Archivo de la categoría: Publicaciones

Recensiones, críticas y análisis de publicaciones filosóficas o de interés filosófico.

“El profesor que triunfa en la universidad es el burócrata»

El ensayista Nuccio Ordine aspira a ofrecer pistas para quienes el dinero no lo es todo con su nuevo libro, ‘Clásicos para la vida’

Borja Hermoso

A bordo de un impecable look de ejecutivo -traje azul oscuro, camisa blanca y corbata roja- rematado por unas aparatosas botas deportivas color arena viaja Nuccio Ordine (Diamante, Italia, 1958). Estamos ante un ciudadano, un profesor y un ensayista que se ha empeñado en resistir. Resistir, desde la defensa de las humanidades y la enseñanza de los clásicos, a la inercia inexorable de la consabida deriva mercantilista.

Por eso Ordine se indigna contra la transformación de las universidades como templos del saber en factorías de nuevos profesionales perfectamente diseñados para el mercado. Por eso clama contra la derrota del pensamiento frente al dinero, y del corto frente al largo plazo, y por eso lo cuenta en libros-manifiesto de lectura apasionante. Fue el caso de La utilidad de lo inútil (traducido ya a 20 idiomas en 30 países), un verdadero fenómeno editorial consistente en la reivindicación furiosa de las inútiles humanidades -más necesarias que nunca, sostiene- frente a los saberes útiles, con la ayuda de un buen puñado de filósofos y escritores de todas las épocas.

Y es el caso de su nuevo libro, Clásicos para la vida. Una pequeña biblioteca ideal, en el que el profesor de la Universidad de Calabria, lejos de pretender establecer un canon literario-filosófico, solo aspira a ofrecer pistas, balizas a navegantes para quienes, definitivamente, el dinero no lo es todo. También están Einstein, Thomas Mann y Montaigne. Tanto La utilidad de lo inútil como Clásicos para la vida están editados en castellano por Acantilado, y en catalán por Quaderns Crema. Ordine estuvo ayer en Barcelona para hablar de su nuevo ensayo y para inaugurar, junto al compositor y violagambista Jordi Savall, un nuevo ciclo de Conversaciones en La Pedrera.

Las grandes obras literarias y filosóficas no deberían ser leídas para aprobar un examen sino para, en primer lugar, experimentar placer y, en segundo, mejorar como personas. Ese es el punto de partida para este experto en el Renacimiento y en la vida y la obra de Giordano Bruno. Pero Nuccio Ordine no es un ingenuo y sabe que la batalla está perdida de antemano. «El poder nunca ha querido gente cultivada, así es más fácil hacerle creer cosas. Cuando no eres una persona cultivada, no tienes capacidad crítica. Maquiavelo decía que la humanidad se divide entre los que saben y los que no saben. El que sabe tiene siempre una posición dominante. El segundo es un esclavo del otro», ha explicado este lunes en una conversación con este diario.

Considera Ordine que el presente en lo que a la educación y la cultura se refiere es un espejo del pensamiento único y de la desidia, cuando no la consciente negación de la enseñanza. Así lo argumenta: «Cada vez más, en los institutos y en las universidades el profesor que triunfa es el profesor burócrata, ese que se dedica a redactar informes sin parar y que frecuenta todos los consejos. Paradójicamente, el profesor que se dedica a hacer de profesor se ha convertido en algo marginal dentro del sistema. Esto es gravísimo». ¿Su propuesta?: «La universidad y la escuela deben volver al espíritu para el que fueron fundadas. La palabra escuela viene del griego skolé, que significa ‘tiempo libre’, ‘ocio’. significa que no debes hacer algo porque te sientes presionado por una exigencia práctica, sino por ti, para mejorar».

Para combatir ese fatalismo, en los últimos 15 años Ordine ha leído ante sus alumnos un gran número de pasajes de obras de escritores o pensadores no necesariamente ligadas al temario que tocaba. Desde Borges hasta Pessoa y desde Maquiavelo hasta Cervantes, pasando por Goëthe, Saint-Exupéry, Ludovico Ariosto, Montesquieu, Homero, Hipócrates o Stefan Zweig entre otras decenas de nombres, los ha relacionado con cuestiones de actualidad. Así ha demostrado lo que perseguía: que los clásicos no solo ofrecen placer. También ofrecen soluciones.

Casi todo es, para él, una cuestión de disyuntiva entre el corto y el largo plazo. Eso afecta a la praxis política. Eso afecta a la educación. Eso afecta al compromiso o no de quienes disponen del dinero a la hora de ayudar a crear mejores generaciones de ciudadanos. «El mercado te exige hoy una cosa que en seis ya no es válida. Eso impide ver las cosas a largo plazo. Las profesiones y los oficios nacen y desaparecen a toda velocidad. Pero en la enseñanza y el aprendizaje en profundidad, los plazos son de 20 o 25 años. ¿Y cómo vas a aplicarle a la enseñanza una lógica de mercado si a los 25 años absolutamente todo habrá cambiado?». Pero queda, asegura, un resquicio de esperanza: «Hay algo que ni todo el dinero del mundo puede comprar: el saber. Eso es fruto de un esfuerzo que solo tú puedes hacer, y ahí nadie puede sustituirte».

Pone a Nietschze y su elogio de la lentitud en el aprendizaje como uno de los modelos a seguir. Y subraya que, mientras los sistemas de educación occidentales avanzan a toda velocidad hacia otro modelo, el consistente en factorías de robots humanos utilísimos, incultísimos y autoconvencidísimos de su excelencia, un país tan hipertecnológico y tan cibernético como Corea del Sur intensifica sus inversiones en educación humanística. «¿Sabe usted que hace cosa de un año la Unesco organizó una especie de campeonatos mundiales de filosofía y que los dos primeros clasificados fueron dos surcoreanos?», pregunta Nuccio Ordine.

Autor: Nuccio Ordine. Editorial: El Acantilado (2017). Formato: tapa blanda (192 páginas).

Fuente: https://elpais.com/cultura/2017/10/23/actualidad/1508780704_884734.html

Foto: Joan Sánchez

Cioran y Dios, juntos en las librerías

Se publica la versión íntegra en español de ‘Lágrimas y santos’, el gran libro del escritor y pensador rumano sobre la religión

Borja Hermoso

Hay que ser un clásico en vida para poder conservar de forma permanente e ilimitada el espíritu de la contradicción y, al tiempo, ser capaz de tejer una obra no solo de una profunda belleza, sino también de una perenne coherencia dentro del caos. Es, entre otros muchos rasgos, lo que enmarcó al personaje y la obra de Emil Cioran (Rășinari, Rumanía, 1911-París, 1995).

Un pensador tan atormentado como sarcástico y un escritor tan capaz de lo profundo como de lo aéreo: cuestión de fondo y forma, cuestión de sabiduría y de estilo en la aproximación a las cuestiones básicas de la existencia, incluido Dios ya sea como verdad, como duda o como mentira. La publicación por vez primera en español de la versión íntegra y directamente traducida del rumano de Lágrimas y santos (Hermida Editores), el gran libro religioso de Cioran, es una de las grandes noticias de este regreso al nuevo curso para los lectores en general y para los enemigos de las inamovibles certezas en particular.

La traducción de este libro incómodo y digamos no excesivamente fácil (ríspido de verdad en algunos tramos) corre a cargo del argentino afincado desde hace más de 30 años en España Christian Santacroce. Lo menos que puede decirse es que sabe de lo que habla. Hace ya muchos años que Santacroce leyó en la Universidad de Salamanca su tesis sobre la dimensión religiosa de la obra de Emil Cioran. El presidente de aquel tribunal calificador es la persona que más y mejor ha conocido e interpretado no solo los escritos del Cioran, sino al propio autor: Fernando Savater, que resume así en tres líneas el vaivén conceptual del escritor y la cuestión que aquí importa: “Cioran fue siempre un pensador religioso… lo que pasa es que es un religioso contrariado. Nunca le perdonó a Dios que no existiera”.

Savater aparca las correcciones de su artículo del fin de semana y regresa –eterno retorno- a Cioran con motivo de Lágrimas y santos, un abrumador ejercicio filosófico sobre lo trascendente y alrededores: “El tema de lo trascendente, de lo absoluto, etcétera, es su tema prioritario, sin duda. En un momento dado, Cioran se da cuenta de que ha perdido la vieja relación que tenía de joven con la religión, y ya no sabe cómo compensarlo. De joven fue alguien con una fe ciega en lo absoluto, y por eso se acercó no solo a Dios sino a movimientos que perseguían ese ideal absoluto como la Guardia de Hierro, primero, y los nazis después: porque tenía ese afán de algo definitivo, y porque fuera de eso todo le resultaba tambaleante, pútrido”.

“Le fascinaban España y sus místicos… Él decía que, en el mundo, sólo España y Rusia se hacían sobre sí mismas las preguntas que los demás se hacen sobre Dios: ¿existe España?, ¿Me quiere España?, ¿Es buena o mala?…”. De hecho, en un momento dado escribe aquella célebre frase: ‘Si Dios fuera un cíclope, España sería su ojo”, rememora Fernando Savater recordando aquellas interminables charlas con Emil Cioran en su buhardilla de la Rue de l’Odéon de París.

En este libro, Cioran, hijo de un sacerdote ortodoxo rumano y lector compulsivo de Nietschze, de Schopenhauer y de Kant, da rienda suelta a sus devaneos a veces conmovedores y a veces terribles, en torno a Dios, Jesucristo, los santos y la experiencia mística (que dice haber probado en sus largas noches de insomnio). Cioran escribe Lágrimas y santos en rumano entre 1936 y 1937, mientras era profesor de Filosofía y Lógica en un instituto de la ciudad de Brasov, y publica el libro en 1937, año en el que abandonaría Rumanía para establecerse en París. Llevaba más de un año sumergido en la lectura de Shakespeare, de la vida de los santos –a quienes parece aborrecer- y de místicos como Santa Teresa de Ávila o San Juan de la Cruz –a quienes confiesa adorar-. Tenía 25 años y era una pequeña celebridad, pues ya había publicado títulos que siguen siendo esenciales en su obra como En las cimas de la desesperación o El libro de las quimeras. La publicación del libro solo le trajo problemas personales: su familia se aparta de él, y uno de sus mejores amigos, el también escritor Mircea Eliade, le ataca con dureza.

“La vida no es sino una constante crisis religiosa, superficial en los creyentes, perturbadora en los que dudan”, escribe Cioran, que persigue en teoría el ideal de santidad (“¿llegaré algún día a ser tan puro que no pueda reflejarme sino en las lágrimas de los santos?”) pero que en la práctica no soporta a estos enviados especiales de Dios: “Todo habría sido mejor sin los santos. Nos habríamos ocupado cada quien de lo suyo y estaríamos contentos con nuestras imperfecciones. Su presencia, en cambio, provoca complejos de inferioridad, desprecio y envidias inútiles. El mundo de los santos es un veneno celestial”.

En opinión de Christian Santacroce, traductor de la obra, “la visión de Cioran de la existencia y todo lo que él expresa en torno a ella viene de un sentimiento religioso, aunque continuamente paradójico. Su sentimiento de la existencia está constantemente saltando de un polo a otro, de la negación a la afirmación… puede que fuera una persona religiosa a pesar de sí mismo”.

La edición de Lágrimas y santos que el próximo lunes llegará a las librerías rescata la versión original e íntegra de la obra. La versión en español que podía leerse hasta hoy se basaba en una traducción francesa realizada en los años 80 a partir de las numerosas amputaciones que el propio Cioran aplicó a su libro. “Cortó muchas cosas del escrito original, creo yo, por una especie de reparo hacia el público francés”, explica Santacroce, “no creía que el lector francés fuera a comprender bien ese desgarro de tipo religioso”.

En su opinión, el Cioran francés no es el rumano: “Se ha estilizado para poder presentarse a su nuevo público. Es un autor que utiliza mucho más la ironía y el sarcasmo, pero sobre todo con respecto a sí mismo. Y eso incluye sus reflexiones acerca de la religión. El Cioran rumano, el de juventud, es mucho más insolente y arrogante, y ese es precisamente el encanto de esa etapa de su obra”, argumenta el traductor. Y coincide en su visión de las cosas con Fernando Savater, que matiza: “Lo que diferencia a los libros de la primera época de Cioran, los de su etapa rumana, es que son más crudos, más desesperados y sin bromas alrededor”.

En Cioran, contradicciones y vaivenes conceptuales y filosóficos, todos. Bromas, en efecto, pocas. Sirva como demostración este martillazo hacia el mismo Dios que, pocas páginas antes, había adorado: “La creación del mundo no tiene otra explicación que el temor de Dios a la soledad. En otros términos, nuestro rol, el de las criaturas, no es otro que distraer al Creador. Pobres bufones del absoluto…”.

Fuente:

https://elpais.com/cultura/2017/08/31/actualidad/1504204824_150471.html

Foto:

Emil Michel Cioran, retratado en 1977. Rue des Archives/AGIP / Cordon Press

Nueva edición de «La Viena de Wittgenstein»

Nueva edición de «La Viena de Wittgenstein», un estudio ya clásico en una magnífica edición revisada y prologada por la profesora de la Universidad de Extremadura, Carla Carmona, y con introducción del catedrático de Filosofía y experto en la figura del pensador vienés, Isidoro Reguera.

http://www.athenaica.com/index.php/atn/catalog/book/96

Sinopsis

Este libro es uno de los estudios clásicos sobre aquella «ciudad de genios» de hace un siglo, a la que han convertido en un espléndido paradigma de investigación: la llamada «Viena fin-de-siglo» o «Viena 1900» como marchamo de la decadencia de toda una cultura y forma de vida y del resurgir genial de otras. Ha originado un acervo impresionante de bibliografía de altura digna de esa Viena ya eterna donde la clara conciencia de la extinción inmediata del imperio austro-húngaro y su mundo hizo más evidente que en ninguna parte la famosa «crisis» cuya conciencia había comenzado a reventar con Nietzsche; su paisaje fantasmal: un mar que se vacía, un horizonte que se borra, un sol que gira alocadamente en torno a sí; ser, verdad y bien desvanecidos, desquiciados. Ciudad de gentes hipersensibles también a los signos de los tiempos desde todos los campos de la ciencia, la cultura y el arte, que pusieron sobre nuevas vías una renovada autoconciencia cultural de Europa: crearon la impronta, marca, estilo de lo que hoy somos o al menos de lo que hasta ayer mismo éramos. Junto con Sigmund Freud máximo ejemplo en aquellas cimas: Ludwig Wittgenstein.

Allan Janik
Autor

Allan Janik nació en Chicopee, Massachusetts. Estudió en el St. Anselm College, la Universidad de Villanova y la Universidad Brandeis, donde trabajó con Stephen Toulmin. Enseñó Filosofía e Historia de las Ideas en la Universidad de Innsbruck y la Universidad de Viena hasta 2006. Fue investigador sénior en el Instituto de investigación Brenner-Achiv de la Universidad de Innsbruck. Entre otras obras suyas destacan Wittgenstein’s Vienna Revisited, Assembling Reminders: Essays on the Genesis of Wittgenstein’s Concept of Philosophy y Towards a New Philosophy for the European Union.

Stephen Toulmin
Autor

Stephen Toulmin nació en Londres y estudió Física y Filosofía en la Universidad de Cambridge, donde asistió a las clases de Wittgenstein. Enseñó Filosofía e Historia de las Ideas en las universidades de Oxford y Brandeis, así como en un amplio abanico de universidades americanas, como la de Chicago, la del Noroeste o la del Sur de California. Cabe destacar entre sus obras Human Understanding, Knowing and Acting y sus numerosos estudios sobre la Filosofía e Historia de la Ciencia y el problema de la racionalidad. Murió en 2010.

Carla Carmona
Volume editor

Profesora de la Universidad de Extremadura, es especialista en la obra de Wittgenstein y en el universo cultural de la Viena finisecular.

Isidoro Reguera
Prologuista

Catedrático de Filosofía de la Universidad de Extremadura, fue uno de los primeros introductores de Wittgenstein en España. Ha escrito, hablado y traducido mucho de y sobre Wittgenstein.

Novedades editoriales

                                                      LIBROS DE FILOSOFÍA  

2

¿Qué permanece en este mundo donde todo pasa? ¿Qué consigue salvarse de la inflexible ley de caducidad que condena a todo lo viviente, incluido el ser humano, a la extinción y al olvido? Dos son las modalidades de perduración humana a nuestro alcance: la obra artística y la imagen de la vida, cuando una y otra alcanzan la forma de perfección, estética y ética, que les es peculiar.

«La imagen de tu vida». Javier Lomá Lanzón. Galaxia Gutenberg 2017.

3

Alain Finkielkraut, con el rigor que le caracteriza, toma una serie de hechos políticos, sociales, filosóficos, mediáticos…, de los últimos años y, apoyándose en otros pensadores como Hannah Arendt, Albert Camus o Milan Kundera, los analiza y reflexiona buscando entender lo que está pasando, comprender el desequilibrio permanente al que nos empuja el presente.

«Lo único exacto». Alain Finkielkraut. Alianza 2017.

4La filosofía es un modo de ver la densidad de la realidad. Platón pensaba que la inteligencia podía ir subiendo desde las cosas más pequeñas hasta el gran mundo de las ideas. De esto trata este libro, de la filosofía de las pequeñas cosas, de una «filosofía zoom» que medita sobre esos acontecimientos pequeños, desde la altura de un sistema. O que construye un sistema a partir de la humildad de lo real.

«Tratado de filosofía zoom». Jose Antonio de Marina. Ariel 2016.

Estudios del malestar

Políticas de la autenticidad en las sociedades contemporáneas

malsetar

44.º PREMIO ANAGRAMA DE ENSAYO

Hubo un tiempo en que el Estado del bienestar expresaba lo mejor de los proyectos políticos occidentales tras la atroz experiencia de las guerras mundiales. Hoy vivimos en las antípodas, en lo que podríamos llamar el Estado del malestar. La erosión del Estado del bienestar se gestó en los años de bonanza económica y se ha consumado en los de la crisis. Y a esa erosión institucional se suma hoy la política. Todo ello crea un caldo de cultivo del que surgen nostalgias ideológicas y organizaciones populistas que pretenden capitalizar el malestar y convertirlo en un instrumento político electoralmente rentable.

José Luis Pardo entiende la filosofía como el arte de hacer preguntas, y en este libro sagaz y necesario plantea unas cuantas muy certeras: ¿cuáles son los ingredientes de este uso político del malestar? ¿Cuáles son los peligros de una forma de hacer política que parece añorar la acción directa, eludiendo las vías democráticas? ¿Cuál es el papel que debe desempeñar la filosofía ante estos retos? ¿Y la universidad como institución? ¿Y el arte y sus vanguardias?

Al populismo de los tuits, las pancartas y la demagogia, el autor contrapone un pensamiento crítico que nos ayuda a desentrañar la realidad compleja en la que estamos inmersos. Y para ello se sirve del bagaje histórico de la filosofía, empezando por Sócrates y su diálogo en el Gorgias con el virulento Calicles, partidario de la pugna, el conflicto y el enfrentamiento frente al acuerdo, que sentencia: «Qué amable eres, Sócrates, llamas “moderados” a los idiotas.» Analiza también el tránsito de Hegel a Marx, la reaparición en escena de Carl Schmitt y las propuestas de pensadores convertidos en ideólogos como Ernesto Laclau o Philip Pettit, para quienes la filosofía debe estar al servicio de la política. Frente a esta postura, no habría que olvidar la advertencia de Kant: «No hay que esperar ni que los reyes se hagan filósofos ni que los filósofos sean reyes. Tampoco hay que desearlo; la posesión de la fuerza perjudica inevitablemente al libre ejercicio de la razón.» Porque al olvidarla se olvidó también la descripción del «filósofo» que debería figurar en el frontispicio de todas las facultades del ramo, esa que dice que «los filósofos son por naturaleza inaptos para banderías y propagandas de club; no son, por tanto, sospechosos de proselitismo». Pensamiento frente al panfleto, reflexión frente al exabrupto y reivindicación de una filosofía crítica que no sea vasalla de la política: he ahí lo que propone Estudios del malestar, una lúcida y argumentada advertencia acerca del malestar en el que vivimos y el que nos aguarda.

«Pardo ha demostrado de manera constante en sus ensayos y artículos que tiene una habilidad especial para caminar con solvencia por el alambre de funámbulo en el que se mueve la filosofía, sabiendo conjugar la dimensión didáctica del pensamiento con su vertiente más creativa» (Ernesto Baltar, Jot Down).

«Es un escritor cuyos libros son como viajes a las zonas en blanco de los mapas, que creíamos tener cartografiadas» (Alejandro Gándara, El Mundo).

José Luis Pardo (Madrid, 1954) es catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid y colaborador del diario El País; ha traducido a filósofos contemporáneos como Deleuze, Debord, Agamben o Lévinas. Es autor de una veintena de libros, entre los que destacan Deleuze. Violentar el pensamiento,Palabras cruzadas (con Fernando Savater), La regla del juego (Premio Nacional de Ensayo 2005), Esto no es música, Nunca fue tan hermosa la basura o Estética de lo peor. En Anagrama publicó Transversales, su primer libro, en 1977, y La banalidad.

OTRAS OBRAS DE José Luis Pardo

Fuente:

https://www.anagrama-ed.es/libro/argumentos/estudios-del-malestar/9788433964083/A_505

 

 

El paseo del escéptico

Diderot, el paseante

ddd
«Imponedme silencio sobre la religión y el gobierno y no tendré nada más que decir» (Diderot, El paseo del escéptico).

 «Es en este período, comprendido entre los años 1746 y 1747, cuando redacta un breve pero compendioso y descarnado opúsculo hasta ahora inédito en español: El paseo del escéptico, obra de la que ya podemos disfrutar en español gracias a la fantástica edición publicada por Laetoli en su colección de Los ilustrados […]. Diderot ensaya en este librito —que se lee con auténtica fruición debido a su doble impronta literaria y filosófica— un intento por examinar lo que él llama ‘los tres jardines’ o avenidas: la religión, la filosofía y los placeres (o sensualidad). Tres ámbitos que estuvieron siempre muy presentes en la vida del filósofo francés… y en la vida de cualquier ser humano» (Carlos Javier González serrano, blog El vuelo de la lechuza).

Tenemos ante nosotros tres avenidas por las que pasear: la de los espinos, la de los castaños y la de las flores, es decir: la de la religión, la de la filosofía y la del placer. El primer capítulo es una andanada sin contemplaciones contra el cristianismo. El segundo es un diálogo de sabor platónico donde charlan deístas, espinozistas, materialistas, escépticos y ateos. El Diderot de El paseo es espinozista.

Denis Diderot nació en Langres, cerca de París, en 1713 y murió en 1784. Educado por los jesuitas, como tantos ilustrados radicales y ateos, Diderot escribió filosofía, teatro, novela, poesía, historia… Es autor de una de las grandes novelas modernas, Jacques el fatalista. Su obra es enorme, dispersa y a menudo anónima. Fue el director, desde el primero hasta el último volumen, de la Encyclopédie, la obra magna de la Ilustración, en la que Diderot hizo de todo: escribió, corrigió y revisó todos los volúmenes, esquivando de modo magistral a la censura. Durante varias décadas colaboró con su amigo Holbach en las obras que este publicaba anónimamente en Holanda, y que se están publicando en esta colección, en las que era algo más que un simple corrector. Diderot es la figura más brillante de la Ilustración europea.

 Una de sus obras más sugerentes, un tanto enigmática, es El paseo del escéptico, que debió de escribir en 1747, reconocida desde hace tiempo, según Jonathan Israel, como «un paso clave en la formación intelectual de Diderot». Para el autor de Una revolución de la mente, es la obra en la que Diderot abandona el deísmo de sus primeros libros y pasa a un materialismo ateo. «Dentro del parti philosophique, el giro decisivo hacia las ideas radicales, tanto en relación con el desarrollo intelectual personal de Diderot como del grupo entero, tuvo lugar en los años 1745-1748, después de la publicación de sus Pensamientos filosóficos. Fue entonces cuando Diderot escribió su alegoría filosófica El paseo del escéptico (1747), un texto que proporciona luz sobre los tensos debates filosóficos, crucialmente formativos, que ocupaban al ala radical de los philosophes» (Jonathan Israel, Enlightenment Contested. Philosophy, Modernity, and the Emancipation of Man).

«Diderot fue la figura principal de su época, el centro de condensación e irradiación del enciclopedismo ilustrado […], el centro del ambicioso proyecto de creación y difusión de las bases de una nueva cultura […], la principal cabeza dirigente que supo y pudo dar cierta homogeneidad y coherencia al difuso y un tanto espontáneo movimiento ilustrado» (José Manuel Bermudo, Diderot).

«Se dice que, la víspera de su muerte, Diderot pronunció estas palabras en forma de máxima antigua: ‘El primer paso hacia la filosofía es la incredulidad’. Esto merece ser recordado hoy, cuando las industrias de la credulidad han adquirido un poder que amenaza ese ‘primer paso’ tan difícil» (Dominique Lecourt, Diderot).

«La Encyclopédie […], una treintena de volúmenes de buen tamaño que comprenden todo el saber humano, una de las maravillas del mundo moderno, comparable a las pirámides de Egipto, a la Divina Comedia, a la Capilla Sixtina, al descubrimiento de América, una obra que ha revolucionado el modo de pensar de su propia época y de los siglos posteriores, y que se consideró causa lejana de la Revolución francesa…» (Umberto Eco, prólogo a P. N. Furbank, Diderot).

Traducción de Elena del Amo
Epílogo de Roberto R. Aramayo
Apéndice de Mario Bunge

Fuente:

http://www.laetoli.es/los-ilustrados/141-el-paseo-del-esceptico-de-diderot-9788492422883.html

Mística y Romanticismo

 Mística y Romanticismo. Las fuentes místicas del Romanticismo alemán. 
Ernst Benz. Siruela.
benz

Romanticismo e Idealismo suelen considerarse corrientes literarias y filosóficas independientes que, surgidas entre finales del XVIII y principios del XIX, iniciaron el camino hacia el pujante existencialismo y que, más tarde, habrían dado paso al reconfigurador movimiento del posmodernismo. Pero nada más lejos de la realidad. Tanto Romanticismo como Idealismo esconden un esforzado intento por dar respuesta a problemas muy determinados y por hacer frente a vicisitudes muy particulares que, a juicio del teólogo e historiador Ernst Benz, autor de Mística y Romanticismo, provienen de la mística.

Franz Pfeiffer, primero en publicar los escritos del Maestro Eckhart en Alemania, aseguraba en 1854 que, en efecto, “los místicos alemanes son los patriarcas (Erzväter) de la especulación alemana. Representan los orígenes de una filosofía alemana independiente”, que surgió y se consolidó sobre los principios de la mística, en la que autores de muy diverso calado encontraron un rico suelo nutricio de ideas, especulaciones e interrogantes desde los que partir en busca de una “filosofía total”.

Benz defiende así a lo largo de este compendioso y documentado libro que el propio Eckhart, Jacob Böhme, la cábala cristiana, Tauler o el sueco Swedenborg, entre otros, fueron los auténticos artífices de los Hegel, Schelling, Hölderlin, Novalis, Fichte, etc. Tanto Idealismo como Romanticismo serían, en este sentido, una reinterpretación y readopción de las problemáticas que preocuparon a los místicos, y, a la vez, una reacción frente a las más inocentes esperanzas de la Ilustración.

Franz von Baader, importante filósofo contemporáneo de Hegel, se refería a los ideales ilustrados como una filosofía cargada de una “erudición soporífera y estúpida”, que no pudo ocuparse más que de la “destrucción y la negación total de las instituciones filosóficas y teológicas más antiguas”. Era necesario recuperar pues todas las potencias del espíritu y retornar a la auténtica fuente de la filosofía, la mística alemana, de la que se podría extraer una genuina y creadora inspiración especulativa.

El libro de Ernst Benz es un clásico indispensable, ineludible, tan rico en fuentes como sugerente en sus afirmaciones. Por sus páginas fluyen documentos de toda índole, desde cartas y diarios hasta fragmentos de libros, en los que el autor rastrea con mano experta la relación entre la filosofía alemana del XIX con la corriente mística, abanderada por el Maestro Eckhart.

Si bien al público contemporáneo le pueda resultar llamativo el nexo entre filosofía y mística, lo cierto es que, como asegura Benz, fue esta la que puso la base y permitió edificar los cimientos de la especulación idealista y romántica: el ser humano deja de constituirse como un ser eminentemente cognoscitivo, y llega a convertirse en el gozne que permite abrir la puerta al Absoluto, sea a través de la razón especulativa o a través de la más prístina intuición.

Un deleitoso ensayo en el que Benz se muestra tan brillante historiador como eminente pensador, en el que relata la feroz lucha filosófica que tuvo lugar a finales del XVIII entre los racionalistas/ilustrados y un elemento que, a todas luces, debió de parecerles revolucionario e incluso rebelde: el elemento místico del que se alimentaría la filosofía idealista ya en ciernes.

Fuente:

Carlos Javier González Serrano.

https://elvuelodelalechuza.com/

Revista cultural y filosófica Esfinge

REVISTA ESFINGE

Una esfinge es un símbolo antiquísimo de la evolución. Existía en Egipto, Grecia, Asiria, etc. Está formada por cuatro animales: cuerpo de toro, garras de león, alas de águila y cabeza humana. Representa los 4 elementos, las 4 dimensiones… Pero sobre todo representa el enigma de la evolución de la conciencia humana.

Hemos escogido este símbolo para representar la encrucijada en la que se encuentra la actual humanidad. Si somos capaces de armonizar la tradición y la modernidad; la ciencia y el espíritu; lo individual y lo colectivo; lo occidental y lo oriental; el pasado y el futuro; lo micro cósmico y lo macro cósmico, etc. resolveremos el enigma que nos plantea la esfinge.

Como filósofos e idealistas prácticos, creemos que existe una posibilidad de desarrollar una nueva civilización más humana sobre la base de reconciliar estos opuestos. Esta nueva civilización no sería de una nación sino del mundo entero. Y debería incluir a las naciones desarrolladas y a todos los pueblos.

Cada mes se forma un mosaico vivo de inquietudes y propuestas sobre el cual resulta útil reflexionar. La diversidad de temas tratados puede resultar desconcertante pero existen unos rasgos que los armonizan y les confieren un sentido: El primero es la actualidad. Con una mirada atenta, podremos rescatar de la actualidad hallazgos llamados a perdurar en la memoria.

El segundo es la invitación a nuestros lectores a observar con otra mirada, desde un ángulo quizá insólito tales acontecimientos. El mundo cambia, el viejo paradigma se hunde, surgen nuevos hallazgos en todos los campos del saber pero hay que interpretarlos: Para eso estamos los filósofos. También hay que reinterpretar los conocimientos de siempre, bajo una nueva luz: Una nueva visión de la historia, del ser humano, de la naturaleza, del cosmos…

Saludamos a nuestros lectores, fieles amigos que acuden a la cita, a compartir los resultados de esta búsqueda de sabiduría.

ACCEDE AQUÍ A NUESTRA REVISTA

Nuevo libro de Jordi Claramonte

Estética Modal

estetica-modal

Reseña: Tecnos publica «La estética modal» de Jordi Claramonte. Se trata de una teoría de la distribución, una teoría de los modos de lo sensible que especifica cómo lo que hay comparece siempre combinando en lo efectivo diferentes proporciones de orden y caos, de necesidad, contingencia, posibilidad e imposibilidad…

Se contribuye desde ahí, como quería Lukács, a un replanteamiento de la estética como una triple teoría: una teoría del arte, una teoría de la sensibilidad y una teoría de la performatividad social y política del arte. Esto se articula a través de un pensamiento de lo necesario-repertorial, uno de lo posible-disposicional y uno de lo efectivo-complexo, sin descuidar las tramas de relaciones que los unen y los ponen en tensión.

El objetivo de todo ello es acometer una recuperación de lo estético en toda su potencia, investigando la consistencia y la lógica de los procesos autopoiéticos y de auto-organización sin los cuales no se entiende un pimiento ni en un plano meramente estético ni mucho menos en un plano social y político.

Dicho de otro modo: la Estética modal es un pensamiento de lo necesario, lo posible y lo efectivo aplicado en el ámbito de la producción artística, la sensibilidad estética y el despliegue político de ambas.Considera que las unidades básicas del pensamiento y la acción estéticas son lo que podríamos denominar «modos de relación».

Fragmento: La Tercera Antinomia de Kant, el Ejercito Rojo avanzando sobre Berlín y Nicolai Hartmann saliendo por piernas con su lógica inédita a cuestas.

La cosa venía de largo.  Alrededor de 1770 uno de los superhéroes de nuestra historia filosófica, Immanuel Kant, ya se encontraba asediado, en su placida casita de Königsberg, por dos poderosos y temibles ejércitos que le tenían rodeado y sometido mediante una clásica maniobra de pinza, cercado por dos frentes como siempre han temido los alemanes.

Ya en su Disertación Inaugural (De mundi sensibilis atque intelligibilis forma et principiis)el recién nombrado Profesor de Lógica y Metafísica, que sin lugar a dudas se las veía venir, había intentado dar cuenta de la distinción entre las facultades correspondientes al pensamiento intelectual y las relativas a la receptividad sensible. Era imprescindible diferenciarlas -decía el nuevo profesor- para entender bien sus especificidades, su necesaria autonomía y sus leyes internas. Pero una vez tramada esta diferenciación, una vez constituida esa autonomía ¿aceptarían las facultades, así por las buenas, cooperar en un proyecto conjunto de dignidad e inteligencia? ¿O como abogados de causas impías buscarían embaucarse mutuamente y, ya puestos, pillarnos a todos entre dos fuegos? Si así fuera se llevarían de calle, ya no al joven Kant, sino al proyecto Ilustrado mismo basado en la exploración y la expansión -sobre todo- de la autonomía de las facultades, las sociedades y los individuos. Si los defensores del proyecto de la autonomía ilustrada en vez de centrarse en el carácter contagioso e instituyente, de la exigencia de autonomía, utilizaban las cotas de autonomía conquistada en cada área del espiritu para zurrarse unos a otros… mal nos iba a ir.

Esta era entonces la guerra en curso. Y estos eran -y en cierta medida siguen siendo- los brazos de la tenaza que rodeaban al Kant precrítico:

En el frente Norte, el de la receptividad sensible, le acechaba la epistemología británica que con Hume y Newton acabarían por imponer una teoría del conocimiento absolutamente dependiente de la causalidad mecánica, sometida a leyes de tipo matemático y que hacía del mundo algo tan previsible y calculable como una sesión de la Cámara de los Lores.

En el frente Sur, el del pensamiento intelectual, resonaba sus trompetillas la filosofía francesa que seguía postulando, pese a sus eventuales y epatantes alardes de mecanicismo maquínico, una clara preponderancia de la Razón, del Esprit, del más incorporeo Cogito incluso.  Que no se engañe nadie, a los franceses lo suyo les viene de lejos, no es solo cosa de Deleuze.

No en balde los ingleses la habían cortado la cabeza ,y el cogito ya puestos, a su rey hacía prácticamente un siglo y tanto sus colonias como sus negocios o sus reformas políticas parecían ir cayendo por sí mismas, tan por su propio peso como la manzana de Newton. En el mundo de los ingleses del XVIII la mano invisible era algo beligerantemente eficiente y no parecían necesitar de intervención externa alguna. Eso hacía sensato creer en la omnipresencia de la causalidad mecánica, la universal aplicabilidad de las leyes físicas.

Por el contrario y por su parte, los franceses, pese a la brillantez de su vida intelectual, de sus Luces y su Enciclopedia no parecían capaces de columbrar que ningún cambio político significativo fuera a darse de suyo, antes al contrario diríase que se hacía preciso un salto cualitativo, la intervención de un Deus ex machina, o de una suprema y barbada Ratio ex machina si se quiere…

En definitiva, parecía que el espíritu les sobraba a los ingleses allí donde a los franceses les hacía demasiadafalta. (y sigue…)

Biografía: Jordi Claramonte Arrufat es doctor en Filosofía por la UNED, donde imparte Teorías Estéticas Contemporáneas. Ha sido profesor invitado en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), la Universidad de Yale y el Arts Institute de Chicago. Ha traducido textos de John Dewey, Luigi Pareyson, Michel de Certeau o Stewart Home, entre otros, y escrito artículos y libros que, como La República de los fines (2010), tratan de construir una noción de autonomía relevante tanto para las prácticas artísticas como para las políticas más comprometidas. Ha participado, con diversas contribuciones, en algunos de los movimientos artísticos y políticos más característicos del ámbito del arte de contexto, como los que en este libro se tratan.

Ápeiron ediciones publica «Comprender el capital» de Venancio Andreu Baldó

Ápeiron Ediciones publica en versión electrónica el libro de Venancio Andreu Baldó

 Comprender el capital. La estructura dialéctica del modo de producción capitalista, según Marx

Ver la página web del libro

En este libro, el autor entresaca, de los textos económicos centrales de K. Marx, las categorías ontológicas que estructuran el capitalismo como un sistema dialéctico, donde identidad y diferencia se conjugan realiter de forma permanente. El capitalismo solo sería comprensible desde el tertium datur del que hablara el último G. Lukács, esto es, desde la interrelación continua entre lo empírico-concreto y lo abstracto-concreto, lo relativo y lo objetivo, lo cuantitativo y lo cualitativo, lo natural y lo social. Pero dichas imbricaciones dialécticas no implican ni indistinción ni confusión de los momentos que las conforman, sino irreductibilidad de los mismos y jerarquía ontológica. Más concretamente el autor enfatiza el ciclo abstracto-concreto del valor como eje del capitalismo, eje fluctuante cuya identidad viene dada por el trabajo abstracto y el trabajo social, sustancias cualitativa y cuantitativa, respectivamente, del mismo.

Venancio Andreu Baldó es Licenciado en Filología Clásica por la Universidad de Salamanca, Licenciado en Antropología Social y Cultural por la UNED, y Doctor en Filosofía por la Universidad de Murcia. Ha publicado artículos de filosofía en las revistas de filosofía Malleus y Espinosa, reseñas de textos filosóficos para la revista La Torre del Virrey, y traducciones del alemán para esta misma revista y para la revista Ápeiron. Estudios de filosofía, donde destaca La «muerte aplazada» en el deseo, según Jaques Lacan, texto de Rolf Kühn. Ha colaborado en la traducción del libro Lithuana philosophica: de Kant a Levinas, editado por Nexofía. Interesado básicamente por la filosofía marxista y por el análisis del capitalismo, ha publicado dos libros al respecto: El mundo en que vivimos: un análisis marxista, en la editorial Omegalfa, y El materialismo dialéctico: sistema e historia. La actualidad del marxismo revolucionario, en la editorial Nexofía. Es autor, también, de un libro de divulgación infantil y juvenil sobre la figura de K. Marx, que lleva por título El Moro Marx, Sabio y Guerrero, para la colección Sofía y yo de Ápeiron Ediciones.