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La filosofía rescata los placeres sencillos y ocultos

…un asomo a la ventana para explorar la belleza de la calle, un silencio en casa que desvela los ruidos armoniosos de la vida, un beso que por temor se queda en la comisura de los labios…

Ahí están, nadie los ve o los quiere ver, ni los aprecia, ni los valora; son los placeres ocultos, secretos o sencillos de la vida. Instantes, gestos o emociones secuestradas por los hábitos, los prejuicios, los miedos, la vorágine del tiempo o las ambiciones de sueños inabordables. Al rescate y descubrimiento de esos pequeños y cotidianos placeres, gozos y alegrías verdaderas y accesibles invitan varios expertos y filósofos en sus libros de aire epicúreo. Piden no dejarse extraviar en los espejismos de felicidades prometidas por el mundo contemporáneo. Lo hacen tras varios años en que la filosofía había reflexionado sobre esos conceptos más en abstracto.

“¿Qué significa estar plenamente vivo, en vez de estarlo solo a medias o al 20%?”, se pregunta el historiador y pensador Theodore Zeldin, exdecano del St. Anthony College de Oxford. Tras esa pregunta, surge otra: “¿Cómo elegir entre las múltiples formas de escapar al sufrimiento y a la frustración, entre las diversas variantes de la religión (existen 4.200), entre ideales tan dispares como los de los estoicos y los de los románticos, el Renacimiento y los enciclopedistas, la ciencia y la tecnología, y así sucesivamente? Aunque hay más donde elegir que nunca, es inevitable la confusión. A desentrañar esa búsqueda ha dedicado los últimos 25 años Zeldin. El resultado lo cuenta en una treintena de historias reales de aliento reflexivo en el libro Los placeres ocultos de la vida. Una nueva forma de recordar el pasado e imaginar el futuro.

Crear una atmósfera

El ser humano ha convertido la búsqueda de la felicidad en un laberinto al desdeñar lo básico y convertir lo sencillo en una complicación, viene a decir el italiano Giuseppe Scaraffia en Los grandes placeres (Periférica). Una obra con más de medio centenar de pistas sobre esas dichas subestimadas a través de episodios vividos por personajes de la cultura bajo títulos que dejan claro el camino: Amueblar el vacío, Modales, Flores, Paseo, Indulgencia, Lágrimas… Según el filósofo italiano, “hemos olvidado que la felicidad no es un estado de ánimo edificante, y sí la suma de muchos pequeños placeres que en conjunto crean una atmósfera”.

…los buenos modales anhelados por todos pero aplicados por pocos, un minuto de atención para escuchar las ideas del otro, una caricia furtiva al amigo para dar optimismo en días grises…

Pero el sistema y el mundo contemporáneo exigen expectativas sobredimensionadas como vía para alcanzar la felicidad, coinciden los dos pensadores. A lo que Scaraffia añade que no nos contaron cómo buscarla. Pero recuerda que “Stendhal que pidió ir ‘a la caza de la felicidad’ dijo: ‘Hay que saber lo que te hace feliz y convertirlo en hábito’. Y para construir la felicidad se requiere sensibilidad, paciencia, cultura y memoria”.

Lo cierto, afirma Zeldin, es que los seres humanos se aburren: “Unos menos que otros. Incluso a quienes les gusta la rutina y siguen ligados a los hábitos familiares, de vez en cuando anhelan sorpresas diferentes. La economía mundial se basa en poner remedio al aburrimiento”.

El mundo digital es un ejemplo. Es un obstáculo o un amigo Internet para los pequeños placeres? Giuseppe Scaraffia lo tiene claro: “Internet no es el enemigo de los placeres de la vida. Es un amigo. Puedo escuchar en alguna plataforma la música rara que me gusta y que no comparto con nadie o ver pinturas y descubrir a nuevos artistas”.

Zeldin es más escéptico. Considera que siempre se ha esperado demasiado de las nuevas tecnologías, que invariablemente han producido efectos colaterales inesperados. “Evidentemente, Internet no ha sido un sustituto apropiado de la experiencia completa de contacto personal íntimo que proporciona a los seres humanos su placer más profundo. Sin embargo, no tiene sentido echar toda la culpa a la Red. El aislamiento de los individuos también se ha acentuado por el crecimiento de las ciudades monstruo. Yo disfruto de los placeres sencillos y también encuentro placer en investigar cómo se podría acabar con esa clase de barreras”.

Buscar la belleza

La solución está al alcance de todos. Está en descubrir el placer en cada cosa que se haga o en el trabajo, en aprender a disfrutar de la belleza que llega a través del cualquier sentido o del intelecto o de los sentimientos, recuerdan los filósofos. “La belleza es un prodigio cotidiano y un lujo de primera necesidad, casi siempre un proceso de transformación y tanteo, casi nunca una obra cumplida y cerrada”, escribe Antonio Muñoz Molina en el prólogo de El libro de la belleza. Reflexiones sobre un valor esquivo (Turner), de María Elena Ramos.

El alma debe ser entrenada, como diría Plotino, recuerda Ramos. Y así el hombre, escribe la experta, “debe tornar la mirada hacia el interior de sí mismo, donde habría de encontrar grandes bienes que son precisamente la señal dejada en el alma humana por la creación. Pero si aún no encuentra esa belleza al interior, deberá hacer un trabajo más consciente y paciente, semejante al del escultor”.

No se trata tanto de hacer la vida mejor, sino de convertirla en algo más interesante, afirman Zeldin y Scaraffia. Los filósofos piden desterrar prejuicios, vergüenzas y miedos para evitar la sensación de haber malgastado la vida. Recomiendan quejarse menos y buscar metas más emocionantes, arriesgar en la aventura. Sentir. Vivir un olor que recupera un paraíso perdido o ante una buena noticia de alguien decirle al oído: “Estoy contento”.

QUITARSE LAS MÁSCARAS

En el teatro de la vida, la gente para protegerse enmascara sus verdaderos deseos y olvida los placeres sencillos y cotidianos, explica Theodore Zeldin. A eso, agrega el filósofo inglés, se suma el hecho de que muchas personas están encorsetadas en prejuicios y tradiciones que los llevan a convertirse en lo que creen que quieren ser. No se aceptan. Son profundas autotraiciones porque, añade Zeldin, “el prejuicio es el obstáculo más firme a la apertura de la mente. No obstante, si bien arruina las vidas de aquellos a los que discrimina, aumenta la autosatisfacción de los que lo abrigan: los conforta en sus hábitos y los libra del esfuerzo de tener que escuchar atentamente opiniones ajenas. Esa es la razón por la que el prejuicio sobrevive tan obstinadamente”.

“La ambición convencional suele chocar con los anhelos más profundos, mientras el fingimiento y la hipocresía han impregnado muchos aspectos de la vida”, se lamenta Zeldin. Esta civilización, asegura el experto, “nos invita a cubrirnos la cara con una máscara adecuada a nuestra posición en ella, y nos disuade de hablar con demasiada honestidad de lo que pensamos y sentimos de verdad. Por eso propongo que ninguna ley, ni ninguna institución pública pueden hacernos verdaderamente felices. Tan solo en la seguridad de la estricta vida privada es posible intercambiar abiertamente pensamientos profundos e inexpresables”.

La mayor revolución del último siglo han sido las nuevas relaciones entre las personas de todos los sexos y edades, afirma Zeldin. “Una revolución que está incompleta, y muchas cosas dependen de cómo prosiga. Las personas están hambrientas de afecto —no solo de recibirlo, sino también de darlo”.

Este artículo ha sido escrito por Winston Manrique Sabogal y publicado en EL PAÍS, 20 marzo, 2016.

Destruir la filosofía

Es la consigna. Desde hace años la idea de destruir la filosofía como asignatura obligatoria del bachillerato alegando que no es indispensable en la formación de los jóvenes; que es innecesaria, anticuada, inútil, etc., ha ido calando en el espíritu de nuestros próceres y de algunos pedagogos al servicio de un estado al que poco importan las humanidades. Los países desarrollados la colocan por encima de las demás materias de conocimiento. Por encima de las matemáticas y otras ciencias. No andan descaminados, pues de nada sirven los conocimientos si no van unidos a la explicación de su existencia. Todo tiene su razón de ser y estar al tanto de ese origen, su justificación, sus posibles causas y fines, es el principio de nuestra necesidad de saber la verdad sobre el mundo que nos rodea y sobre nosotros mismos.

Ni los números ni las más avanzadas tecnologías nos darán una demostración que pueda satisfacernos. Debemos indagar, averiguar la verdad, la esencia, la razón de existir de aquello que forma parte de nuestro universo. Y eso solo puede suceder a partir de una búsqueda que nace del deseo insaciable de saber que caracteriza al ser humano. La ciencia nos las da, es cierto, pero no todas. La filosofía es la que lo intenta siglo tras siglo. La humanidad, gracias a ese amor al conocimiento, a ese afán por encontrar la verdad sobre la vida y la muerte, sobre el comportamiento de la naturaleza y de los seres vivos, sobre las dudas y creencias que al ser humano acompañan, ha sido la gran curiosa y la que ha puesto sus esperanzas en aquellos que dedicaron su vida a la búsqueda de argumentos que apaciguaran sus deseos de conocer. Silenciar esas voces no servirá de mucho. Siempre existirán hombres y mujeres cuyo interés consistirá en hallar una respuesta a tantas interrogaciones.

Eso es lo lógico en la verdadera educación: enseñar el camino por el que encontrar esas respuestas y obligarnos a pensar, a dialogar y a debatir para llegar a descubrirlas, cosa que han hecho los filósofos durante siglos. Buscar la posibilidad de un mundo mejor, soñar con él, construirlo, es la meta. El miedo a que sepamos más, a que dudemos sobre lo divino y lo humano, a que podamos descubrir de lo que somos capaces, es lo que lleva a nuestros dirigentes a cancelar una puerta por donde esas verdades puedan filtrase un día poniendo en peligro sus vidas y su hacienda. La consigna es muy clara: que no piensen y así no pedirán lo que no queremos darles. Matar a los pensadores es eliminar la luz que ellos derramaron sobre nuestras almas en sombra. Y que siga creciendo la oscuridad.

Este artículo de opinión ha sido escrito por Elsa López en: www.laopinion.es

El Día Mundial de la Filosofía llega a Madrid con +Filosofía

Con motivo del Día Mundial de la Filosofía, establecido por la Unesco, se pone en marcha el evento “+Filosofía”. Este ha sido organizado por personas implicadas en la filosofía desde distintos ámbitos –filosofía práctica, escritores, diseñadores, profesores- y va a tener lugar en Madrid los días 19, 20 y 21 de noviembre, coincidiendo con el tercer jueves de dicho mes, jornada mundial de la celebración.

El objetivo de estas tres jornadas será la creación de un espacio común en el que confluyan una serie de actividades gratuitas relacionadas con la filosofía y que serán fruto de las propuestas de los propios participantes. Estas estarán dirigidas a todos los públicos y se buscará, esencialmente, una mayor visibilización de las distintas formas de hacer filosofía así como de los profesionales que se dedican a ella.

Entre las propuestas más destacadas, los participantes podrán formar parte de actividades más tradicionales como mesas redondas o conferencias; formatos más innovadores como talleres prácticos dirigidos a niños o filosofía práctica para todos los públicos; actividades de difusión y entrenamiento de habilidades del pensamiento aplicado como los cine fórums, los cafés filosóficos o programas radiofónicos; por último, actividades más terapéuticas como el asesoramiento filosófico y las consultas individuales.

Hasta finales del mes de septiembre todas las personas interesadas podrán proponer actividades o comunicar su participación en otras a través de este contacto: actividades@masfilosofia.com. Posteriormente, durante el mes de octubre se organizarán las actividades y las propuestas que han sido solicitadas.

Asimismo, toda la información se puede seguir a través de la página web del evento:

www.masfilosofia.com

Y de las redes sociales creadas para el mismo:

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++Twitter
twitter.com/Mas_Filosofia_

++Instagram
instagram.com/masfilosofia/

++YouTube: Canal «Más Filosofía Evento»
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Las clases de filosofía de Merlí llegan a TV-3

«Estoy harto de que la gente diga que la filosofía no existe; la filosofía sirve para reflexionar sobre la vida y el ser humano, y para cuestionarse cosas. Por eso, se la quieren cargar; filosofía y poder tienen una tensión sexual no resuelta». Esta es la tarjeta de presentación de Merlí, un profesor de una materia denostada y apreciada a partes iguales, ante sus nuevos alumnos de primero de bachillerato. Un tipo contradictorio, y con virtudes y defectos a la par. Y este es, además, el título de la gran apuesta de TV-3 para la temporada, una serie coral que estrena este lunes en hora punta. El veterano Francesc Orella (actor de series y telefilmes como Les veus del Pamano, Prim y la reciente Carlos, rey emperador) da vida a tan singular personaje.

Compuesta de 13 episodios, dirigidos por Eduard Cortés (Los Pelayos, Cerca de tu casa) y con guiones de Héctor Lozano(Ventdelplà, La Riera), la producción se centra en la relación del maestro con sus alumnos y, sobre todo, en «los conflictos entre padres e hijos, estudiantes y profesores…», apunta Orella, que destaca la «verdad» que emana de los personajes. Un realismo que se respira desde los primeros compases de la ficción, cuando Merlí, que está en el paro, es desahuciado por no pagar el alquiler del piso («Es lo que tiene esta ciudad: hay sitio para los turistas, pero no para los que vivimos aquí», refunfuña) y se traslada con su hijo Bruno (David Solans) a casa de su madre, Carmina (una espléndida Anna Maria Barbany, Plats bruts).

Cortés, que se pone de nuevo al frente de una ficción de tele de largo recorrido 14 años después de dirigir Psico express (también en TVC), destaca el «potencial extraordinario» de Merlí, que rebosa «mucho humor y mala leche, y ternura». «Es gamberra, luminosa y oscura a la vez», añade. También hace un guiño al plantel de actores jóvenes -algunos, noveles en el oficio-, que han salvado la papeleta «con gran talento». Entre estos, se encuentran Candela Antón, Albert Baró, Adrian Grösser, Marcos Franz, Pau Poch (codirector del documental A tu què et sembla?, sobre Ester Quintana, víctima de una pelota de goma policial), Júlia Creus, Elisabet Casanovas eIñaki Mur.

SIN ESTEREOTIPOS // Carlos Cuevas (Ventdelplà, Ahora o nunca), que interpreta a Pol, el rebelde y chulito de la clase, destaca que los personajes jóvenes de Merlí «están muy bien tratados», porque responden a todos los roles que hay en una clase, «sin caer en estereotipos». Orella hace hincapié en el carácter «caleidoscópico» de su álter ego, que trata a los alumnos -los peripatéticos del siglo XXI- como adultos y les pide que aprendan de la derrota, porque «en esta vida no siempre se gana».

Lozano se inspiró en un amigo, un profesor de Literatura de la ESO que estimulaba a sus alumnos con propuestas tan políticamente incorrectas como hacer trampas en un concurso literario, para tejer la historia de Merlí, en la que el telespectador encontrará similitudes obvias con El club de los poetas muertos. «No es un mal reproche, porque me encanta esta película, pero hay muchas más filmes sobre profesores. Además, lo que aquí aparece es lo esencial: la relación entre profesores y alumnos», concluye el guionista.

Este artículo ha sido publicado por Olga Lerín en: www.elperiodico.com

Cataluña diseña una asignatura alternativa con cultura clásica, filosofía y «hecho religioso»

Los alumnos de ESO podrán escoger como novedad a partir del próximo curso entre hacer la asignatura de religión o bien la de cultura y valores éticos, que girará en torno al «pensamiento humanista y de base filosófica» con un acercamiento al hecho religioso y la cultura de las religiones.

«Un ciudadano culto debe comprender y valorar las manifestaciones que proceden de unas raíces culturales y religiosas presentes en nuestro mundo», como la mitología grecorromana, ha destacado este martes la consellera de Enseñanza, Irene Rigau, en rueda de prensa tras el Consell Executiu.

La nueva materia se enmarca en el Decreto de ordenación de las enseñanzas de la ESO, aprobado este martes por el Govern, con el fin de adaptarse a la ‘ley Wert’, que se desplegará en todos los cursos de Primaria y en el de primero y tercero de ESO siguiendo el modelo marcado por la Ley de Educación de Catalunya (LEC), ha señalado.

Rigau ha destacado que, con el nuevo decreto –en el que la Generalitat lleva cuatro años trabajando–, se adapta a la ley estatal con un «enfoque propio» gracias a que puede potenciar las fórmulas optativas que marca la norma estatal.

La Conselleria ha diseñado la materia alternativa a la religión para adaptarse a la Lomce, que reintroduce la antigua fórmula de elegir entre religión y una asignatura de ética, ha avanzado ‘La Vanguardia’.

«Entendemos que hay una parte de la cultura muy vinculada al hecho religioso y que se debe conocer tanto si haces religión como si no lo haces. ¿Los chicos que no hacen religión no deben saber qué es la Biblia?», se ha preguntado Rigau.

Considera que lo «ideal» sería una asignatura general de ética y religión, pero que no es posible debido a los acuerdos con la Santa Sede, que obligan a que la religión sea de oferta obligatoria.

El decreto también prevé dedicar más tiempo a matemáticas, con 35 horas más en tercero de ESO; y un aumento de otras 35 horas de primera lengua extranjera a lo largo de la etapa, que se harán especialmente evidentes con la impartición de otras asignturas no lingüísticas en segundo de ESO.

COMPETENCIA DIGITAL

La consellera también ha destacado la incorporación de la «transversalidad de la competencia digital» del alumnado en diferentes materias con la intención de acreditar esta competencia al final de la etapa, a través de la Acreditación de competencias en tecnologías de información y la comunicación (Actic) del marco europeo.

Sobre lenguas, los alumnos podrán acceder a la acreditación del B1 para la primera lengua extranjera y de A2 para la segunda lengua extranjera.

Además, se consolidarán las materias artísticas como materias comunes con una distribución horaria equilibrada; se preservará tecnología como materia común; se mantendrá el trabajo de síntesis de primero a tercero en el currículum catalán, y el proyecto de investigación en cuarto de ESO.

ADOLESCENTES Y ANCIANOS CONTRA EL «INDIVIDUALISMO»

Otra novedad es un plan de servicios a la comunidad, que este curso empezarán a aplicar 302 centros –la mayoría, de intercambio generacional–, con el fin de combatir el «individualismo imperante» en la sociedad actual.

Según ella, el currículum de educación Secundaria consolida el modelo pedagógico catalán de adquisición de competencias.

Rigau ha destacado que el nuevo currículum incorpora un «nuevo modelo metodológico» para mejorar la manera de aprender, de forma que los cambios no serán ni de horarios ni de estructura y serán mínimos.

Se trata del tercer decreto de Secundaria aprobado por la Generalitat en 30 años, y «quiere ser un nuevo impulso a la evaluación y una intensificación de las lenguas extranjeras y la competencia digital».

CALIDAD DE ENSEÑANZA

«Hemos hablado mucho de la calidad de la enseñanza, y ahora tenemos que pasar a hablar en la calidad del aprendizaje y la evaluación», según Rigau, que ha dicho que el decreto empezará a aplicarse el próximo curso a primero y tercero de ESO y el siguiente en segundo y cuarto de ESO.

Con la aprobación, la consellera se ha comprometido a trabajar para conseguir que el 90% de alumnos de la ESO se gradúen en 2018, frente al 86,7% actual.

También ha confirmado haber hecho unas orientaciones mínimas para los alumnos de Bachillerato, a la espera de conseguir una moratoria para la aplicación de la Lomce.

Esta noticia ha sido publicada por Europa Press Barcelona en: www.teinteresa.es

El honor de los filósofos

En agosto de 1943, el filósofo francés Jean Cavaillès es arrestado por la Gestapo y finalmente fusilado el 17 de enero de 1944 en la ciudad de Arras. Durante el juicio, cuando un miembro del tribunal le pregunta por los motivos subjetivos que le habían movido a la resistencia, responde que “había sabido encontrar en la continuidad de la lucha un antídoto para la humillación de la derrota”, precisando de pasada que, dado su amor a la Alemania de Kant y de Beethoven, con su postura militante “demostraba que realizaba en su vida el pensamiento de sus maestros alemanes”. Todo filósofo es movido por la convicción de que las interrogaciones filosóficas no son algo contingente, sino que anidan en todos los seres de razón, como problemas invariantes de la existencia. Pero ante un orden social sustentado en el repudio de la verdad, para Cavaillès el debate conceptual pasaba necesariamente por el combate militante.

En esa misma Europa de la guerra, en el Oflag II B —un cuartel-prisión para oficiales en Pomerania— un grupo de reclusos intenta que aquella atmósfera opresiva no sea óbice para el ejercicio de la filosofía. En esos años la obra de Husserl está proscrita en Alemania por su condición de judío. Sin embargo, en el Oflag II B, el interno Paul Ricoeur se hace con un ejemplar de Ideas del pensador, que lee y comenta a escondidas de sus guardianes, realizando en los márgenes una traducción que en los años cincuenta se publicaría en París. Historia de anotaciones al margen que tiene un noble y trágico precedente:

En 1553 el pensador aragonés Miguel Servet fue conducido a la hoguera. No se trataba solo de la circulación pulmonar de la sangre, expuesta en el libro V de su Restitución del cristianismo; es también asunto de honor intelectual frente a la palabra autoritaria y la correlativa venganza del poderoso, pues conminado por el reformador Calvino a leer su Institución de la religión cristiana,Servet le había devuelto el ejemplar plagado de notas críticas. En el juicio el pensador nunca se doblegó, acusando al propio Calvino y pidiendo que este fuera sometido a idéntico interrogatorio que él mismo. Hay precedentes de esta actitud: “A regañadientes acepto tu muerte, como a regañadientes hubieras aceptado que te concediera la vida”, habría dicho César al enterarse del final trágico del filósofo estoico Catón el Joven, vencido por haber tomado el partido de Pompeyo, pero jamás genuflexo ante aquel a quien había acusado de perjuro e ilegalidad.

Recordando que las doctrinas religiosas imperantes daban apoyo a las arraigadas convicciones sobre la centralidad de la Tierra, el Nobel de Física Max Born se pregunta: ¿qué hizo que las nuevas hipótesis astronómicas fueran abriéndose camino? Pues simplemente, responde, que lograr explicar el entorno terrestre o celeste constituye “el ardiente deseo de toda mente pensante”, deseo que no se aminora en absoluto por el hecho de que aquello que se trata de aclarar “sea eventualmente de total irrelevancia para nuestra existencia”. Total irrelevancia para la existencia empírica, pero fundamental para la dignidad del espíritu humano, por la cual, sin necesidad de remontarse a Sócrates, tantos pensadores se han jugado el espíritu y la vida. Aun sin llegar a ser objeto de condena y prisión, decenas son los filósofos que han respondido con entereza en circunstancias que hacían difícil mantenerse fieles a la exigencia de verdad: “Hay que irse”, es la sobria despedida de René Descartes a su muerte en Estocolmo en 1650. Doce años más tarde, la Iglesia pone la obra completa en elÍndice y cuando en 1667 sus restos retornan a Francia el monarca Luis XIV prohíbe todo elogio público.

El filósofo, más que indicarnos dónde reside el bien, ha de dar pruebas de entereza, lo cual exige seguir respondiendo a las exigencias del pensar en los momentos mismos en los que el combate contra los enemigos del pensamiento constituye el primer imperativo, pues la filosofía puede ayudar a la liberación siendo efectivamente filosofía. De ahí los arrestos de Cavaillès para escribir en la cárcel un abstracto tratado sobre lógica y teoría de ciencia. Al proseguir con el rigor que se conoce su admirable trabajo al servicio de la causa del lenguaje, a la vez que denuncia el feroz tratamiento de la crisis griega por los poderes mundiales, Noam Chomsky hace hoy día honor a esa indomable tradición.

Este artículo ha sido escrito por Víctor Gómez Pin (catedrático de Filosofía de la UAB) en: www.elpais.com

La filosofía es un acto de rebeldía.

Cuenta la leyenda que el primer filósofo, Tales de Mileto, caminaba por la antigua Grecia observando detalladamente el firmamento mientras pensaba en el origen de la vida. Absorto en la meditación, no vio que en el camino había un hoyo gigantesco, inevitablemente cayó en él. Cuando su criada le ayudó a salir le dijo: ¡Oh Tales, presumes de ver lo que está en el cielo, cuando no ves lo que tienes a los pies!

Esta anécdota refleja perfectamente el quehacer de los filósofos, quienes absortos en profundas meditaciones son incapaces de observar el mundo que les rodea. No sólo en el sentido práctico (yo personalmente me he caído y/o perdido más de una vez) sino en el reflexivo. Las academias filosóficas se ocupan principalmente de estudiar (y repetir) a los grandes pensadores, analizan el concepto de <ser> en Parménides o traducen (por enésima vez) las cartas que le escribió Heidegger a Arendt. Pero poco nos ocupamos de promocionar nuestra noble actividad.

La filosofía es el arte de pregunar, analizar, criticar y reflexionar la realidad que nos rodea. El filósofo no es la persona que estudió un doctorado, maestría o licenciatura en esta área, todos a nuestra singular manera, lo somos; en el borracho de la esquina, la señora de las pepitas, el niño hiperactivo y los abuelos dormilones se esconde un filósofo en potencia.Cada uno de nosotros nos hemos preguntado más de una vez: ¿Qué hago aquí?, ¿Qué sentido tiene la existencia?, ¿Qué o quién es Dios? En el momento en el que detengo mi ajetreada vida y cuestiono algún elemento de ella, estoy haciendo filosofía.

Los seres humanos necesitamos hacer filosofía. Caminamos por este sendero de lágrimas aceptando cada una de las cosas que nos dictan como borregos que se dirigen al matadero. Estamos dispuestos a obedecer las reglas: nacer, crecer, reproducir y morir son los propósitos de nuestras vidas vacías. Pero ¿quién determinó esto? ¿Qué sentido tiene seguir con este absurdo reglamento? ¿Es posible vivir de otra forma?

La filosofía es un acto de rebeldía, es la oveja negra que en lugar de seguir a sus hermanas, se detiene a pensar en el sentido de su vida. Es la oveja negra que se rehusa a ser trasquilada porque busca ser algo más que un animal. El hombre es un ser finito, pequeño en comparación con el universo, lleno de angustia y miedo que al hacer filosofía, trasciende su mortalidad.

En la actualidad, México es un país que sufre y llora, que deambula sin saber hacia dónde dirigirse, perdido en el oscuro océano de la violencia, sin poder distinguir entre la verdad y los cuentos de ficción que aparecen en el noticiero nocturno. México necesita filósofos (as), seres que critiquen fuertemente las acciones del gobierno, al tiempo que reflexionan y buscan las mejores políticas para el país.

Es el momento de sacar la filosofía de las universidades porque este país necesita pensar. Estamos rodeados de medios (Facebook, Twitter, la televisión, etc.) que promueven la estupidez, siempre es más fácil vender una crema para adelgazar a un estúpido que a una persona que reflexiona. El ser humano está hecho para pensar, para hacer filosofía. Y hoy más que nunca, este país necesita seres pensantes.

Los mexicanos afortunados que hemos cursado la educación superior debemos fungir como docentes de la sociedad enseñándoles el noble arte de preguntar, cuestionar, criticar, sobre todo proponer nuevas formas de vivir. Perdamos el miedo a la filosofía, pues no es un quehacer exclusivo de los eruditos, sino una necesidad del ser humano, tal vez más elemental que la respiración. Porque como lo afirmó Sócrates hace dos mil años “una vida sin filosofía no merece ser vivida”.

Este artículo ha sido escrito por Anakaren Rojas en: www. sdpnoticias.com

Sobre la autora

Estudió la licenciatura en filosofía en la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Cursó la maestría en la misma disciplina en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid. Es coautora del libro «Ensayos históricos del bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución Mexicana»(2010) editado por el Ayuntamiento de Tlaxcala. Autora del texto «El camino hacia la distinción cartesiana de alma y cuerpo» (2013) publicado por la Editorial Académica Española. Escribe columnas de opinión en el medio digital Versustlx y el periódico Síntesis. En agosto de 2014 ganó el Premio estatal de la Juventud otrogado por el Gobierno del estado.

Conciencia de lo tremendo

EN UN PRINCIPIO ERA EL HAMBRE. ANTOLOGÍA ESENCIAL

Chantal Maillard. Prólogo Virginia Trueba. Selección de los textos, Antonio F. Rodríguez Esteban y Ch. Maillard. Fondo de Cultura Económica de España. Madrid, 2015. 176 páginas. 18 euros

«No creo en la poesía como literatura, ni creo en la literatura. Creo que hay formas de expresión que nos permiten conectar con el interior más profundo de nuestro ser, comunicar aquello que no se comunica fácilmente, la interioridad y las emociones, y que para eso ayuda la musicalidad de la poesía». Esa intención de conectar con esas cosas concretas incrustadas en lo más profundo de lo que somos, esa expectativa de significado a lo que se nos escapa, ese ansia constante de no-ser, ese ocaso interior que nos resguarda de la violencia exterior y que conforma otro tipo de violencia más cercana al vacío y a sus respuestas necesarias -eso y mucho más-, es lo que ha sostenido con exquisita precisión la poética de Chantal Maillard, y que se reúne ahora en una antología esencial, En un principio era el hambre, que pone punto y seguido a unos años prolíficos en los cuales la poeta ha ido dando forma a los ecos del poema después de atender al dolor y al silencio, con todo lo que el silencio arrastra, con todo lo que el dolor impone. No venía mal recapitular: también en este 2015 ha visto la luz el poemario La herida en la lengua (Tusquets), uno de los ya fundamentales del año, venga lo que venga; el ensayo La baba del caracol (Vaso Roto), donde explica la mirada esparcida desde la que parte quien construye; y ya cuando asome el otoño aparecerá La mujer de pie (Galaxia Gutenberg), libro que adelanta esta antología y que recorrerá la discontinuidad de lo efímero: «Oídme, soy de aquellos que vagan entre los límites. Quien me escuche sin ansia entenderá. No somos libres de enseñarle a nadie lo que importa». Mucho más que literatura.

Nacida en Bruselas en 1951 y trasladada a España en pleno franquismo con apenas 13 años, sólo puede entender la escritura como viaje, lejos del estricto movimiento, aspectos que la convirtieron desde muy pronto en una persona que no se encontraba demasiado cómoda en esta realidad: «Escribo porque es la manera más veloz que tengo de moverme». Y de ahí el viaje, los diarios, la conciencia, lo concreto.

Poeta, ensayista, filósofa y doctora en Filosofía (con una tesis doctoral sobre María Zambrano defendida en 1987), es una de las voces más vanguardistas en el concepto más estricto del término, y honestas en el sentido más huérfano de la palabra. Maillard apostó todo a la honradez sin por ello dejar de atender al estilo y de ahí parte la singularidad y radicalidad de su voz dentro del -desorientado- panorama actual.

Volver a sentir (al otro), recuperar la compasión perdida, «hallar un pueblo sabio. Desear salvar la tierra si tan solo se hallase uno» son los hechos concretos que sostienen su búsqueda; cuestionar los conceptos para dar con los acontecimientos, para tratar de vivir con ellos, es su fin; dejar de escribir para vivir, porque ya apuntó Nietzsche que el concepto hace que perdamos la realidad de las cosas. Escribir es la curación, no la necesidad; sí una forma de aliviarse, de encontrar la comunicación con lo sencillo.

Filosofía y poesía parten de actitudes distintas que se reconocen, no sin complejos, en su propio ritmo, sin confundirse. María Zambrano marcó en Platón esta escisión, que dio supremacía al pensamiento filosófico. Platón contra Homero. La poesía no busca soluciones, no inventa nada. Maillard concreta, lima : «El poema es aquello a lo que apunta el decir (…) El poema no nos enseña nada que no sepamos ya. El poema des-cubre». Y lo hace desde la luz obsesiva de María Zambrano, la luz como respuesta a las buenas preguntas: «La poesía seguirá buscando la inocencia de la palabra».

No hay mucho de inflexión en esta momentánea parada en su viaje; viaje que, como indica Virginia Trueba en el magnífico prólogo que abre el libro, «sirve para des-entumecernos, despertarnos la atención y disponernos al acontecimiento«. Justo a eso aspiraba su libro Matar a Platón, con el que ganó el Premio Nacional de Poesía en 2004, a vivir con el acontecimiento, prescindiendo así de los conceptos, porque «no existe el infinito, pero sí el instante: abierto, atemporal, intenso, dilatado, sólido». Libro austero y crudo, escrito durante una grave enfermedad, está formado por dos poemas largos; el segundo, Escribir, ahonda en el dolor que no abandonará a la poeta, y del que la poeta no renegará, y por eso avanza, escribe: «Escribir / para rebelarse / sin provecho / a pesar de la derrota ya prevista». En Husos (2006), superada la grave enfermedad, habla de sobrevivir quien ya vive en lo eterno: «Sobrevivir. A plazos. Plazos cortos. / Plazos para sobrevivir. / Vivir sobre». Un año más tarde publica Hilos, posterior a la imprevisible muerte de su hijo, y quizás estemos en el año, en los poemas, que consolidan no ya una voz, sino una personalidad incuestionable: «Querer sobrevivir / ha de ser la costumbre». EnLa baba del caracol, una acertada ampliación de su Contra el arte y otras imposturas, insiste: «El dolor es nuestra condición. En él todos podemos reconocernos. Y, sin embargo, es lo más absolutamente individual».

Chantal Maillard des-cubre esa parte confusa de nosotros mismos: «La escritura poética: una manera de propiciar la descarga que abre la brecha». Y de la brecha la herida, las respuestas, el alivio profundo: «Oídme, os hablo de cosas muy concretas». Un encuentro con lo real, muy lejos de la literatura.

Este artículo ha sido escrito por Alejandro Simón en: www.diariodesevilla.es

Diez años moviendo la filosofía

Mover las ideas e inspirar las acciones, con una buena dosis de entusiasmo como nexo de unión entre teoría y práctica, fue la divisa que impulsó la puesta en marcha de la escuela de filosofía Es Racó de ses Idees en el año 2005. Ha transcurrido un decenio y no hemos parado de mover la filosofía, de llevar a la práctica las buenas ideas de griegos, indos, chinos, neoplatónicos, estoicos, herméticos, racionalistas, vitalistas, existencialistas, etc.

Así como los músculos se vuelven rígidos cuando no se ejercitan, así la filosofía también se endurece y deviene inservible cuando las ideas no se practican. En un mundo donde las ideas se hacen cada vez más dogmáticas prueba de ello es la ausencia de diálogo en tantos ámbitos de la sociedad venimos proponiendo «sacudir» la filosofía, quitarle el polvo del discurso intelectual estéril y liberarla de la etiqueta de «cosa rara y pesada». La movemos y renovamos para que vuelva a ser el numen luminoso que fue.

Esto es lo que hemos venido haciendo desde 2005. ¿Cómo se mueve la filosofía? ¿Cómo se renueva, se rejuvenece y se hace más flexible? Nuestra fórmula ha sido el binomio filosofía/voluntariado. Que las ideas inspiren acciones útiles para el conjunto de la sociedad mediante el voluntariado, y que los voluntarios sean conscientes del sentido de sus acción participativa. La filosofía es una muy buena herramienta para encontrar el sentido de la vida, y el voluntariado es un medio para comprobar que ese sentido es real. El filósofo voluntario armoniza la mente, el corazón y las manos, pone de acuerdo lo que piensa, lo que siente y lo que hace. Esta autenticidad individual es una de las fontanas de la felicidad.

Pero nuestra fórmula no es original. Ya en la Academia de Platón y en la Escuela de los Filaletheos de Alejandría, los discípulos se formaban para comprender las leyes de la vida y para ayudar solidariamente a la sociedad. Y esta falta de originalidad es una de las características de la escuela de filosofía que dirijo. Lo que transmitimos es el saber de la humanidad, la tradición de oriente y occidente. No hemos inventado nada y es que, a estas alturas, poca cosa se puede inventar sobre el sentido de la vida.

¿Es necesaria una escuela de filosofía? ¿Se puede aprender la búsqueda del sentido de la vida? La respuesta la dio hace 2.500 años el genial Sócrates. Le preguntó a uno de sus discípulos que si buscaba zapatos dónde iría a buscarlos y el discípulo le contestó que obviamente al mercado; entonces siguió Sócrates si buscas el conocimiento del sentido de la vida ¿a dónde vas a ir? ¡A una escuela de filosofía! Es Racó de ses Idees es una escuela de filosofía sin barreras, sin complejos, sin discriminaciones, abierta a todos los que apasionadamente buscan el conocimiento que crece desde el corazón-conciencia.

Algo que nos satisface es habernos mantenido fieles a los principios fundacionales. Uno de ellos es favorecer la participación de todos los ciudadanos y acercar a todos la cultura. Todas nuestras actividades culturales son de entrada libre, no le ponemos precio a la cultura porque la cultura no tiene precio; tiene valor, un valor de transformación de la sociedad y del individuo. La cultura y las tradiciones de Mallorca han tenido y siguen teniendo un lugar destacado en Es Racó de ses Idees. Hemos visitado la Mallorca talaiótica, romana, islámica, medieval y cristiana. Nos hemos acercado a Ramon Llull, Jaume I, al archiduque Luis Salvador y a personalidades de la cultura actual. En los tiempos de crisis que vivimos mantenemos nuestro compromiso y seguiremos esforzándonos para que nadie se quede sin cultura.

Filosofía, voluntariado y cultura son los tres campos de acción de esta escuela de filosofía. El sentido de la filosofía es la formación del individuo. El sentido del voluntariado es ayudar en la formación de lazos de fraternidad real entre los seres humanos. El sentido que le damos a la cultura es ser generadora de un buen ambiente social. Tres campos de acción con finalidades claras y útiles para todos.

Este 2015 cumplimos diez años moviendo la filosofía, el voluntariado y la cultura hacia un ideal de conocimiento, justicia y belleza que nos lleve, en los años venideros, a lograr una Mallorca mejor de la que tenemos. Tenemos que agradecer públicamente a quienes han hecho posible la plasmación de este sueño, a todos los miles de asistentes a las actividades, a los estudiantes y, por supuesto, a los maestros de filosofía como Platón, Sócrates o Buda, entre otros muchos.

Este artículo ha sido escrito por el director de Es Racó de ses Idees: Francisco Capacete González en: www.diariodemallorca.es