Archivo de la categoría: Publicaciones

Recensiones, críticas y análisis de publicaciones filosóficas o de interés filosófico.

Nuevo libro de Javier Romero

Democracia ecológica. Entre la sociedad civil y el Estado ecosocial democrático de derecho

Autor: Javier Romero (Profesor de Filosofía Moral y Política en la Universidad de Salamanca)

A caballo entre la teoría política, la ética ecológica, el derecho y la filosofía política ambiental, Javier Romero hace un llamamiento a la cordura, un elogio a la demo­cracia, una invitación al diálogo y una advertencia frente al embudo de crispación y sectarismo en el que parece precipitarse la política ante unos límites planetarios que no deberían traspasarse en los próximos años. Partiendo de la idea lo ecológico también es político, el siguiente libro articula una concepción participativa y ecológica de la democracia deliberativa entre la socie­dad civil y el Estado ecosocial democrático de derecho. La realización de este tipo de democracia no es algo utó­pico, sino la única respuesta racional y realista capaz de contener el auge de los ecofascismos y demás autoritaris­mos pintados de verde, a la vez que limita los procesos sal­vajes de externalización de nuestras sociedades liberales en beneficio de la habitabilidad del planeta, sin suponer un riesgo de pérdida de derechos y libertades reconoci­dos por un Estado constitucional.

Más información:

http://tienda.horsori.net/coleccion-tendencias/500-ct-07-democracia-ecologica-9788417994907.html

Publicación de «Ideales ilustrados»

Alicia H. Puleo, Ideales ilustrados. La Encyclopédie de Diderot, D’Alembert y Jaucourt. Un legado emancipatorio para el siglo XXI, Plaza y Valdés, Madrid, 2023. https://www.plazayvaldes.es/libro/ideales-ilustrados

Es tarea filosófica de nuestro tiempo la revisión crítica de aquello que nos ha traído hasta este presente peligroso e incierto. Pero esto no significa desechar todo lo recibido. Muchas de las actitudes de rechazo sin matices al legado ilustrado se deben a un conocimiento sesgado y muy insuficiente del mismo que lo reduce a una legitimación del capitalismo y del colonialismo en el ámbito de lo simbólico.

La Ilustración encierra principios y valores que son indispensables para un futuro en el que vivamos libres e iguales en un mundo sostenible. Este libro trata los ideales ilustrados a partir de ese gran proyecto de difusión del conocimiento que ha sido la Encyclopédie de Diderot, D’Alembert y Jaucourt. Recuerda el difícil contexto sociopolítico en que trabajaron sus directores y colaboradores y, a la luz de preocupaciones del siglo XXI, subraya su legado emancipatorio: la importancia acordada a los datos empíricos y a la razón en tiempos de post-verdad, la recuperación de la libertad, la tolerancia y el debate racional, la reivindicación de la autonomía del sujeto y del bien común ante un neoliberalismo avasallador y ante el avance de nuevas formas de autoritarismo, la búsqueda de la felicidad en el equilibrio de razón y pasión, la igualdad entre hombres y mujeres, la reconceptualización de los animales no humanos y del trato que reciben,  la relación de los seres humanos con la naturaleza en la era del Antropoceno, y, finalmente, la construcción de un universalismo que incluya los saberes de las distintas culturas para diseñar un futuro de paz. 

Nueva publicación: Discurso del método. Dióptrica, Meteoros y Geometría, ensayos de este método.

Edición de Guillermo Quintás Alonso

Descartes nos ha dejado su «historia» en el Discurso del método; en ella sólo dio cabida a la evolución intelectual que inició «con gran suerte» por los años de su juventud, cuando «poseído por dudas y errores» sentía la necesidad de aprender «a distinguir lo verdadero de lo falso con la finalidad de ver claro en sus acciones y de avanzar con seguridad en esta vida». Al articular esa historia, resalta que su deseo de juventud se acrecentaba a medida que cobraba conciencia de «la diversidad de opiniones que pueden darse en torno a una misma materia», de «la vanidad de la mayor parte de las empresas acometidas en su siglo» y, también, de «aquella corrupción de las costumbres» surgida del dogmatismo más intolerante generado por los distintos «credos» y poderes, alentados por la misma educación que acostumbra a proponer «las propias opiniones de forma muy paradójica con el fin de atraer a mayor número de personas a la disputa», y cuya crueldad superó lo que podríamos considerar como su capacidad imaginativa.

La síntesis de acciones que Descartes materializa al gestar este título es tan acertada como cuidada en los pormenores y detalles. A veces parece aislar este motivo primario. Pero no es así, pues solo deja filtrar algún deseo personal que, como el de «vivir gozando de la libertad» y de «los frutos de la paz», «tratar de ser más espectador que actor en todas las comedias que en el mundo se representan a diario» o «disfrutar de todas las comodidades que pueden ofrecer las villas más pobladas», deberían ser participados e incorporados por cuantos vivían en aquella Europa tan insegura como dogmática, tan cruel como pícara e indigente, que solo invitaba a «vivir tan retirado y solitario como quien vive en uno de los desiertos más apartados». Y, sin embargo, su correspondencia, integrada por al menos 575 cartas, constituye una parte significativa de su obra, volcada en el conocimiento de las innovaciones científicas y en el desarrollo de proyectos vinculables a «la filosofía práctica», cuyo manifiesto presenta en estas páginas. De esa filosofía práctica da buena muestra al confeccionar estos ensayos (Dióptrica, Meteoros Geometría)y al seleccionar el mismo objetivo que juzga prioritario para la ciencia de su época: el desarrollo de la medicina.

El libro puede conseguirse aquí: Discurso del método. Dióptrica, Meteoros y Geometría, ensayos de este método.

Open Access title: Music in Evolution and Evolution in Music by Steven Jan. 

About the Book  

‘Music in Evolution and Evolution in Music’ is an immensely comprehensive and detailed discussion of the connections between music and evolution. Steven Jan compares a range of views about how musicality biologically evolved and about how different forms of music culturally evolved, and argues that considering these questions has profound implications for how we should think about the evolutionary history of our aesthetic, linguistic and cognitive capacities more generally. The book will be of interest to musicologists and evolutionary biologists alike, as well as to philosophers of music, philosophers of biology, and indeed anyone with more than a passing interest in how we came to be the musical creatures that we are.

Dr Justine Kingsbury
University of Waikato

Music in Evolution and Evolution in Music by Steven Jan is a comprehensive account of the relationships between evolutionary theory and music. Examining the ‘evolutionary algorithm’ that drives biological and musical-cultural evolution, the book provides a distinctive commentary on how musicality and music can shed light on our understanding of Darwin’s famous theory, and vice-versa.  

Comprised of seven chapters, with several musical examples, figures and definitions of terms, this original and accessible book is a valuable resource for anyone interested in the relationships between music and evolutionary thought. Jan guides the reader through key evolutionary ideas and the development of human musicality, before exploring cultural evolution, evolutionary ideas in musical scholarship, animal vocalisations, music generated through technology, and the nature of consciousness as an evolutionary phenomenon.

A unique examination of how evolutionary thought intersects with music, Music in Evolution and Evolution in Music is essential to our understanding of how and why music arose in our species and why it is such a significant presence in our lives.

Also now available, a blog by the author discussing this new Open Access title at https://blogs.openbookpublishers.com/steven-jan-on-music-and-as-evolution/

    
Access this Title


This book is freely available to read and download in PDF and HTML formats at https://www.openbookpublishers.com/books/10.11647/obp.0301. If you are interested in browsing this title, sharing the news with your audience and/or getting your own hard copy you can do so here. Remember that if you belong to an institution part of our library membership programme, you are entitled to discounts on physical copies and free digital editions.

La filosofía como eje de la educación en democracia

La revista Paideia tuvo la gentileza de publicar en su último número nuestro artículo «La filosofía como eje de la educación en democracia«. En él sostenemos la idea de que la formación filosófica es un componente fundamental de la educación en y para la democracia. La razón es que tres de las propiedades más importantes de las ideas de democracia y de educación (la orientación axiológica, la dimensión dialéctica y la autorreferencialidad) son las mismas que caracterizan específicamente a la actividad filosófica, una disciplina que contribuye como ninguna otra al aprendizaje de tres competencias análogas a dichas propiedades (la especulación en torno a las ideas, el diálogo crítico y la actitud reflexiva) y que resultan necesarias tanto para el ejercicio pleno de la ciudadanía como para el desarrollo de una educación articulada en torno a la autonomía del alumnado. 

Entrada publicada en el blog Filosofía para Cavernícolas

Filósofas

12 citas de filósofas para reflexionar cada día

Simone de Beauvoir, María Zambrano y Hannah Arendt, tres de las grandes filósofas homenajeadas en el calendario Filosofers 2020, al que pertenecen las tres ilustraciones de esta imagen.
Simone de Beauvoir, María Zambrano y Hannah Arendt, tres de las grandes filósofas homenajeadas en el calendario Filosofers 2020, al que pertenecen las tres ilustraciones de esta imagen.

 

La filosofía es de todos, mujeres y hombres, aunque durante siglos ellas, las pensadoras, hayan estado silenciadas y no hayan sido valoradas. Convertirlas en protagonistas de un calendario para tenerlas presentes durante todo el año es una buena manera de visibilizarlas y recordarlas. He aquí 12 citas de filósofas para reflexionar a lo largo de los 12 meses de 2020.

Por Amalia Mosquera

Haberlas las hay y las ha habido. Muchas. Como dijo el filósofo y escritor italiano Umberto Eco, «no es que no hayan existido mujeres que filosofaran,es que los filósofos han preferido olvidarlas, tal vez después de haberse apropiado de sus ideas». Así que para hacerles justicia hay que volver a revisar la historia de la filosofía dando luz y palabra a todas esas pensadoras que han permanecido ocultas pero que tanto reflexionaron y tanto aportaron al mundo de las ideas.

El calendario 2020 que Filosofía&co. edita junto al trabajo, la creatividad y el diseño de Filosofers hace un homenaje a las grandes filósofas que en la historia ha habido a través de 12 de ellas para reivindicarlas, visibilizarlas y contribuir a que formen parte fundamental –la que merecen– de la historia del pensamiento. Las recordamos a ellas y recordamos algunas de sus ideas, porque el pensamiento se dice o se escribe para compartirlo y transmitirlo. 

Para hacerles justicia hay que revisar la historia de la filosofía dando luz y palabra a todas esas pensadoras que han sido silenciadas

Palabra de filósofas 

  1. «Defiende tu derecho a pensar, porque incluso pensar de manera errónea es mejor que no pensar»
    Hipatia de Alejandría (370-415)
    Filósofa, matemática y astrónoma, nació en Egipto, diócesis romana. Dedicó su vida al estudio y al afán por saber.
  2. «¡Oh, fuerza de la sabiduría que todo contienes y comprendes»
    Hildegard von Bingen (1098-1179)
    Filósofa mística alemana, es la primera mujer erudita de la que se conserva su obra teológico-filosófica en latín.
  3. «La excelencia o la inferioridad de los seres no residen en sus cuerpos según el sexo, sino en la perfección de sus conductas y virtudes»
    Christine de Pizan (1365-1430)
    Filósofa y poeta humanista, nació en Italia y murió en Francia. Considerada la primera escritora profesional de la historia, escribió La ciudad de las damas, en defensa de las mujeres.
  4. «El amor al estudio es la pasión más necesaria para nuestra felicidad; es una fuente de placer inagotable»
    Émilie Marquise du Châtelet (1706-1749)
    Matemática, física y filósofa francesa, escribió con Voltaire Los elementos de la filosofía de Newton.
  5. «Mujer, despierta, el llamamiento de la razón se hace oír en todo el universo; reconoce tus derechos»
    Olympe de Gouges (1748-1793)
    Escritora y filósofa política francesa, fue la autora de la Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana, en la que defendía la igualdad.
  6. «No deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre sí mismas»
    Mary Wollstonecraft (1759-1797)
    Filósofa y escritora inglesa, estableció las bases del feminismo moderno en su libroVindicación de los derechos de la mujer.
  7. «Cuando somos capaces de conocernos a nosotros mismos, rara vez nos equivocamos sobre nuestro destino»
    Germaine de Staël (1766-1817)
    Filósofa y escritora política francesa, referente del romanticismo, comprometida con la Revolución Francesa, se enfrento a Napoleón Bonaparte.
  8. «No puedo vivir conforme a ejemplos ni voy a representar jamás un ejemplo para nadie, pero en cambio voy a darle forma a mi propia vida de acuerdo conmigo misma»
    Lou Andreas-Salomé (1861-1937)
    De origen ruso –nació en San Petersburgo–, viajó por toda Europa. Colaboró con Nietzsche, Rilke y Freud. Los tres reconocieron la capacidad, la inteligencia y la importancia de Andreas-Salomé en sus vidas y su obra
  9. «Si se hubiera de definir la democracia podría hacerse diciendo que es la sociedad en la cual no solo está permitido, sino exigido, el ser persona»
    María Zambrano (1904-1991)
    Filósofa y ensayista española, tuvo que exiliarse en 1939. Vivió en Francia, México, Cuba, Puerto Rico, Italia, Suiza… Fue la primera mujer en recibir el Premio Cervantes, en 1988.
  10. «No hay pensamientos peligrosos; el pensamiento es peligroso»
    Hannah Arendt (1906-1975)
    Filósofa alemana nacionalizada estadounidense… a la que no le gustaba que la llamaran filósofa, no se identificaba con este término. Una de las figuras más importantes del pensamiento político del siglo XX.
  11. «No se nace mujer, se llega a serlo» (*)
    Simone de Beauvoir (1908-1986)
    Referente del feminismo, la filósofa y escritora francesa escribió El segundo sexo, libro en el que reflexiona sobre el significado de ser mujer.
  12. «Hay que realizar lo posible para alcanzar lo imposible»
    Simone Weil (1909-1943)
    Filósofa y escritora francesa, pacifista. «Desde Marx el pensamiento político y social no había producido en Occidente nada más penetrante y profético», dijo Camus sobre ella.

(*) Puedes conocer el significado de esta famosa cita de Simone de Beauvoiraquí, explicada por la filósofa Ana de Miguel.

La filosofía tiene nombre de mujer

Y muchas de las personas que se han dedicado a ella también. En el calendario Filosofers 2020 hay doce, doce mujeres, una cada mes, en representación de todas las que fueron y son, una breve muestra que permite hacer un homenaje a las filósofas a las que no siempre hemos podido leer y escuchar con la atención y el reconocimiento que se merecen, algunas de las poderosas mujeres que con sus ideas y acciones se confirmaron como grandes figuras de la historia del pensamiento.

En la imagen de abajo, la portada del calendario, con (de izda. a dcha.) Simone de Beauvoir, Lou Andreas-Salomé, María Zambrano e Hipatia de Alejandría dándonos la bienvenida al mundo de las ideas. En el interior, sus citas y una breve biografía de cada una para conocerlas mejor. Puedes encontrar el calendario aquí.

Calendario Filosofers 2020
Calendario Filosofers 2020 dedicado a las filósofas de la historia.
Fuente:

https://www.filco.es/12-citas-filosofas-reflexionar-cada-dia/

Hobbes

El nuevo mundo de Hobbes

Javier Trías Vejarano realiza un minucioso estudio de grandes pensadores sobre un telón de fondo marxista

javier trias

Fallecido justo cuando su última obra va a llegar a las librerías, Juan Trías fue colaborador principal en los años sesenta de Luis Díez del Corral en la cátedra de Historia de las Ideas y Formas Políticas de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas. Ello supuso entonces que su formación como investigador tuviera lugar no solo al lado de don Luis, sino con otro de los grandes historiadores discípulos deOrtega y Gasset, José Antonio Maravall. Ambos codirigían un seminario en el Instituto de Estudios Políticos, suprimido cuando Fraga Iribarne asumió la dirección del Instituto. Juan Trías realizó allí la tesis doctoral, más en línea con Maravall: un excelente estudio sobre Almirall y los orígenes del catalanismo. Ambos escribimos Federalismo y reforma social (1840-1873), que debería seguir siendo de consulta útil para especialistas como Juanjo Solozábal, que en su magnífico análisis Pensamiento federal español y otros estudios autonómicos (Justel, 2019) prescinde de los antecedentes históricos del federalismo, que iluminan la génesis, el significado y el fracaso hasta hoy de la corriente federal en España.

Las secuelas de un episodio izquierdista de los setenta, el juicio crítico organizado por nuestra joya maoísta, el Camarada Intxausti —respetemos el alias del futuro político socialista—, truncaron su carrera académica durante 20 años. Siguió enseñando, militando e investigando. Con especial acierto en el libro elaborado desde los años noventa, que ahora se publica. Más allá de su título, se trata de un estudio de grandes pensadores, atendiendo a las recomendaciones de Díez del Corral, sobre un telón de fondo marxista. Lo expresa el subtítulo: ‘El cambio de visión de Bodino a Hobbes’, reconstruyendo mediante el análisis comparativo una trayectoria en la cual figuran Altusio y el jesuita Suárez.

El minucioso análisis sobre estos pensadores, que sobre todo en el caso de Bodino figuran como heraldos de modernidad por la idea de soberanía, permite a Trías concluir que existe una divisoria de radical importancia entre quienes de un modo o de otro representan formas de pensamiento derivadas de las concepciones filosófico-políticas medievales, y Hobbes, cuyo individualismo posesivo, cimiento de su opción absolutista, prefigura la concepción del Estado y de las relaciones económicas que más tarde están en la base de la sociedad burguesa. Es una apuesta arriesgada, ya que plantea la existencia de posiciones ideológicas que desde una de las crisis del antiguo régimen, anteriores a 1789, la de la revolución inglesa del siglo XVII, anticipan los fundamentos del futuro desarrollo capitalista y del Estado liberal. Algo que tocará más tarde, siempre desde la crisis inglesa, desarrollar a Locke, y que sin duda Trías hubiera abordado de sobrevivir para ello. Tal como lo contemplaban desde distintos ángulos —perfectamente delimitados en el libro, incluso sobre la excepción de Altusio—, el absolutismo suponía un fortalecimiento del orden socioeconómico sobre el cual se sustentaba la llamada sociedad del antiguo régimen. Abundan los apartados de excepcional lucidez: destacaríamos el que funde en un tratamiento comparativo a Bodino, Suárez y Altusio sobre el entramado de vida social en tanto que fundamento de la idea del Estado como comunidad autosuficiente. Prueba de la calidad de su aproximación metodológica. Tal vez cabría sugerir que en Suárez la práctica de la idea de la potestad eclesiástica apuntaba a la Iglesia como institución, concreta en cada país, y no solo al Papa. En cualquier caso, la ruptura auroral de Hobbes, según prueba exhaustivamente Trías, inaugura una nueva época.

Autor: Juan Trías Vejarano.

Editorial:Tecnos (2019).

Formato:tapa blanda (265 páginas).

Fuente:

https://elpais.com/cultura/2019/10/15/babelia/1571151628_048696.html

Adorno

Adorno: nuevos tiempos para el imperativo categórico

La ilustración, por cortesía de Ángela Lorenzo.
                                           La ilustración, por cortesía de Ángela Lorenzo.

 

Se cumplen hoy cincuenta años del fallecimiento de Theodor Adorno. Un pensador excepcional por sí mismo, por la época que le tocó vivir y por la importancia de su legado. Se atrevió a dialogar con el propio Kant y, en vista del atroz pasado, formuló un nuevo imperativo categórico para los tiempos que habrían de venir. Lo repasamos de la mano de la filósofa Marta Tafalla.

Por Pilar G. Rodríguez

 

Theodor W. Adorno. Una filosofía de la memoria, de Marta Tafalla (Herder).

Theodor W. Adorno. Una filosofía de la memoria, de Marta Tafalla (Herder).

El acontecimiento que lo cambió todo lo cambió pero todo, todo,porque lo que cambió fue nuestra forma de mirar el pasado, penar el presente y desconfiar del futuro. Ya nada era lo que había sido antes de que Hitler   –en la década de los 30 del siglo pasado– se hiciera con el poder, antes de la construcción de los campos de extermino y de poner en práctica la solución final. Y tampoco la ética, que estaba de capa caída en aquellas décadas en las que el siglo XX se acercaba a su mitad. Kant estaba obnubilado mirando al cielo en la noche estrellada donde había creído descubrir la ley moral y su imperativo categórico en riesgo de momificación. Pero estaba Adorno, un filósofo extraño. Alguien a quien le reprocharon los peores clichés que atacan a la filosofía: que si no se le entendía, que si era para iniciados, que no sé qué del elitismo…

Pero Adorno tenía algo importante que decir y, además, era urgente. Una especie de «esto no» y «así no» que se completó finalmente con un «y nunca más». Esto se entiende muy fácilmente; la dificultad estriba en llevar a la práctica ese deber de memoria dictado por Theodor Adorno. Un deber en el que está condensada su ética de mínimos. Una ética que algunos dicen que no es posible encontrar en la obra del filósofo alemán y que la profesora en la Universidad Autónoma de Barcelona Marta Tafalla convirtió en el eje de su tesis doctoral. Una versión más corta reelaborada de la misma se convirtió en el libro Theodor W. Adorno. Una filosofía de la memoria, editado por Herder, de donde parte este artículo.

Adorno en pocas palabras

La relación de Adorno con la música es anterior a la filosofía, anterior a él mismo gracias a su madre, Maria Calvelli-Adorno, que era soprano e inculcó a su hijo el amor por la música. Pero los intereses de Theodor Ludwig Wiesengrund Adorno (Frankfurt,1903) iban más allá: estudió Sociología, Psicología, Filosofía y Música, trazando entre estas dos últimas interesantes relaciones. A ellas les iba a dedicar buena parte de su trayectoria intelectual.

Su carrera está vinculada al Instituto de Investigación Social, donde tuvo su sede la Escuela de Frankfurt y donde Adorno ocupó un lugar destacado junto con Max Horkheimer, que lo dirigió a partir de 1930. El ascenso de los nazis le obligó a huir a Inglaterra y posteriormente a los Estados Unidos, donde siguió trabajando como miembro del Instituto en estrecha colaboración con Horkheimer. Juntos alumbraron Dialéctica de la Ilustración, uno de los textos clave para el pensamiento del siglo XX. Allí también recibió las noticias de la muerte de otra de las personas que le marcaron vital e intelectualmente: Walter Benjamin.

Regresó a Alemania en 1949 para seguir desarrollando su labor crítica decisiva en el debate filosófico de la Alemania de posguerra. Siempre inquieto y siempre en la vanguardia de la creación, estaba en contacto con las voces renovadoras en los distintos ámbitos artísticos: Samuel Beckett, John Cage, Antonioni… Murió en 1969 en Suiza al sufrir un infarto.

El imperativo del «no»

En Dialéctica negativa –escrita entre 1959 y 1966– es donde Adorno toma el imperativo categórico de Kant y mueve la cabeza, en señal de desaprobación. Lo hace con cariño; Adorno es un gran admirador de Kant y en particular de su ética: la conoce tan bien, que por eso cree que necesita una nueva formulación en vista de los nuevos horrores: «Hitler ha impuesto a los seres humanos un nuevo imperativo categórico para su actual estado de ausencia de libertad: el de orientar su pensamiento y acción de modo que Auschwitz no se repita», escribe Adorno en el mencionado libro.

El imperativo categórico de Kant

Un recordatorio del imperativo categórico de Kant –el clásico, en versión muy básica– antes de continuar con la reformulación de Adorno. En Crítica de la razón práctica se lee: «Obra de tal modo que la máxima de tu voluntad pueda valer siempre, al mismo tiempos, como principio de una legislación universal». Pero esta ley fundamental se dice de otras formas o se completa en otras otras expresiones:
«Obra de tal modo que trates a la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin y nunca solamente como un medio».
«Obra como si por medio de tus máximas fueras siempre un miembro legislador en un reino universal de los fines».

El «no» sienta las bases de un renovado imperativo categórico que Marta Tafalla explica en tres planos o niveles. Los entrecomillados que siguen son suyos:

  • No conoce el bien, a diferencia del kantiano que defendía que la ley moral habitaba en el corazón de los seres humanos y que estos sabían reconocerla y distinguir el bien y el mal. A la luz de los acontecimientos, «Adorno ha asumido que nada sabemos de cómo es el bien (…). Pero sí conocemos el mal, sí hemos tenido una experiencia rica y plural de lo que el mal significa y sus muchas formas». Se trata, por tanto, de resistir a ese mal conocido, de rechazarlo, pero esto ya es adelantar acontecimientos.
  • No lo dicta la razón. Esta era, en la concepción kantiana, el origen del imperativo categórico. El origen del nuevo imperativo categórico, Adorno lo sitúa «ante las fosas comunes donde se amontonan cuerpos torturados. Su ética no comienza con un ideal de humanidad, sino con el descubrimiento de un genocidio».
  • Dice «no». Retomando el punto primero de esta secuencia negativa, el deber que llena de contenido el nuevo imperativo categórico es saber decir no, «impedir que el mundo se deshaga» (en palabras de Albert Camus) nuevamente.

Dolor y memoria

Aparte de ser un imperativo en negativo, Tafalla desarrolla otras dos diferencias capitales en el nuevo imperativo categórico que formula Adorno respecto al de Kant:

  • Es materialista en su sentido más puro y más crudo: le interesan los cuerpos y su sufrimiento, su muerte. Y le interesa también la reacción que esta consideración debe provocar. No se trata de empatía, sino de una reacción física, de que la naturaleza se reúna a la naturaleza. En palabras de Tafalla: «Ese sentirse afectado por el dolor de los otros, esa reacción impulsiva y corporal, es lo que Adorno denomina mimesis. Para él, las normas éticas serán verdaderas cuando surjan de este impulso mimético (…)».
  • Pertenece a un tiempo y está hecho de memoria. Kant, en su ambición de universalidad, ideó un sistema moral apto para cualquier lugar de la historia del tiempo y, por tanto, independiente de la misma. El nazismo rompió esa temporalidad difusa con una muesca de horror. Se acabó lo que antes había sido válido, más en términos de moralidad abstracta: el imperativo categórico de Adorno «tiene como contenido concreto un hecho histórico, por ello está lleno de memoria, de la memoria de tantos individuos que sufrieron y perecieron». Este fue uno de los mayores hitos filosóficos del legado de Adorno: la memoria, el significado y la revisión de la misma y sus deberes han sido profusamente tratados desde entonces. Y ahí seguimos y lo que queda. La memoria no se acaba nunca porque el futuro depende de ella.

Fuente:

F+ Adorno: nuevos tiempos para el imperativo categórico

Alain Deneault

Cuando los mediocres toman el poder

La división y la industrialización del trabajo manual e intelectual han contribuido al advenimiento de una ‘mediocracia’, sostiene el filósofo Alain Deneault en su último libro

triunfo de los mediocres
                                                 

Deje a un lado esos complicados volúmenes: le serán más útiles los manuales de contabilidad. No esté orgulloso, no sea ingenioso ni dé muestras de soltura: puede parecer arrogante. No se apasione tanto: a la gente le da miedo. Y, lo más importante, evite las “buenas ideas”: muchas de ellas acaban en la trituradora. Esa mirada penetrante suya da miedo: abra más los ojos y relaje los labios. Sus reflexiones no solo han de ser endebles, además deben parecerlo. Cuando hable de sí mismo, asegúrese de que entendamos que no es usted gran cosa. Eso nos facilitará meterlo en el cajón apropiado. Los tiempos han cambiado. Nadie ha tomado la Bastilla, ni ha prendido fuego al Reichstag, el Aurora no ha disparado una sola descarga. Y, sin embargo, se ha lanzado el ataque y ha tenido éxito: los mediocres han tomado el poder.

¿Qué es lo que mejor se le da a una persona mediocre? Reconocer a otra persona mediocre. Juntas se organizarán para rascarse la espalda, se asegurarán de devolverse los favores e irán cimentando el poder de un clan que seguirá creciendo, ya que enseguida darán con la manera de atraer a sus semejantes. Lo que de verdad importa no es evitar la estupidez, sino adornarla con la apariencia del poder. “Si la estupidez […] no se asemejase perfectamente al progreso, el ingenio, la esperanza y la mejoría, nadie querría ser estúpido”, señaló Robert Musil.

Siéntase cómodo al ocultar sus defectos tras una actitud de normalidad; afirme siempre ser pragmático y esté siempre dispuesto a mejorar, pues la mediocridad no acusa ni la incapacidad ni la incompetencia. Deberá usted saber cómo utilizar los programas, cómo rellenar el formulario sin protestar, cómo proferir espontáneamente y como un loro expresiones del tipo “altos estándares de gobernanza corporativa y valores de excelencia” y cómo saludar a quien sea necesario en el momento oportuno. Sin embargo –y esto es lo fundamental–, no debe ir más allá.

El término mediocridad designa lo que está en la media, igual que superioridad e inferioridad designan lo que está por encima y por debajo. No existe la medidad. Pero lamediocridad no hace referencia a la media como abstracción, sino que es el estado medio real, y la mediocracia, por lo tanto, es el estado medio cuando se ha garantizado la autoridad. La mediocracia establece un orden en el que la media deja de ser una síntesis abstracta que nos permite entender el estado de las cosas y pasa a ser el estándar impuesto que estamos obligados a acatar. Y si reivindicamos nuestra libertad no servirá más que para demostrar lo eficiente que es el sistema.

La división y la industrialización del trabajo –tanto manual como intelectual– han contribuido en gran medida al advenimiento del poder mediocre. El perfeccionamiento de cada tarea para que resulte útil a un conjunto inasible ha convertido en “expertos” a charlatanes que enuncian frases oportunas con mínimas porciones de verdad, mientras que a los trabajadores se les rebaja al nivel de herramientas para quienes “la actividad vital […] no es sino un medio de asegurar su propia existencia”.

[…] Laurence J. Peter y Raymond Hull fueron de los primeros en atestiguar la proliferación de la mediocridad a lo largo y ancho de todo un sistema. Su tesis, El principio de Peter, que desarrollaron en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, resulta implacable en su claridad: los procesos sistémicos favorecen que aquellos con niveles medios de competencia asciendan a posiciones de poder, apartando en su camino tanto a los supercompetentes como a los totalmente incompetentes. Se dan ejemplos impresionantes de este fenómeno en los colegios, donde se despedirá a un profesor que no sea capaz de seguir un horario ni sepa nada sobre su asignatura, pero también se rechazará a un rebelde que aplique cambios importantes a los protocolos de enseñanza para lograr que una clase de alumnos con dificultades obtenga mejores calificaciones –tanto en comprensión lectora como en aritmética– que los alumnos de las clases normales. Asimismo, se desharán de un profesor poco convencional cuyos alumnos completen el trabajo de dos o tres años en solamente uno. Según los autores de El principio de Peter, en este último caso al profesor se le castigó por haber alterado el sistema oficial de calificaciones, pero sobre todo por haber causado “un estado de ansiedad extrema al profesor que habría de encargarse al año siguiente del grupo que ya había realizado todo ese trabajo”. Así es el proceso que va dando lugar a los “analfabetos secundarios”, por emplear la expresión acuñada por Hans Magnus Enzensberger. Este nuevo sujeto, producido en masa por instituciones educativas y centros de investigación, se precia de poseer todo un acervo de conocimiento útil que, sin embargo, no lo lleva a cuestionarse sus fundamentos intelectuales […]

El “analfabeto secundario” se precia de poseer todo un acervo de conocimiento útil que, sin embargo, no lo lleva a cuestionarse sus fundamentos intelectuales 

La norma de la mediocridad lleva a desarrollar una imitación del trabajo que propicia la simulación de un resultado. El hecho de fingir se convierte en un valor en sí mismo. La mediocracia lleva a todo el mundo a subordinar cualquier tipo de deliberación a modelos arbitrarios promovidos por instancias de autoridad. Hoy figuran entre sus ejemplos el político que explica a los votantes que se tienen que someter a los designios de los accionistas de Wall Street; o el profesor universitario que considera que el trabajo de un alumno es “demasiado teórico y demasiado científico” cuando sobrepasa las premisas que se habían expuesto previamente en un PowerPoint; o el productor cinematográfico que insiste en adjudicarle a un famoso un papel protagonista en un documental sobre un tema con el que este no tiene ninguna relación; o el experto que demuestra su “racionalidad” argumentando largamente a favor de un crecimiento económico (irracional). Zinoviev ya era consciente de las posibilidades del trabajo simulado como fuerza psicológica para alterar las mentes:

«La imitación del trabajo al parecer solo precisa de un resultado, o más bien de la mera posibilidad de justificar el tiempo que se ha invertido: la comprobación y la evaluación de los resultados las llevan a cabo personas que han participado de la simulación, que guardan relación con ella y tienen interés en perpetuarla».

Cabría pensar que un rasgo común entre quienes comparten este poder sería el de una sonrisa cómplice. Al creerse más listos que todos los demás, se complacen con frases cargadas de sabiduría tales como: “Hay que seguir el juego”. El juego –una expresión cuya absoluta vaguedad encaja perfectamente con el pensamiento del mediocre– requiere que, según el momento, uno acate obsequiosamente las reglas establecidas con el solo propósito de ocupar una posición relevante en el tablero social, o bien que eluda con ufanía tales reglas –sin dejar nunca de guardar las apariencias–, gracias a múltiples actos de colusión que pervierten la integridad del proceso.

Alain Deneault es filósofo y escritor, profesor de Sociología en la Universidad de Québec y autor de Paraísos fiscales. Una estafa legalizada (2017). Este texto es un extracto de su libro Mediocracia. Cuando los mediocres toman el poder, que publica Turner el 4 de septiembre.

Fuente:

https://elpais.com/elpais/2019/08/30/ideas/1567166223_815812.html

Carlos Bardem

7 preguntas filosóficas a Carlos Bardem

El actor y escritor español Carlos Bardem nació en 1963 en Madrid.
El actor y escritor español Carlos Bardem nació en 1963 en Madrid. Diseño hecho a partir de una foto cedida por la editorial Plaza y Janés.

Dice el actor Carlos Bardem, licenciado en Historia y diplomado en Relaciones Internacionales, que llegó a la Filosofía por la necesidad de entender la realidad. Y le ha ayudado en la vida y también en su faceta profesional como guionista y como escritor. En su última novela,Mongo Blanco, plagada de acción y aventura y alabada por crítica y lectores, hay recursos filosóficos. 

1 ¿Por qué se acercó usted a la filosofía?
Por la misma razón que me acerqué a la escritura, por la necesidad de entender, de comprender mejor la realidad y las construcciones mentales heredadas. Mi propio paso del mythos al logos. Buscar respuestas a lo que de un modo intuitivo era ya una fuerte discordancia entre realidad material y relato. Por supuesto, este acercamiento se produce desde un mismo lugar: la lectura.

Mongo Blanco, de Carlos Bardem (Plaza y Janés).
Mongo Blanco, de Carlos Bardem (Plaza y Janés).

2 ¿Cree que ese interés repercute de alguna manera en su profesión o en su forma de ser?
En mi faceta de novelista y guionista desde luego. Todas mis novelas parten de una inquietud, de una obsesión por explicar, a mí mismo en primer lugar, alguna realidad. La violencia, el origen y práctica de la violencia, por ejemplo. Es un tema recurrente en mi obra. Influye incluso en mi proceso de escritura. Mongo Blanco está planteado como un diálogo entre dos visiones absolutamente opuestas del mundo, antagónicas, y en la que uno de los personajes somete a otro a una especie de interrogatorio que tiene mucho que ver con una vía de conocimiento, en una inversión de roles entre maestro y alumno, la mayéutica socrática. Un recurso filosófico que se convierte en una útil herramienta narrativa, que permite a un personaje hacerle al gran negrero las preguntas que todos le haríamos a un esclavista del XIX si lo tuviéramos delante y no peligrara nuestra integridad.

En un marco más amplio, por supuesto que lo que escribo está enmarcado en el materialismo dialéctico, filosofía a la que me siento más cercano. Y en otra ampliación, la persona que soy está adscrita a una ideología y visión del mundo determinada por una opción filosófica.

Manifiesto comunista, de Marx y Engels (Alianza).
Manifiesto comunista, de Marx y Engels (Alianza).

3 ¿Qué libro filosófico le ha marcado y por qué?
El Manifiesto comunista. No es solo un programa político. Es mucho más que eso. Es un análisis profundo de la realidad, es filosofía. Y de una vigencia pasmosa en sus conclusiones.

4 ¿Qué idea o pensamiento suyo debería materializarse, no tardando mucho, por el bien de la humanidad?
Uno no mío, de Jeremy Bentham: «La mayor felicidad para el mayor número». Urge.

5 ¿Qué idea comúnmente establecida en la sociedad debería desaparecer, no tardando mucho, por el bien de la humanidad?
Cualquiera que nos devuelva al aspecto irracional y reaccionario del peor Idealismo. Pienso concretamente en las religiones, las iglesias, la inoculación de ideas inmovilistas en beneficio de unos pocos, cosas como «siempre ha habido ricos y pobres» (que es falso y niega cualquier posibilidad de evolución) o «Dios lo quiere».

El manifiesto comunista, de Marx y Engels (La Otra H).
El manifiesto comunista, Marx y Engels (La Otra H).

6 ¿Qué pensador actual le interesa particularmente y por qué?
Me divierte el caos feroz y feraz de Slavoj Zizek. Siempre encuentro entre sus contradicciones imágenes y pensamientos brillantes, estimulantes. Estoy descubriendo a Julián Baggini; me interesa lo bien que conecta el análisis de los fenómenos más actuales con el bagaje de la filosofía clásica. En España me encanta releer a José Antonio Marina.

7 ¿Una frase que le represente?
«(…) el mundo acabará con la carcajada general de amenos guasones creyendo que se trata de un chiste». Diapsálmata, Sören Kierkegaard. 

Fuente:

7 preguntas filosóficas a Carlos Bardem