvidó de la noche a la mañana con el surgimiento del pensar filosófico.

Para terminar con un apunte geopolítico, el nacimiento de la polis provocó una estructuración finita de la realidad que surge con las asambleas de guerreros caracterizada por ritos funerarios con juegos, repartos de botines, asambleas deliberativas, etc. De este hecho nace la noción griega de to mesón (en español puede traducirse como “dentro”), que representa el poner algo en común, en público, una soberanía impersonal que adquiere la idea de arjé (jefe) y de kratos (poder). Las asambleas siempre se disponían en círculo como representación de una sociedad no piramidal caracterizada por la igualdad y el equilibrio, lo que permite el desarrollo del pensamiento y la aparición del ágora en la polis. Estos datos, por fin, provocarán una nueva concepción del espacio y del tiempo, y por supuesto, de la religión.

Un dato que parece querer olvidarse: lejos de desaparecer –con la llegada del cristianismo al Imperio de Roma y la conversión de Constantino–, la influencia del panteón de dioses y héroes griegos y romanos pervivió como parte importante de la cultura antigua en la Edad Media, resucitada más tarde en el Renacimiento, cuando se restauraron tanto las lenguas de la Antigüedad como las imágenes plásticas de aquellos dioses y semidioses como modelo inmarcesible de belleza en las artes.

 

Este artículo ha sido escrito por Carlos Javier González Serrano y publicado en www.elvuelodelalechuza.com.

Crowdfunding para el libro «María Zambrano y la raíz desnuda»

Este proyecto iniciará una campaña de crowdfunding el jueves, 3 de marzo.

Sobre el libro

María Zambrano es nuestra filósofa más importante y una de las grandes pensadoras europeas del siglo pasado, pero a pesar de ello y de ser Premio Cervantes y Príncipe de Asturias, todavía se desconoce mucho de su intensa vida y extensa obra. Nuestra intención con este libro es arrojar luz sobre una española universal.

La vida se nos ha escindido; las supervivientes tenemos las raíces desnudas; vosotros, los muertos sois las raíces; sólo raíces hundidas en la tierra y en el olvido. María Zambrano

¿Qué se esconde tras el título María Zambrano y la raíz desnuda? Puesto que ninguna obra, ningún pensamiento están desconectados del momento histórico y de las vivencias personales que acontece a la persona, antes de acercarnos a la filosofía de una pensadora singular como es María Zambrano es necesario conocer las circunstancias en las que se desenvuelve la vida de esta malagueña universal, donde el exilio tiene lógicamente un gran protagonismo.

Aquí podéis escuchar a la autora:

 
Por ello, la primera parte es un retrato de María Zambrano y del momento histórico que le tocó vivir. De su visión de la realidad y de cómo su forma de sentir se va reflejando en sus obras, sin entrar en el detalle de ninguna de ellas, pues esto conllevaría un estudio diferente. La idea es que cualquiera con interés, y a veces con miedo ante su prosa poética, pueda conocer a esta filósofa.

La segunda parte es un análisis de algunos personajes femeninos que han tenido especial relevancia en la obra de María Zambrano, relacionado con lo anterior porque los primeros personajes femeninos que rodean e influyen en Zambrano son su madre y su hermana. Sus vidas unidas hasta el final. Aparecen en esta segunda parte también personajes como el de Nina, de Benito Pérez Galdós, Antígona, etc.

Más información aquí: María Zambrano y la raíz desnuda

Ya a la venta el cómic ONE LOVE, ONE VISION de Carlos Bribian

Desde el martes ya está a la venta el cómic ONE LOVE ONE VISION de enseñanzas de Oriente y Occidente, un trabajo de Carlos Bribian sobre el que ya nos hicimos eco en esta entrada.

En el cómic se habla sobre autores como: Platón, Sócrates, Confucio, Aristóteles, Séneca, Marco Aurelio, Plotino, Séneca…etc

CARTEL SALON gg5Son 70 páginas a color y su precio es de 12€.
Se puede comprar aquí: www.oneloveonevision.wordpress.com/blog/

Colecciones filosóficas de Hermida Editores

Desde Hermida Editores nos complacemos en presentar los últimos títulos publicados en nuestro sello con una temática filosófica.

Estas son algunas de nuestras últimas novedades:

 

Primera edición en español de los Cuadernos (Sudelbücher) de Georg Christoph Lichtenberg, de donde se han extraído todas las ediciones antológicas existentes en español, y que se han titulado comunmente como Aforismos. Este volumen, el primero de la obra completa que ahora publicamos bajo la traducción de Carlos Fortea, con prólogo de Jaime Fernández, recoge su trabajo según la edición canónica.

No fue hasta después de su muerte cuando se publicaron los célebres Cuadernos (Sudelbücher), de Georg Christoph Lichtenberg, de los que en este primer volumen se ofrece por primera vez en castellano la versión íntegra de los tres primeros. Se trata de una miscelánea de reflexiones agudas, perspicaces, serenas y al mismo tiempo divertidas, cargadas de simpatía, vivacidad e ironía, sobre el cuerpo, el amor, la sexualidad, los sueños, la soledad, el lenguaje, la religión, la muerte, el mundo de los libros, la ciencia, la filosofía y la situación política del momento. Lichtenberg se revela como un profundo conocedor de la condición humana.  Sin embargo, en sus observaciones no se aprecia ni un ápice de dogmatismo ni muestra alguna de superioridad intelectual o moral. Al contrario, una incansable curiosidad le incita a interesarse por todo cuanto le rodeaba y por las noticias que recibía del mundo, como los acontecimientos que desembocaron en la Revolución Francesa de 1789. Aunque se identificase con los valores humanistas de la Ilustración, fue uno de los primeros en atisbar en el pesimismo ilustrado una oculta apología del despotismo moderno.

Kant lo leyó atentamente. Goethe comparó sus escritos con una maravillosa varita mágica «que convertía sus bromas en problemas ocultos». Para Nietzsche, con excepción de Conversaciones con Goethe, de Eckermann, su obra era lo único de la prosa alemana que merecía ser leído una y otra vez. La profunda huella de sus reflexiones es visible en Schopenhauer. Tolstói fue un lector devoto de su obra. Freud dijo que sus chistes sobresalen por su contenido intelectual y la seguridad con que dan en el blanco. André Breton lo consideraba uno de los grandes maestros del humor y «padre de la patafísica». Canetti comentó que había escrito el libro más rico de la literatura universal porque nunca quiso redondear nada, lo cual «es su felicidad y la nuestra».

 

Estos «microrrelatos» escritos con absoluta libertad plástica siguen generando debate, y sorprendiendo a los lectores.

Escritos en 1843, al comienzo de su carrera literaria, los textos breves que componen Diapsálmata –palabra de origen griego que puede traducirse como «entre salmos»- pertenecen a la parte de la obra de Kierkegaard agrupada en los denominados «estudios estéticos». Son anotaciones breves, algunas con el formato de «microrrelatos», otras de parábolas, de aforismos, y algunas incluso de acertijos, en las que se refleja su estado de ánimo, el sinsentido y la desesperación ante la vida, y la lucha que sostenía para sobreponerse ante las adversidades y dudas, sin por ello sacrificar la libertad y la ironía, que, como dijo en una ocasión, impregnaban toda su existencia.

Esta nueva traducción de Diapsálmata se ha realizado directamente del danés, y su edición se justifica  en parte por el maltrato sufrido por los textos de este autor en las ediciones en español, unas veces debido a la censura, otras por tratarse de versiones de otras lenguas o, simplemente, por la hostilidad de determinadas corrientes filosóficas o religiosas a su aparente existencialismo.

Contrario a los sistemas filosóficos establecidos en su época, principalmente el de Hegel, Kierkegaard pensaba que la razón que pretendían imponer perjudicaba a la creatividad y singularidad de la persona, por lo que optó por pronunciarse en sentido opuesto, enfrentándose a la dificultad y manteniendo vivo el espíritu a través de la ironía. Conocido como el «Sócrates del Norte», se servía de ésta, al igual que el filósofo de la antigua Grecia, como un arma contra el todo normativismo.

La lectura de Diapsálmata no dejará indiferente a nadie. Cada lector podrá extraer sus propias conclusiones, algo que por otra parte encaja con el concepto de la diversidad humana postulado por Kierkegaard, y diametralmente opuesto al ideal uniformador de la razón anhelado por los pensadores contra los que bregó durante toda su vida.

 

 

Discípulo de Nietzsche y de Kierkegaard, aunque cautivado por los grandes autores de la novela rusa Tolstói y Dostoyevski, el pensador ruso de origen judío Lev Shestov —conocido hasta ahora en España y Francia, su país de adopción, como Léon Chestov— se inclinó por el fragmento corto y el aforismo para ensayar un difícil presente en el que las utopías morales, sociales y políticas han perdido credibilidad. En la obra que publicamos, inédita en castellano, ensarta curiosas observaciones cargadas de ironía, en las que no ahorra críticas al positivismo y las «buenas intenciones» de la razón secularizada, heredera de la Ilustración.

Además de filósofo combativo, Shestov cultivó la crítica literaria, por lo que fue tan admirado como denostado. Entre sus admiradores destacan pensadores de la talla de Edmund Husserl y Martin Buber. También dedicó estudios perspicaces a las obras de Dostoyevski, de Nietzsche, Kierkegaard, Pascal, Descartes y Spinoza, a quienes leyó atentamente toda su vida.

Su pensamiento es un poliedro: antirracionalista, anarquista, y al mismo tiempo religioso en el sentido pascaliano del término, aunque impregnado de la obra de Nietzsche hasta que Kierkegaard reemplazó al pensador alemán.

Shestov combatió nada más ni nada menos que a la misma historia de la filosofía occidental, de la que dijo que no era más que una larga batalla entre la razón y la fe, entre el secularismo y la religión, entre Atenas y Jerusalén.

Puede consultarse el catálogo entero aquí:

http://www.hermidaeditores.com/

 

SEGUNDA DECLARACIÓN FILOSOFÍA E INDEPENDENCIA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

El Observatorio Filosófico de México (OFM,  http://www.ofmx.com.mx/ ) publica la Segunda Declaración «Filosofía e Independencia en América Latina y el Caribe» que surgió en el marco del Coloquio Filosofía e Independencia desde América Latina y el Caribe (celebrado 23-26 de noviembre de 2015).

Aquí puede descargarse una copia:

SEGUNDA-DECLARACIÓN-FILOSOFÍA-E-INDEPENDENCIA-EN-AMÉRICA-LATINA-Y-EL-CARIBE

Cabe mencionar que la Primera Declaración (la Declaración de Morelia «Filosofía e Independencia», firmada por Enrique Dussel, Francisco Miró Quesada, Arturo Andrés Roig, Abelardo Villegas y Leopoldo Zea) surgió hace 40 años y la pueden encontrar en la Enciclopedia de la Filosofía Mexicana (http://dcsh.izt.uam.mx/cen_doc/cefilibe/images/banners/enciclopedia/Documentos/DeclaraciondeMorelia-Dussel_Enrique_etal.pdf).

Así mismo, se les invita a firmar esta SEGUNDA DECLARACIÓN FILOSOFÍA E INDEPENDENCIA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE que se alojará en la Enciclopedia de la Filosofía Mexicana.

Para ello deberán mandar a este correo (observatoriofilosofico09@gmail.com) los siguientes datos:
Nombre completo y adscripción actual, junto con la autorización de que se incluya su nombre)
Fecha límite: 18 de diciembre de 2015.

Antonio Campillo publica Tierra de nadie

El filósofo y sociólogo Antonio Campillo acaba de publicar un nuevo libro: Tierra de nadie. Cómo pensar (en) la sociedad global (Herder, Barcelona, 2015, 120 p.). Ha sido editado en la colección «Pensamiento», dirigida por Manuel Cruz. El autor ya publicó en esta misma colección su libro El concepto de lo político en la sociedad global (Herder, Barcelona, 2008).

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Antonio Campillo

Como se indica en la nota final de Tierra de nadie, esta obra tiene su origen en la conferencia “Tierra de nadie: filosofía y sociedad global”, con la que Antonio Campillo inauguró el I Congreso internacional de la Red española de Filosofía: “Los retos de la Filosofía en el siglo XXI”, celebrado del 3 al 5 de septiembre de 2014 en la Facultat de Filosofia i Ciències de l’Educaciò de la Universitat de València, y cuyo texto ha sido recogido en las Actas del Congreso.

La obra

En Tierra de nadie, el autor se plantea una doble pregunta: cómo pensar la sociedad global para conseguir que la Tierra siga siendo un hogar para todos y, de otro lado, cómo pensar en la sociedad global, es decir, de qué modo los cambios en el mundo globalizado afectan e interpelan a la propia actividad de pensar.

Para analizar esta relación de ida y vuelta entre la globalización y la filosofía, Antonio Campillo toma como hilo conductor el concepto tierra de nadie, en sus diversos usos y sentidos: la tierra sin dueño, los territorios arrebatados a los pueblos, la tierra disputada, las fronteras amuralladas y, por último, el patrimonio común de la humanidad. El autor propone que nuestro planeta sea reconocido como propiedad de nadie, pero patrimonio de todos.
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En cuanto a la filosofía, para Campillo se trata de una actividad cosmopoliética, pues su tarea consiste en pensar las diferencias y las articulaciones entre las tres grandes esferas de la experiencia humana: el mundo, el nosotros y el yo. En este sentido, es también una tierra de nadie, porque permite conectar entre sí la ciencia, la política y la ética, y porque todos los seres humanos pueden acceder a ella y ejercitarla libremente.

El autor

Antonio Campillo es catedrático de Filosofía y decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Murcia, presidente de la Conferencia Española de Decanatos de Filosofía y presidente de la Red española de Filosofía (REF). Es director de Daimon. Revista Internacional de Filosofía. Fue promotor y primer presidente de la Sociedad de Filosofía de la Región de Murcia (1995-1999) y del Foro Ciudadano de la Región de Murcia (2001-2007). Ha sido investigador visitante en el Centro Michel Foucault de París (1995) y en el Instituto de Filosofía del CSIC (2009-2010). Ha traducido y editado textos de Foucault y de Bataille. Ha coordinado y editado varios volúmenes colectivos.

Ha publicado una decena de libros en solitario: Adiós al progreso. Una meditación sobre la historia (Finalista del Premio Anagrama de Ensayo 1985, 2ª ed. 1995), Diálogo de los mundos (1986), La fuerza de la razón. Guerra, Estado y ciencia en el Renacimiento (1987, 2ª ed. 2008), La razón silenciosa. Una lectura de las Enéadas de Plotino (1990), La invención del sujeto (2001), Contra la Economía. Ensayos sobre Bataille (2001), El gran experimento. Ensayos sobre la sociedad global (2001), Variaciones de la vida humana. Una teoría de la historia (2001), El concepto de lo político en la sociedad global (2008) y El lugar del juicio. Seis testigos del siglo XX: Arendt, Canetti, Derrida, Espinosa, Hitchcock y Trías (2009). La obra Tierra de nadie (2015) es su undécimo libro.

Su web personal: http://webs.um.es/campillo

Publicación del libro «Memorias de un profesor» de José María Calvo

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José María Calvo

D. José María Calvo publica Memorias de un profesor en la colección Energia de la editorial Ápeiron Ediciones.
Fruto de una larga experiencia profesional en la enseñanza secundaria, en este libro se dan la mano el pensamiento sobre la propia vida (el paso del tiempo y el juego de ilusiones y desilusiones que a todos nos afectan) y la reflexión del experto en educación que desde un principio y —antes de que llegasen las modas y las políticas mediáticas— había apostado por la innovación con un solo objetivo: conseguir que los adolescentes pensasen por sí mismos de manera libre para conseguir un mundo mejor.

Memorias de un profesor combina impresiones biográficas con
reflexiones profesionales en una obra de interés para profesores,
padres y alumnos

En palabras del autor: «El profesor no es el sabio, el sofista, que conoce las respuestas
de antemano. Es el filo-sofo, que ama el saber. No da respuestas que no tiene y que
pueden matar toda necesidad de investigación y de creatividad de los alumnos, sino
que camina a su lado. No manipula ni adoctrina, ilusiona. Hace emerger la autonomía
y la madurez. El profesor responde ante los alumnos, ante las familias y ante la
sociedad, en el ejercicio de sus funciones. Todo el mundo debe ser responsable en el
puesto que ocupa».

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«El profesor no manipula ni adoctrina»

José María Calvo de Andrés es doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de
Madrid y licenciado en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid. Ejerció
como profesor de Filosofía y Psicología en la Universidad de Montclair (EE. UU.) y ha
sido profesor de Filosofía, Psicología y Ética en la educación secundaria española. Es
miembro fundador del programa «Filosofía para niños» y Presidente fundador del Ateneo Escurialense de las Letras, las Artes y las Ciencias. Entre sus libros publicados
destacan Educación y filosofía en el aula (Barcelona, 1994), Filosofar en la escuela: los
jóvenes piensan (Barcelona, 2006) y Éxito en educación (Madrid, 2009).

Puede encontrarse información detallada sobre el libro aquí:

Memorias de un profesor

Más información:

Ápeiron Ediciones
Telf.: 911 64 66 23
E-mail.: info@apeironediciones.com
Twitter.: @ApeironEdicion